Crónica de una aventura en Chiclayo.

 

El 22 de octubre del año 2.023 emprendí un viaje de vacaciones a la ciudad de Chiclayo, la cual está ubicada en el departamento de Lambayeque, es el tercer departamento del Perú si vamos de norte a sur. Este viaje ya lo había planificado algunos meses antes por invitación de mi prima Anita, a quien le agradezco infinitamente por invitarme a pasar mis vacaciones con ella y ser parte de esta inolvidable experiencia de vida. Al llegar al aeropuerto de Lima, me sentía muy emocionada, pero a la vez un poco nerviosa, pues no viajaba sola desde antes que comenzara la pandemia. Pero, felizmente, el personal de la aerolínea Latam, me brindó todo el apoyo posible y también es importante mostrar determinación y seguridad al momento de realizar los trámites respectivos. Al llegar al aeropuerto de Chiclayo, ya me estaban esperando mi prima Anita, mi tía Blanca y mi sobrina Ana Faviola, con quienes pude disfrutar esta maravillosa aventura. Comencé a sentir los rayos del sol, pues era un día bastante caluroso y nos fuimos a almorzar al restaurante llamado La tienda del pato, donde degustamos deliciosos potajes típicos de nuestra comida. Por primera vez probé el tan conocido ceco de cabrito con frijoles y es tradicional comer unas tortitas de choclo muy agradables junto con el seviche. Pasamos una tarde muy simpática y pudimos caminar por algunas calles de la ciudad. El día siguiente hicimos un paseo por algunos distritos muy tradicionales de Chiclayo. Visitamos los siguientes lugares: el distrito de Santa Rosa, ubicado cerca del mar. También visitamos el distrito de Monsefú, donde pudimos apreciar diversas artesanías propias de la región y hacer una buena caminata. Luego nos dirigimos al distrito llamado Ciudad Eten, donde pudimos visitar el Santuario del Divino Niño del milagro, el cual en el año 2004 recibió la declaración de patrimonio cultural de la nación. Ese momento de la visita al Santuario fue muy emocionante para mí y le pude dar gracias al Señor por permitirme cumplir mi sueño de conocer esta hermosa ciudad de nuestro país. Luego nos dirigimos a Puerto Eten, un lugar bastante conocido, allí pudimos caminar por la playa y sentir el viento y la fuerza de las olas del mar. El día estaba soleado, corría bastante viento y el mar estaba un poco agitado, pero fue agradable sentir esa brisa marina. Luego nos dirigimos al distrito de Reque. Había una tradición de visitar una casa hecha de piedra, pero lamentablemente esa vivienda fue demolida hace algunos años. Muy cerca de ese lugar aprovechamos para almorzar en un restaurante típico de la región.

 

Por la tarde de ese mismo día, pudimos visitar el centro de la ciudad, pude pasear en la Plaza de Armas y entrar a la Iglesia Catedral. En ese lugar, al igual que en el centro de las ciudades principales, pude apreciar una mayor cantidad de gente y un número significativo de comerciantes y lugares comerciales.

 

El día siguiente de mi viaje fuimos a visitar el museo Tumbas reales de Sipán. Este museo tiene 31 salas, es el museo más grande que he visitado y en este lugar se puede apreciar gran parte de la cultura Mochica. En las salas podemos observar los atuendos y accesorios que usaba el Señor de Sipán y las demás tumbas de nobleza mochica que fueron descubiertas en el mausoleo de Huaca Rajada - Sipán. El Señor de Sipán fue un antiguo gobernante mochica del siglo III, cultura que dominó el norte del Antiguo Perú. Sus restos fueron descubiertos en julio de 1987 por un equipo peruano de arqueólogos. Este hallazgo marcó un importante hito en la arqueología del continente americano porque, por primera vez, se halló intacto y sin huellas de saqueo un entierro real de una civilización peruana anterior a los incas. El ataúd de madera en que fue enterrado fue el primero en su tipo que se encontró en América y reveló la magnificencia y majestuosidad del único gobernante y guerrero del antiguo Perú encontrado hasta la fecha de su descubrimiento, cuya vida transcurrió alrededor del año 250 de nuestra era.

 Un aspecto que llamó mi atención fue que una de las salas ha sido adaptada para personas con discapacidad visual, pues pude apreciar una maqueta del museo en alto relieve y algunas leyendas en sistema braille que pude leer, hay algunas pequeñas piezas en relieve también. Es importante que todos los centros que promueven la cultura de nuestro país puedan ser accesibles para personas con algún tipo de discapacidad como es mi caso.

 

El día siguiente de mi viaje, pudimos disfrutar de una mañana caminando en la playa de Pimentel. Teníamos la idea de bañarnos, pero lamentablemente ese día no salió el sol, sin embargo pese a los cambios de clima pudimos disfrutar de un día muy agradable caminando en la arena, sintiendo el viento y la brisa del mar que tanto me gusta. También pudimos apreciar algunas artesanías que venden muy cerca de la playa y luego fuimos a disfrutar de un almuerzo.

 

Para terminar este breve relato, agradezco a Dios y a mis familiares por esta hermosa oportunidad de conocer una ciudad de nuestro maravilloso país. Nuestro país tiene hermosos lugares para conocer y disfrutar, no tenemos nada que envidiar a otras culturas. Aprovechemos poder conocer parte de nuestra cultura, playas, paisajes y disfrutar de los potajes y maravillas de Chiclayo. La vida está llena de aventuras maravillosas.

 

Ángela Giovana Marín Rivera. Lima, Perú.

anmarinrivera@gmail.com

 

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