DETRÁS DE UN MAL, SE
ESCONDE UN BIEN.
Hay
momentos difíciles que
se presentan en la vida de todo ser humano, que pueden ser conciderados
como desvíos, del plan que originalmente fue
trazado. Muchos de ésos eventos sucedieron porque así tenían que acontecer, más
otros ocurrieron a causa de la toma de
malas desiciones que trageron
consecuencias llenas de errores que bien se habrían podido evitar. A razón de
ello, se originaron sentimientos de culpa, de remordimientos y de
resentimiento, que de momento impidieron observar, con un punto de vista
objetivo, que detrás de ésos incómodos hechos, se encontraban ocultos un cúmulo de
oportunidades por aprender. Para poder obtener aprendizaje positivo de las “malas”
experiencias, es necesario entender que en la vida siempre existirán múltiples
aflicciones, donde lo importante es salir adelante pese a ello, encontrando
apoyos adecuados y firmes para sostenerse, la forma en que las enfrentemos,
determinará las secuelas que dejarán tanto en la mente como en el alma, todo
depende de cómo se reciben o se encaran éstos fuertes embates, más la
predisposición que adoptemos, determinarán los resultados. Cuando nos pasan
cosas drásticas, nos desequilibramos por completo y sentimos que nada nos es
placentero, es entonces cuando nos volvemos jueces duros y severos de todo
cuánto ocurre alrededor, más bien sea que todo mejore o empeore, muchos se
refugian en lo primero que encuentran (alcohol, drogas, somníferos,
ansiolíticos, antidepresivos, etc.), pero, esto sólo obstaculiza la vición realista de las cosas, por lo que de momento no
apreciamos que cualquier asunto que acontece, puede cooperar en un futuro, ya sea próximo o lejano, para
atraer un bien mayor, lo mejor es no empeñarse en encontrar respuestas a muchas
de las interrogantes que surgen a raíz
de las crisis, pues las razones quizás nunca las conoceremos, más queda el
consuelo de saber que nada pasa por casualidad, sino porque detrás de algo malo
siempre existe una razón. Nada sucede por casualidad ni por coincidencia, un
Poder Superior está siempre en control de cuánto ocurre en el Universo, y
aunque esto aparentemente parezca carente de toda lógica, ante el problema por
el que está Usted atravesando, pronto descubrirá un beneficio mayor, que de no haberse suscitado, ésa bendición nunca le habría
sido revelada. Lo cierto es que un día en el que algo sucede, algo falla o
simplemente se sale de control, la vida da un giro de 180 grados y todo se
altera, es aquí dónde se debe aceptar que nada es estático, todo
cambia y muchas veces ésos cambios nos toman desprevenidos y no sabemos cómo
enfrentarlos en forma sensata e inteligente para sacar el mejor provecho. Es
conveniente comprender, que si no existieran los
cambios, tampoco existiría la evolución, resistirse a ellos sólo produce más
dolor, “A lo que se resiste, persiste”.
En
el transcurso de la vida se presentarán diversas circunstancias en forma de
problemas, desacuerdos, enfermedades, rupturas, fallecimientos, accidentes,
pérdidas, despidos, ataques, traiciones y toda clase de sorpresas
desagradables, que nos empujarán a tomar decisiones desesperadas, éstos son los
momentos justos en que todo parece derrumbarse a nuestro derredor y generan un caos, a veces nos acostamos con
nuestra vida más o menos en orden y de repente nos despertamos y todo ha
cambiado de manera inesperada, el Universo parece conspirar en nuestra contra
poniéndonos a prueba, no necesariamente para hacernos sufrir sino para sacar a
relucir nuestras fortalezas, aunque de primera instancia, difícilmente podamos
apreciar que esto es para nuestro bien. Durante éstos
acontecimientos, nos invaden toda clase de dudas, en los cuales la fe y la
confianza brillan por su ausencia y se llega a perder toda esperanza, se desea
creer que todo va a mejorar pero los miedos y la angustia prevalecen y
preferimos aislarnos para sentir cierta seguridad. Todo individuo ha atravesado
por instantes de aflicción, donde se han puesto a prueba su cordura y su
tolerancia al sufrimiento, colocándolo al límite, quitándole la paz,
reconociendo que no tiene ningún control, bajo ésas circunstancias la realidad
puede dar un vuelco por completo en dirección opuesta a lo que originalmente
había deseado, y aunque nadie tiene un manejo absoluto sobre la propia
existencia, sí se puede tener sobre la actitud con que se enfrentan éstos
eventos sorpresivos (valentía, entereza, fortaleza y dignidad o elegir lo
contrario), para encarar lo que depare el impredecible destino, cuestiones como
¿por qué a mí?, ¿cómo fue a pasar esto?, ¿cómo me sucedió algo así?, ésta clase
de interrogantes exaltan las emociones
negativas y producen confusión y
desequilibrio en la persona.
Aparentemente
poco se puede hacer ante tales sucesos
inesperados, que irrumpen en la vida sin previo aviso, apenas se puede
elegir cómo reaccionar porque de inmediato se originan sentimientos o emociones
de negación, de miedo, de incomprensión, de rabia, de frustración, de
impotencia, de sorpresa, de escepticismo, e incluso, de desesperación, y ubicarse en un papel de víctima, donde se
siente injustamente tratado, sólo conduce a cometer graves errores, ya que le
imposibilitará para hallar soluciones. Optar por reaccionar con cordura y madurez ante
éstos embates, es lo más recomendable, capacidad humana con que todos contamos
para aprender de ésa lección y así superarla para no volverla a vivir, lo mejor
es aceptar el mensaje que nos desea enseñar cuánto antes, para pasar a la
lección siguiente.
