LA VIDA DE UN CABALLO
Este es un cuento para chicos, y como muchos chicos no saben como
viven los caballos, yo voy a intentar contárselos.
En el mundo de los caballos, las señoras
se llaman yeguas. La yegua de este cuento se llama pinina. Ella vive en un
campo donde tiene mucho pasto para comer y su dueño la lleva todos los días
hasta unas piletas muy grandes donde puede tomar toda el agua que quiera.
A la mañana muy temprano, después de haber dormido en el campo,
mirando las estrellas, el dueño de Pinina va a buscarla para ponerle unos raros
anteojos que los hombres de campo llaman bozal. También le pone una especie de
manta atada con correas que llaman montura. Después, él engancha un carro que
llaman jardinera y Pinina debe tirarlo con su dueño sentado en el asiento.
Ellos recorren el pueblo, donde muchos niños los esperan, porque reparten la
leche fresca que esos chicos toman todos los días. A Pinina le gusta su
trabajo: los niños la quieren, la acarician y le hablan al oído; su dueño es
muy amable con ella y al terminar el reparto la suelta para que recorra el
campo y coma los pastos más tiernos.
Cuando se cansa de comer, algunos días, vienen los nietos del
dueño para que ella los lleve a pasear. Los niños no saben montar muy bien,
pero Pinina tiene mucho cuidado: baja lentamente por las zanjas y trata de no
caminar cerca de los árboles bajos para que no se lastimen.
Así, llega la noche y esa yegua buena se va a dormir, cansada,
pero contenta de haber cumplido muy bien con sus tareas. Y muchas veces sueña,
y en sus sueños, aparece rodeada de hijitos, que en el mundo de los caballos se
llaman potrillos.
Autora: Laura Soto de Ferro. Santa Fe,
Argentina.
laurayroberto2005@funescoop.com.ar