COSECHA DE SIEMBRAS
ESCENARIO:
Es medio día frío de
invierno. Un banco de plaza en primer plano, detrás, en penumbras una esquina
de la ciudad, un gran café, con gran
ventanal al frente, en penumbras.
PERSONAJES:
Señora muy bien
vestida, abrigada con saco de piel y botas de cuero.
Mendigo de barba
blanca, pobremente vestido con ropa y descalzo.
Policía uniformado.
Gerente del bar,
vestido con traje elegante, y zapatos de cuero brillante.
Mozo; vestido de
beige, y adorando su cuello con un moño marrón oscuro
1º ACTO
1º ESCENA
Señora: (acercándose al banco de la plaza,
donde se encuentra un mendigo, y hablándole a éste con infinita ternura)
–Señor, ¿quiere acompañarme al café de la esquina? Lo invito a tomar y comer
algo caliente.
Indigente (levantando los brazos en ademán
defensivo) -¿Qué hace señora? ¡Déjeme tranquilo por favor! ¡Yo no la molesto a
usted, siga tranquila su camino y vaya sola a ingerir lo que quiera!
Señora: (sonríe) -Vamos, ¡lo estoy invitando,
no deseo ir sola, quiero ir con usted hombre! ¿Es que acaso no tiene hambre?
Indigente: -¡Por favor déjeme señora! (gruñó
sarcástico mostrando su boca desdentada) -¿Qué le hace pensar que tengo hambre?
¡Termino de almorzar con el presidente! (responde en tono sarcástico, como
riéndose de si mismo)
Señora: (trata de tomar su mano) -Bueno pero
ahora quiero que me acompañe ¿o tiene vergüenza de ir conmigo?
Indigente: (enojado levanta sus brazos en
ademán de excesiva molestia y tratando de apartar a la mujer) -¿Qué hace usted
señora? ¡Déjeme en paz le dije! Usted es una señora rica y yo soy un pobre
viejo que duerme en la calle porque no tengo ni una mísera pieza donde
guarecerme del frío por las noches.
Señora: (sin perder la serenidad trata de
convencerlo) –Bueno hombre, yo sólo quiero ayudarlo, si no vamos juntos, me
sentaré a su lado hasta que acepte acompañarme ¡por favor, no se resista, la
mañana está muy fría para estar a la intemperie, venga con migo por favor!
Indigente: (incorporándose rápidamente) -¡Ni
se le ocurra compartir mi banco, me iré a otro lugar, usted se está burlando de
mí, no sé que intenciones tendrá, pero yo no le hice nada a usted para que me
esté fastidiando!
Señora: (lo toma del brazo amablemente, sin
darse por vencida) – Mi intención es ayudarlo, si usted se va, lo seguiré hasta
lograr que vayamos a ese lugar a conversar un rato y mientras tanto tomamos
algo caliente, es muy importante lo que tengo para decirle, no se enoje ¡se lo
ruego!
2º ESCENA
Policía: (acercándose) -¿Hay algún problema
señora?
Señora: -¡No, no oficial! No hay ningún
problema aquí, yo sólo deseo invitar a este señor al bar, para comer algo caliente
¿me ayudaría usted?
Policía: (rascándose la cabeza, por debajo de
la gorra) -El viejo Fran frecuenta por aquí en estos últimos años, disculpe
señora, pensé que la estaba molestando, ¿qué desea usted con él?
Señora: -¿Ve la cafetería de allí? ¡Sólo
quiero sacarlo del frío un rato! Deseo llevarlo con migo hasta ese lugar para
comer algo y decirle algo importante, pero hasta ahora no logro convencerlo,
¡parece que tiene miedo!
Indigente: -¿Está loca señora? ¡Yo no quiero
ir ahí! (resiste)
Policía: (tomándolo de los brazos) -¡Vamos
viejo, no le faltes el respeto, la señora es muy amable contigo, es una
oportunidad como pocas en tu vida, no te pasará nada malo, te está invitando a
estar un rato al calor de un techo!
Indigente: (retorciéndose, como para zafar de
la exigencia policial) -¡Déjame, yo no hice nada, y vos policía no me podes
obligar si yo no quiero!
Policía: (le susurra al oído) -Vamos viejo,
es una buena oportunidad para ti, no seas sonso, al menos por esta vez acepta a
la señora ¡tiene algo importante para decirte!
Indigente: (en repentino cambio, abandona su
resistencia) –Y bueno señora, ya que insiste tanto aceptaré, obedeceré a sus
caprichos de señora rica ¡vaya a saber qué se trae entre manos con todo esto!
(Señora y policía se miran aliviados y los
tres se dirigen a la cafetería
2º ACTO
ESCENARIO:
El interior de un bar
muy elegante.
