EL ORGULLO DE SER...

 

Por: Walter Auditore.

 

Uno no pide nacer eligiendo madre, padre, Hermanos; así que menos elegir el lugar en el mundo donde pegaremos el primer berrido; esto tras la palmada de la matrona o el doctor, siempre es así, por lo tanto no he escapado a esta regla como nadie de ustedes.

Un 28 de agosto de 1945 aquí me tenía éste planeta como un integrante más. Cuando empiezo a tener uso de razón ya algunos acontecimientos mundiales en cierta forma irían cambiando a toda la humanidad. Guerras mediante o recién finalizadas y otras en gestación, parece mentira pero aún esto sigue igual. Hermano contra hermano, por territorio, religión o con el vecino. Pero las guerras ya sean por motivos banales o en otros casos llevados adelante por pueblos sometidos que en busca de una ansiada democracia y libertad, entran en constantes conflictos; dejo esto atrás y me meto en el meollo del asunto, por el cual me he puesto a escribir otra vez.

Viviendo lejos, muy lejos de mi amada patria hoy me veo en la necesidad de plasmar esto en el ordenador.

Con apenas cinco años soy un inocente testigo de una hazaña inolvidable, recuerdo claramente estar sentado en un escalón de la puerta de la casa de mis abuelos, todos los mayores apiñados en derredor de una vieja radio con mueble en forma de capilla; una lejana voz muchas veces casi inteligible relataba algo, pasan los minutos y luego de dos gritos de enorme algarabía todos aplauden, se abrazan, giran como trompos locos; saltos de algarabía, y de inmediato me veo alzado por los brazos de mi padre, este me lanza al cielo y me recoge para luego hacer lo mismo, una y otra vez.; minutos antes me había sorprendido fuera de lo que pasaba dentro de la casa, el silencio enorme que reinaba en el barrio y diría en toda la ciudad. Luego ese tronar de voces salidas de cada una de las gargantas de un pueblo deportista a más no poder. ¿Qué había sucedido? Lo dejo para más adelante.

Con el tiempo fui creciendo junto a las radios que mi padre arreglaba; mil historias y acontecimientos fueron siendo acumulados en una cabeza que parecía no tener fin en lo que guardar todos esos hechos y situaciones. La constante concurrencia a ver a mi padre jugar al fútbol me hacen un apasionado de éste deporte y de otros. Juntaba los álbumes de figuras de los jugadores de las distintas instituciones que hacían al fútbol del Uruguay.

Mí país es el más pequeño de América del Sur; apretado sobre el Río de la Plata entre dos colosos gigantes: Argentina y Brasil; digamos que estos dos países multiplican por mucho la diferencia poblacional de Uruguay; sin embargo, siempre se dio maña para subsistir y dar verdaderos campanazos en esto del fútbol. Se han realizado distintos y variados estudios por verdaderas potencias y no han logrado saber la verdad sobre lo que pasa con nuestro país con el fútbol. Recuerdo al pasar un informe Francés que al fin de los estudios decía: Solo nos cabe informar, que al nacer un varón en éste país el padre lo primero que le regala es una pelota y el equipo de su institución predilecta.

Segundo: En cualquier lugar en donde haya o no pasto verá a los uruguayos enfrascados en un partido 15 contra 15 y sin querer perder nunca. La pelota puede ser de cuero en el menor de los casos, de goma, o si no, una simplemente confeccionada con algunas medias y rellenas de papel de periódicos.

Éste deporte fue introducido por los marinos ingleses que llegaban a el puerto de la capital Montevideo. Eligieron una zona descampada en el lugar llamado Punta Carreta. Hasta ahí llegaban, trayendo los arcos e inflaban una pelota de cuero. Luego al decir de nuestros ciudadanos los locos ingleses que corren tras de un globo inflado. Poco a poco tal vez por casualidad al llegar la pelota a su lado alguien le aplicó un puntapié. No fue desagradable, y habrá pensado: si a más de una cosa no le gustaría pegarle como a esa pelota. Puede haber sucedido que al faltar algún integrante para uno de los equipos se le haya dicho a uno de los curiosos: “¿Mister no quiere entrar?” Ese loco inglés nunca supo lo que en verdad hizo, ni por asomo se imaginó que había encendido la caldera de la pasión, la inmensa llama que luego viajaría en los corazones de los futboleros uruguayos por todo el orbe.

