Secretaría de Cultura Casa de la Cultura de Cancún

 

EL CONEJO DE LA SUERTE Y LOS INDIOS

 

La biblioteca pública de la Casa de la Cultura de Cancún este sábado 20 de septiembre, a partir de las 10.00 horas en el espacio “Círculo de Lectura para Niños” (del Programa de Fomento a la Lectura) invita a todos los peques, de 6 a 12 años, a compartir la lectura del cuento El Conejo de la Suerte y los Indios, de la autoría Annie North Bedford, publicado por Eco y Conaculta en 1999, mismo que forma parte de los libros para niños en la biblioteca de esa institución.

Como es costumbre las bibliotecarias, señoras Isabel Flota Medrano, y Jerónima López Gómez nos comentaron que:

“El Conejo de la Suerte disfrutaba de los días veraniegos en el campo”

“Usaba un sombrero de cowboy y llevaba dos pistolas al cinto”.

“Hay que estar preparado, amiguito –le decía a Porky-. Puede haber en estos alrededores algunos pieles rojas agresivos”.

“Los cowboys que lo escucharon rieron a carcajadas, especialmente el Flaco, el cual era nada menos que un piel roja. Luego se concertaron para darle una buena lección, haciendo que se encontrara con unos pieles rojas de verdad”.

“En las altas horas de aquella noche se oyó el ruido producido por los cascos del caballo del Flaco, que se dirigía a la tierra de los indios”.

“A la mañana siguiente los cowboys le preguntaron al Conejo de la Suerte:

-¿Te gustaría pasear hoy a caballo? Parece que los cuatreros están dispuestos a apoderarse del ganado que se encuentra en colinas cercanas. Y hasta puede ser que haya indios, ven con nosotros.

-¿Indios? – Repitió el Conejo de la Suerte-. Pues ya lo creo que iré, aunque tenía el proyecto de ir a caballo al pueblo…

“Acababa la comitiva, compuesta por los cowboys y el conejo, de trasponer las colinas, cuando tras unas rocas asomaron de pronto varios pieles rojas salvajes, lanzando terribles gritos”.

“Montados en sus briosos y pequeños caballos, los indios rodearon al grupo. Los cowboys levantaron las manos apresuradamente, dándose por vencidos”.

-¡Nos rendimos! –exclamaron.

“Uno de los guerreros pintados, el primero en hablar, dijo mientras señalaba al Conejo de la Suerte:

-Solamente queremos a ese joven caballero. Todos los demás quedan en libertad.

“Lo siento mucho, Conejo de la Suerte – le indicó el jefe de los cowboys-. No me agrada dejarte en un lío con éste, pero no queda otro recurso. Organizaremos una partida para rescatarte. Mientras tanto, pórtate como un conejo valiente”.

-¡Valiente! –exclamó entre dientes el Conejo de la Suerte.

“Pero los cowboys estaban ya demasiado lejos para poder oír tal manifestación de disgusto”.

“Los guerreros pieles rojas, pintarrajeados caprichosamente, llevaron al Conejo de la Suerte por un escarpado sendero que conducía a un pueblo indígena”.

“A la llegada, todo estaba en paz en el campamento: las mujeres tejían, sentadas frente a sus viviendas o pintaban piezas de cerámica, mientras los niños indios jugaban”.

“Pero el escenario cambió cuando aparecieron los guerreros con su prisionero: todos los pieles rojas comenzaron a gritar, poniéndose en movimiento”.

“El Conejo de la Suerte temblaba de terror al verse rodeado por los indios, que bailaban al son de sus grandes tambores”.

 

Si te gustó la introducción a este cuento, solicítales a tus padres o maestros lo localicen por internet para que terminen de contártelo.

 

 

 

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