1º ESCENA
(Señora, mendigo y policía entran al bar y se
acomodan en un rincón)
Gerente: (intrigado, y con gesto de
arrogancia extrema se acerca rápidamente a los tres comensales) -¿Qué está
pasando aquí señor oficial? -¿Qué es todo esto, acaso este hombre está en
problemas? (mirando despreciativamente al mendigo)
Policía: -Esta elegante señora, muy
amablemente quiso invitarlo a comer algo caliente a este lugar.
Gerente: -¡OH no, aquí no! ¡Es malo para mi
negocio tener personas así!
Indigente: (esboza una sonrisa, mostrando sus
pocos dientes amarillos) -Se lo dije señora! ahora si ¿me dejará ir?
(dirigiéndose al gerente) -¡Yo no quería venir señor!
Señora: (interrumpe mirando al gerente)
–Señor gerente ¿está usted familiarizado con la compañía Hernández y Asociados?
Gerente: (sorprendido, tartamudea
retrocediendo un paso hacia atrás y agachándose levemente) -¿Se refiere usted
señora a la firma bancaria que está a dos calles de aquí?
Señora: (asiente con gesto dominador y
adelantándose unos pasos hasta casi tocar al gerente)-¡Si, si señor gerente,
Hernández y Asociados, a dos calles de aquí!
Gerente: (responde impaciente)-¡Por supuesto
que los conozco! Ellos tienen sus reuniones semanales en una de mis salas de
banquetes ¡son nuestros mejores clientes!
Señora: (pregunta nerviosa) -Y eso ¿qué le
importa a usted? (continúa en actitud prepotente) -Yo señor, soy Penélope
Hernández, presidenta y dueña de esa compañía.
Gerente: (muy inquieto) -¡Mil perdones
señora! ¿Cómo podría imaginarlo?
Señora: (sonriendo nuevamente, se dirige al
oficial que permanecía estupefacto) -¿Le gustaría compartir una taza de café y
tal vez una comida con nosotros señor oficial?
Policía: -No señora, muchas gracias, estoy en
servicio, se lo agradezco y si ya no me necesita, le pido permiso para
retirarme
Señora: (insiste) -Entonces, ¿aceparía una
porción de café para llevar?
Policía: (complacido) -Eso si, puedo aceptar
señora, muchas gracias, es usted muy amable.
2º ESCENA
Gerente: (gira sobre sus talones, como
recibiendo una orden) -Ordenaré el café de inmediato para usted señor oficial,
y mandaré los mozos que atiendan su pedido señora, disculpe el mal momento,
tomen asiento por favor.
Señora: (arrogante y complacida) –Disponga de
su tiempo para cumplir con su obligación señor gerente y espero que esto le
sirva de paradigma, para en adelante no hacer diferencias entre las personas
pobres y los demás clientes del lugar.
Gerente: (con gesto reverente) –Nuevamente le
pido disculpas señora, no volverá a ocurrir (se retira de inmediato)
Policía: (mirando a la señora, hace una
observación) -Ciertamente lo ha puesto en su lugar.
Señora: (satisfecha) -Pensé que esto podría
hacer una diferencia en su trato (explica).en realidad esa no era mi intención,
pero aunque usted no lo crea, tengo una buena razón para todo esto.
3º ESCENA
El mozo: (asiste a tomar el pedido y a traer
el café vianda para el policía) -Buenos días señores, aquí está su café señor
oficial ¿le apetece algo más?
Policía: (recibe su café) –Gracias, muy
amable. (y dirígiéndose a la señora y el mendigo, se despide) -Disfruten los dos
del almuerzo, he aprendido algo más en el día de hoy señora, fue un gusto poder
ayudarla a cumplir su misión, sea cual sea, debe ser muy humana e importante
para ambos (dirige su mirada hacia el mendigo y se despide de él) -Mucha suerte
Fran, presiento que hoy será un gran día para ti, que Dios los bendiga (se retira).
4º ESCENA
Indigente: -Gracias señor oficial, espero que
así sea, hasta pronto.
El mozo: (toma el pedido del almuerzo y va en
su búsqueda)
Señora: (sentándose frente a su invitado, se
acoda sobre el borde de la mesa como para descansar tensiones) -Por fin solos
Fran ¿estás cómodo? ¿Tranquilo?
Indigente: -¡Hace tanto tiempo no me sentaba
a una mesa de bar, es decir, a ninguna mesa! Debo estar soñando seguramente,
esto me parece irreal, no me puede estar ocurriendo a mí ¡ya despertaré
seguramente!
Señora: -No te preocupes Fran, ya entenderás
todo luego que hablemos, ya verás que no es un sueño, que es parte de tu
realidad, esta realidad que a partir de hoy no será tan cruda.(coloca su mano
sobre el brazo tensionado del hombre) –Relájate Fran y comenzaré esta plática,
haciéndote una pregunta, a la que deseo contestes con seguridad absoluta ¿tú no
te acuerdas de mí?