Esto sucedía en la última década del 1800 y prendió muy fuerte entre los criollos luego de un inicio en donde solo cuatro instituciones todas de origen europeo dos inglesas y dos alemanas compitieron entre ellas. También en la otra orilla sucedía lo mismo y el deporte de los locos ingleses se jugaba por todos lados.

En la primera década del nuevo siglo 1900 ya se juega un partido entre uruguayos y argentinos, dejando asentado que éste es el primer y más legendario clásico de encuentros entre dos países.

Comienza algo que como he dicho no tiene mucha explicación. En 1916 se inicia lo que sería hasta el día de hoy la Copa América de fútbol de países. Dicho certamen se juega en la ciudad de Buenos Aires. ¿Quién la ganó? Uruguay claro, y expreso que no había sido realizado el trofeo para el ganador. Pero al año siguiente se vuelve a jugar el certamen y ahí sí se premia al ganador pero la copa ya contenía una chapita que decía: “1916 Campeón Uruguay”. Ese segundo campeonato se jugó en Montevideo entre el 30 de septiembre y el 14 de octubre, y el campeón fue de nuevo Uruguay. Estando en el mes de julio todavía del 2011 se acaba de disputar la 43 Copa de América. ¿Quién la ganó? Por décima quinta ves Uruguay siendo el máximo ganador de ella; lo sigue Argentina con 14 y luego Brasil lejos; Europa se debate en la terrible primera guerra mundial 1914. Luego de terminada esta horrible conflagración y pasado unos años se realizan de nuevo las Olimpíadas 1924 colombes y Ámsterdam 1928. A estas concurre Uruguay en aquellos grandes trasatlánticos. Los viajeros veían sorprendidos aquellos atletas corriendo por la cubierta y en ocasiones pateando la pelota en donde se podía, perdiendo algunas de estas al caer a la mar. Es en Amsterdán donde se logra la primera conquista olímpica del nuevo deporte incorporado. ¿Quien lo ganó? Sí usted ha adivinado: Uruguay, con un hecho relevante: Campeón invicto, es decir, no perdió ningún partido.

Al finalizar el cotejo de la final se dirigieron al palco de autoridades a recibir de manos de ellas las medallas correspondientes. El público en las graderías aplaudía y agitaba pañuelos, saludando a los victoriosos y gallardos atletas. Es el capitán Don José Nazzazi apodado el (Mariscal) quien al ver a la gente decide retribuir las muestras de cariño y afecto. Es así que caminando recorren las cuatro tribunas constituyendo la llamada Vuelta Olímpica. Otra ves los uruguayos primero.

En 1930 se conmemora el centenario de la independencia de la República Oriental del Uruguay. Inquietos y atentos a éste acontecimiento y conquistadores de las dos olimpíadas se solicita que se juegue un campeonato mundial en éste país. Dado el visto bueno he instituida la copa Jul Rimet, se encargan las obras y todo para dicho evento de magnitud mundial, además de que sería el primero. Los tiempos apremiaban y se le otorga al Arquitecto Juan Antonio Scasso la construcción de un estadio, obra un tanto ciclópea para el Uruguay; en tiempo récord solo nueve meses, dicho arquitecto junto a capataces y una multitud de obreros acaba en tiempo y forma, lo que es hoy el Monumento Mundial al Fútbol; el 18 de julio de 1983 es declarado Monumento Mundial del Fútbol, siendo éste el único con dicho título; se inaugura con el partido de dicho mundial jugando Uruguay frente a Perú, ganando los Orientales 1 a 0, tenía que haber un ganador de dicho mundial y otra vez pregunto: ¿Quién lo ganó? Uruguay, sí, de nuevo es el primero en ser galardonado como Campeón del Mundo de Fútbol; el resultado de la final Uruguay 4 Argentina 2.

