Epístola a una improvisada institutriz
En
el azul serrano de mi primera escala
Surge
tu eufónica estela nunca oída,
Como
el dulce jilguero que anima la antesala
De
una etapa crucial para mi vida.
Alguien
dice tu nombre, para mí insospechado,
Y
brinca por el campo silencioso.
Yo
lo agarro, lo exprimo y me lo guardo
Cual
joya, sobre el pecho tembloroso.
Y
tu voz tenue y lúcida aviva la respuesta,
Descendiendo
elegante escalinata,
Articulando
tallos en la magna floresta,
Abriendo su expresión que me arrebata.
Tú
lideras el grupo de vástagos de la casa,
Que
me llaman, me abrazan, me saludan,
Vertiendo
identidades, nuevos timbres en masa
Sobre
el vestigio de mi voz menuda.
Extenso,
atractivo, antiguo, sugerente,
Como
ascenso empinado a la montaña,
Pronunciado
descenso cual rápida corriente
Tu
nombre en la memoria me acompaña.
Tú,
serena, los guías, les impartes lecciones
Lo
mismo en el terreno floreciente
Que
sobre mi ceguera tantas indicaciones,
Para
que muy a gusto
así me encuentre.
Me
muestras la piscina, los álamos del río
Y
paseamos por la carretera.
Un
avión se me acerca volando muy bajito.
Y
lejos suena “La Vaca Lechera”.
El
domingo abrileño de espléndida mañana,
Mientras
Copi vencía sin reparos,,
Me
llevaste a la iglesia que estaba muy cercana
Mostrándome
las luces de aquel faro.
El
faro de la fe que aún desconocía,
Ajeno
a la doctrina y catecismo.
No
había comulgado, infante todavía.
Quizá
no guardes el recuerdo mismo.
Como
las descripciones bucólicas, hermosas,
Que
de aquellos paisajes prodigabas,
De
las que comprendía tal vez muy poca cosa,
Por
lo cual enseguida yo olvidaba.
Si
ahora versifico clamando a tu memoria
E
ignorando tu circunstancia actual
Y
el periplo esforzado que edifica tu historia,
Me
expongo a que esto juzgues gris, trivial.
Me
conformo, sin duda, en mi interior presente
Con
esta imagen nada descriptiva,
Que
brilla e ilumina aquel periodo incipiente
Transportándome
a una zona festiva.
Acaso
hoy te contemplo, mi primera maestra
En
el aula de un pueblo acogedor.
Si
esto lo recibieras en tu íntima palestra,
Te
abraza tu seguro servidor.
8
febrero 2023
Autor: Antonio Martín Figueroa.
Zaragoza, España.