Historia de vida de Pilar Moncayo Gil.

Autora de El nacimiento de Luca: Pilar Moncayo Gil.

 

Nacida y residente en Logroño, La Rioja, España.

Deficiente visual grave desde el nacimiento.

e-mail: pilimoncayo@gmail.com

 

Nací en Logroño, con una deficiencia visual producida por miopía magna progresiva, en 1973.

Esta enfermedad supuso que desde muy pequeña, aproximadamente dos años de edad, llevara unas gafas muy ostentosas, que marcaron diferencias con mis compañeros, ya que no solo eran muy visibles y llamativas, si no que tampoco compensaban adecuadamente mi déficit visual.

Crecí en la creencia de que era una niña torpe, creencia que reforzaban los comentarios de familia y profesores, cuando en realidad era tan solo una persona que ve mal y poco.

Tan solo algún profesor fue consciente de la realidad y trató de enseñarme de la forma más adecuada a mis necesidades, aunque sus conocimientos en la materia eran inferiores a la buena voluntad.

No obtuve apoyos adecuados a mis necesidades visuales hasta mi adolescencia avanzada y, aún entonces, estos fueron bastante limitados.

A pesar de estas dificultades, llegué a graduarme en dietética y nutrición, que en el sistema educativo español es un segundo grado de formación profesional.

A los 23 años me casé y tuve dos hijas que a día de hoy están finalizando su formación universitaria y comenzando a enfrentarse a la dura realidad laboral.

Me gusta leer, hacer manualidades, me dicen que soy una persona muy creativa.

Me gusta inventar historias, pero me cuesta escribirlas.

Me encanta el cine y dicen que tengo mucha habilidad para comprender más allá de lo que se ve. La audiodescripción es una ayuda invaluable que no se termina de considerar básica en las producciones audiovisuales y que las personas ciegas y deficientes visuales deberíamos reivindicar como una necesidad básica de acceso a la cultura.

Me gusta la tranquilidad, pero soy una persona que lucha por sus derechos como persona ciega.

 

Posdata

 

Esta historia es ficticia, empecé a escribirla justo antes de ir yo misma a realizar el curso de perros guía. Pensaba en las familias educadoras, pero nunca podía imaginar el gran trabajo, sobre todo, la dedicación, el amor, puesto que integran a los cachorros en sus vidas en lo bueno, en lo malo, sabiendo que será durante un periodo corto. Yo tuve la suerte de conocer a la familia de mi perrita, no hay palabras para expresar los sentimientos. Gracias a todas ellas.

 

 

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