Indigente: (mirándola directo a la cara)
-Creo que si, sus ojos me parecen familiares, pero no puedo saber de dónde, ni
cuando la he visto, debe ser que ya estoy viejo para recordar su nombre.
Señora: (tomándole las manos amigablemente)
-Mírame bien Fran, tal vez estoy un poco más rellenita, un poco más robusta,
pero cuando tú trabajabas aquí, hace muchos años, por esa misma puerta entré
muerta de hambre y frío (ruedan lágrimas por sus mejillas, se detiene por la
emoción) –Disculpa mi emoción, pero cuando viene a mi conciente esa época tan
difícil de mi vida, no puedo evitar que las lágrimas se me broten como un
manantial contenido.
Indigente: -No se preocupe señora, yo también
tengo ganas de llorar, pero mis lágrimas se han secado ya por tantas
injusticias.
Señora: (secando sus mejillas) -¡Imagino
cuanto habrás sufrido con el nefasto cambio, por eso ahora quiero ayudarte,
pero te explico como fue que nos conocimos y así recordarás, yo acababa de
graduarme en la universidad, y había llegado a la ciudad en busca de trabajo,
pero no podía encontrar nada, y cuando mis escasos ahorros se acabaron, me
echaron de la pensión y salí a la calle sin comida y sin lugar para pasar la
noche, (solloza) aquel tremendo día vi este lugar, entré temblando de debilidad
y miedo, mientras tú Fran, me recibiste detrás del mostrador, con una sonrisa
que animó mi desesperación, entonces te pregunté si podría trabajar por un poco
de comida.
Indigente: (interrumpe con un gesto de
algarabía) -¡Ahora me acuerdo!… ¡Ahora me acuerdo de usted! (brillan sus ojos
viejos) -¡Cálmese señorita Penélope!
Señora: (secándose las lágrimas que no cesan
de brotar, continúa) -¿Recuerdas Fran cuando saqué mis últimos centavos, los
dejé sobre el mostrador, y mientras tú los devolvías a mis manos, casi en
record de tiempo me alcanzaste un gran tazón de café caliente? ¡Junto al sándwich
más grande que vi. en mi vida! Y entonces me acomodé en este mismo rincón a
disfrutar de mi comida.
Indigente: (con gesto de satisfacción)
-¡SIIII… ahora lo recuerdo muy bien! ¿Y qué pasó después? ¿Cómo obtuvo este
maravilloso cambio señora?
Señora: (ya calmada)-Por favor Fran, a partir
de hoy llámame Penélope, y ahora te contaré en detalles el motivo de mi cambio,
con esas monedas que tú me devolviste me jugué el todo por el todo y tuve
suerte en un juego de azahar, con eso puse mi propio negocio, y así llegué
hasta acá, hoy soy dueña de una empresa que te necesita por tu bondad y
honestidad, espero no te niegues y aceptes mi oferta, pues no aceptaré un no
como respuesta Fran.
Indigente: (muy emocionado) -Pero señora
Penélope, esto es un regalo de Dios ¿cómo podría no aceptarlo? ¡Gracias,
gracias! Por primera vez en muchos años, soy feliz.
Señora: -Si Fran a partir de hoy serás uno de
mis empleados favoritos, te conseguiré un lugar donde vivir esta misma tarde, y
esta misma tarde iremos a comprar un poco de linda ropa, para que mañana te
presentes en la empresa a trabajar.
Indigente: -¿De qué manera podré pagarle
semejante favor señora Penélope?
Señora: -Ayudándome a crecer, trabajando duro
como tú sabes hacerlo, con mucho amor, sólo con eso Fran (observa los platos,
aún por la mitad, y acota) -Ahora a terminar nuestro alimento y nos vamos de
compra juntos
Indigente: (toma sus cubiertos, obediente)
-Si señora, se nos hace tarde.
5º ESCENA
(El mozo va y viene trayendo uno y otro
utensilio, hasta que llega el momento del plato dulce. Llega con dos suculentas
copas heladas, con salsa de chocolate)
(Penélope y Fran sonríen al unísono mientras
apuran el postre)
Indigente: -Ha estado tan rico todo señora
Penélope, y ahora debemos aprovechar el sol para organizar todo ¡no veo la hora
de empezar a trabajar duro para usted y su empresa, prometo que pondré lo mejor
de mí, no la defraudaré, se lo aseguro.
Señora: -¡No lo dudo ni por un instante que así
será, es época productiva, Fran, es
época de cosechar la siembra!
(Penélope toma del brazo a Fran y juntos se
retiran del recinto)
TELÓN
Autora: Clara Sofía Santana Miranda. Paraná,
Entre Ríos, Argentina.
soficlabib@hotmail.com