Tal
vez un aspecto de tu vida se ha alterado, pero no todo está terminado, lo mejor
está por venir. Bien sabemos que nadie quisiera que ésos momentos ocurrieran,
pero esto es tanto como pretender que no existen las olas en el mar, pues son
justamente ésas tormentas
intempestivas que se sucitan en nuestra
existencia las que nos conducen a descubrir sitios y personas que jamás
habríamos conocído, de haber continuado navegando en
un mar en calma. Es de suma importancia contar con un especialista terapeuta o
un grupo de apoyo que
sustente, acompañe, provea y sostenga en caso de enfrentar un grave problema,
que sea de confianza y cuente con un alto nivel de sensibilidad y de
inteligencia emocional para ayudarle a analizar
la situación de forma objetiva y realista, en caso de verse
imposibilitado para pensar y tomar decisiones trascendentales. Conviene no
contemplar a las crisis como un final definitivo, sino como una oportunidad de
transformación, apreciando al cambio como una parte esencial de la vida, que
proporcionan medios de mejoría en todos
los sentidos, aceptando que todo es transitorio y pasajero, así como los
momentos gratos son efímeros, los dolorosos también lo son, nada es eterno ni permanente; mejor
es tener una vición realista, entendiendo que todo
tiene “Bendiciones Encubiertas”, por eso “es preferible poner buena cara al mal
tiempo”, todo pasa por algo, y casi siempre es para conseguir algo mejor.
Al
perder un empleo de manera inesperada, un cambio de residencia no planeado, la
ruptura de una relación sentimental que no deseábamos terminar, un diagnóstico
fatal sorpresivo, un accidente intempestivo, un ataque violento que nos toma
desprevenidos, recibir una agresión injusta, etc., son sucesos que puede sufrir en cualquier momento, aunque
sea una persona cautelosa, organizada y cuidadosa de todos los detalles de su
vida, nadie está exento de padecer calamidades, de equivocarse y de fracasar.
Al hacer un análisis en retrospectiva de los hechos pasados de nuestra vida,
podemos percibir que los obstáculos que en su momento se presentaron, nos
condujeron tiempo después a asender a niveles mejores
de los que anteriormente estábamos, por ejemplo, al perder relaciones con
personas que ya no convenían a nuestro bienestar, dieron la pauta para que
conociéramos gente más positiva que han contribuido a nuestro crecimiento
integral, al dejar un trabajo donde ya no teníamos futuro apareció la oportunidad de ascender en otro
empleo donde avanzamos profesionalmente
y obtuvimos mayores satisfacciones, una terrible enfermedad nos brindó la alternativa de madurar y de ser
empáticos con aquellos que han atravesado por lo mismo, pues los comprendemos
muy bien, ya que hemos estado parados en
ésos amargos zapatos. Estas dolorosas vivencias a primera vista no son nada
envidiables ni codiciables, más si somos honestos, reconoceremos que nos
ocasionaron al transcurso del tiempo, mucho más bien que mal, adquirimos
experiencia, templó nuestro carácter, fogueó nuestra personalidad, nos
enriqueció como seres humanos, coadyuvó a nuestra madurez y nos proporcionó un
concepto más profundo de lo que es en sí la vida. Como por ejemplo, en
ocasiones la impactante noticia sobre la enfermedad terminal de un ser querido,
motiva a que uno de sus familiares decida fundar una Asociación para recaudar
fondos económicos que financíen y brinden ayuda a
quienes padecen el mismo mal, proporcionando así la ayuda pertinente y
alternativas para satisfacer las diversas necesidades que otros pacientes y sus
familiares manifiestan. En cualquier pérdida, decepción, o fracaso, existe la
oportunidad de transformar la obscuridad, en luz.
Cuando
se atraviesan por experiencias que no tienen sentido hay dos caminos a seguir,
o se cree que ya se ha llegado al fin, o se piensa que el llanto puede durar una sola noche, más
en la mañana con un espléndido amanecer, llegará la alegría otra vez. El último
capítulo de su vida debe ser de restauración y terminar en victoria, por tanto,
cuando sufra una desilusión o padezca una lamentable pérdida, no le conviene
quedarse estacionado en ése triste y
sombrío lugar, siga adelante, existe un capítulo en blanco listo para
que escriba en él algo muy distinto a lo que antes había vivido, no enfoque su
atención en lo que en el pasado no resultó, ya sea en referencia a un
matrimonio fracasado, un trabajo perdido, una carrera universitaria frustrada,
un negligente diagnóstico médico, la traición de un mal amigo, el fracaso de un
negocio, etc., es preferible dejarlo ir
y seguir caminando hacia lo que está delante, sin permitir que aniden en su
corazón la amargura y la desconfianza, ya verá que pronto llegará a un punto en
su camino en que todo se pondrá en el lugar correcto y notará que eventualmente
todo cobra sentido de nuevo.
No
le tenga miedo al cambio, tal vez pierda algo bueno, pero lo más probable es
que, obtendrá algo mucho mejor.
Bibliografía:
-
“Una vida con
propósito” por Joel Austin.
-
“El lado positivo del fracaso” por A. Maxwell.
-
- “Por qué le pasan cosas malas a la gente buena” por Iván Gutierrez Ramírez.
-
Bibliografía Sugerida:
- “La vida te está esperando” por Javier
Oriundo.
- “No me olvides” por Cheryl Lanham Dar.
- “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” por
Marian Rojas
Autora: Tina Loaiza, Naucalpan , Estado de México, México.