ECUADOR A TRAVÉS DE
LA PANTALLA: ¿QUÉ SE MUESTRA Y QUE SE OCULTA.html
A partir del 7 de enero de 2024, en Ecuador se
desencadenaron un sinfín de eventos que desataron un escenario social complejo
y digno de analizar.
Al amanecer del 8 de enero las autoridades de
seguridad anunciaron la no presencia, en una de las cárceles de máxima
seguridad del país, de “Fito”, líder de una organización delincuencial; luego
de lo cual en la mayoría de ciudades del país se generó un caos extremo, esto
acrecentado por la toma de un canal de televisión por parte de integrantes de
una banda delictiva que amenazaron, y agredieron al personal del medio de
comunicación, mientras las imágenes se transmitían en vivo y en directo,
matizadas con una música tétrica que ahondaba la preocupación y el temor de los
televidentes y la sociedad en general.
Como respuesta al pavor ciudadano y el
descontrol en las cárceles el gobierno central anunció un estado de excepción y
declaró terroristas a 22 grupos delictivos, lo que exigió que las fuerzas
armadas en conjunto con la policía organicen operativos de seguridad para
reinstaurar la calma en el país.
Durante este primer momento las redes sociales
como X, tic toc e Instagram jugaron un rol determinante; pues a través de estas
plataformas la gente dio cuenta de las actividades de control claro que aparte
de visibilizar los operativos, también se dio paso a la comicidad derivados de
estos hechos; pues no faltaron los memes que intentaban mostrar el lado
hilarante de la coyuntura.
En definitiva, si bien es cierto existió un
escenario social complejo y demás violento en Ecuador el papel de la imagen y
su manipulación dio cabida a otro fenómeno muy interesante.
La ingente cantidad de imágenes difundidas y
consumidas en estos meses dio pie a que se socialice una verdad mediática que
mostraba la gestión y lucha gubernamental en contra del hampa, lo que
conllevaría un falso sentir de esperanza y cambio entre la ciudadanía.
No obstante, y luego de casi 3 meses de
continuos operativos por parte de la policía y fuerzas armadas la delincuencia,
las extorsiones y la violencia aún imperan en la nación, incluso la percepción
ciudadana aún es de temor porque la gente manifiesta su preocupación, prefiere
resguardarse tempranamente en sus hogares, evitan transitar por ciertos
sectores, adoptando medidas que en algo los salvaguarde de posibles riesgos.
Es decir, desde la mediosfera Ecuador controló
a las bandas criminales; pero el ciudadano de a pie sigue expuesto a los
peligros que la inseguridad genera.
Y sino como explicar que cada semana se
realizan requisas en los centros carcelarios y por su puesto cada semana
obtienen objetos prohibidos, entonces si realmente se tuviera el control del
sistema penitenciario como entender que cada vez hallan más y más artículos,
tal vez se debe a que se presenta una posverdad desde los massmedia, lo cual no
necesariamente sea real sino una verdad socialmente verosímil, aceptada y claro
si ponemos como eje transversal la implementación de la inteligencia artificial
como artilugio productor icónico, resulta más fácil la creación, trastocamiento y socialización
imago, que afianza un proceso de mostración deliberada e intencional.
Si contrastamos la radiografía mediática que
muestran los medios de comunicación con la opinión ciudadana, resulta que nos
enfrentamos a dos realidades yuxtapuestas y diametralmente distantes.
Por un lado, está la imagen de un Ecuador
regenerado, pujante y que avanza hacia la prosperidad; en cambio en su antípoda
tenemos una realidad caracterizada por sicariatos, asesinatos y extorsiones a
micro y pequeños empresarios que afecta la economía poblacional. Además del
pavor que siente la gente cuando ve cerca suyo una motocicleta desplazarse a
gran velocidad, cuando se escuchan detonaciones y más aún cuando en estos días
presentamos el asesinato de la alcaldesa del cantón San Vicente-Manabí o la colocación
de explosivos en un encuentro de fútbol de la serie A, en la ciudad de
Latacunga, que por cierto las autoridades aseveraron que la suspensión de este
encuentro fue a consecuencia de una falla en el sistema de iluminación del
estadio, pero que más adelante se develó que fue por la amenaza de bomba y que
terminó en la detonación controlada de este material. Claro que esta fue una
decisión acertada, pues en el momento de revelar el verdadero motivo se hubiera
generado un pánico masivo.
Por tanto, la violencia social en Ecuador aún
no se detiene, a pesar de los esfuerzos desde las instituciones de seguridad;
tal vez lo que hace falta es una transformación integral del sistema judicial,
escolar y financiero del país; de tal manera que sea un trabajo multi arista
que incida realmente en la transformación nacional y que no se limite a un
discurso alentador o la proyección de noticias revestidas de un halo
esperanzador.
Estas líneas alejadas totalmente de la
política o alguna institución pretenden constituirse en una reflexión ciudadana
que trata de dar otra perspectiva de la realidad en Ecuador y que el mundo no
se quede únicamente con la construcción mediática que hoy por hoy se difunde
como marquesina sempiterna de lo que pasa, pero que definitivamente no muestra
lo que realmente ocurre.
Ergo, que este breve parágrafo se convierta en
exhorto social a decodificar todo lo que se nos transmita y que no aceptemos
todo como verdad irrefutable; siempre hay que ir en búsqueda de la meta verdad
como elemento que aguarda que la encontremos y la saquemos a la luz y no
conformarnos con lo que perciben nuestros ojos o lo que se nos presenta como
veraz en el oculocentrismo.
Autor: Lcdo. Lenin Alejandro
Carrera Oña. Quito, Ecuador.