Por problemas económicos y de traslado no se concurre a los campeonatos del 34 y 38 jugados en Europa.

Otra ves la guerra, la Segunda del 1939 a 1945. Europa queda devastada y sanadas apenas las heridas se resuelve por la FIFA, rectora del deporte a nivel mundial jugar en 1950 un nuevo campeonato, la cede elegida es Brasil, éste hermano país se aboca de pleno a organizar tan magno evento, para ello se construyen y se adecúan estadios y se encara la construcción de lo quesería el mayor estadio del mundo, dicho estadio fue construido en la ciudad de Río de Janeiro, se le llamó Estadio de Maracaná, su capacidad 200 mil personas. El pueblo brasileño, las autoridades nacionales y locales daban por sentado que sería Brasil quien se alzaría con el título. Todo estaba preparado para la enorme fiesta final, habían aplastado a sus oponentes en la clasificatoria. Es así que el 16 de julio sería la final en el majestuoso estadio construido para tan trascendental campeonato.

Por cosa de la casquivana vida otro sur americano se había consagrado para disputarle al dueño de casa el título; les digo que a Brasil con empatar o ganar ya era campeón, no cabía una sola persona más en el colosal estadio, a un pitazo del juez inglés Mr. Readers se pone en juego la final. Los Brasileros vestidos con sus clásicos colores amarillo, Azul y Verde. Del otro lado -la primera ves que lo menciono- la mística camiseta Celeste de Uruguay. A Brasil solo con empatar le bastaba, sin embargo iba ganando uno a cero, la algarabía era total, esas 200 mil personas estaban presenciando a su verdadera historia que quedaría para siempre en sus retinas, ese triunfo y esa fiesta. Se dice que los jugadores tenían bajo la camiseta de competición otra que decía: “Brasil Campeón 1950”; la pirotecnia estaba lista en los altos de las tribunas; se había decretado que luego de terminado el campeonato, dicho estadio sería pintado con los colores del campeón; me cabe creer que hasta la pintura tendrían y eran tres colores no uno solo.

¿Quién ganó? ¿Se lo digo o usted ya lo sabe? Sí, ganó Uruguay dos a uno en lo que quedaría para la historia del mejor fútbol como el Maracanáso. Otra vez el pequeño gigante de América estaba en el podio. El mundo cambia y todo evoluciona y los deportes ya no se juegan por jugar. Si no que se juega además de la gloria por mucho dinero. Nadie ni nada escapa a esto y el pequeño país con luces y sombras con dictaduras y neoliberalismo crueles, que deja a los pequeños de lado y son las grandes potencias quienes rigen los acontecimientos mundiales. Aún así se logran varios campeonatos de América llegando con la actual a 15: dos Olímpicos (hoy avalados por la FIFA como campeonatos mundiales) dos mundiales un campeonato llamado mundialito jugado en 1981 con la participación de los países campeones del mundo. Sus dos grandes equipos Peñarol, cinco veces campeón de América, (Copa Libertadores) seis Vicecampeón Tres intercontinentales, una de campeón de campeones de esta misma. Libertadores. Nacional el otro tres Libertadores dos intercontinentales. En el reciente campeonato mundial de Fútbol 2010 en Sur África se consagra en un honroso cuarto puesto. Siendo el mejor de América y ratificando su buen momento en la Copa América jugada en julio de 2011 en Argentina aún siendo éste país el organizador y no estando para algunos Uruguay entre los favoritos. Por eso lo del título que orgulloso de haber nacido en ese pequeño país en territorio pero inmensamente grande en a lo que a corazón nobleza trabajo que nos hace sentirnos así.

 

 

Autor: Walter Auditore. Barcelona, España.

auditoregaray@adinet.com.uy

 

 

 

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