HOROSCOPOS: CANCER, LEO Y VIRGO

Luciano es simplemente quinto signo

Sol y fuego corazón del zodíaco

pasión y soberanía

único animal que una vez capturado

conserva su majestuosidad y su poderío

león

paciencia

paciencia de saber que la Primavera vendrá con Aries

(anterior elemento)

y con ella el paternal calor solar

que romperá los barrotes de la jaula

y del Puente al Río.

"Crispal"

Daniel Leyva

CANCER

Del 22 de junio al 21 de julio.

La cuarta casa del Zodíaco es Cáncer. Cáncer está regido por la Luna.

Cáncer es el signo que necesita siempre protección, amor y apoyo de terceros. Esto no quiere decir que sea un signo débil (aunque, por cierto, no es de los más poderosos); significa sí, que los cancerianos requieren una base firme a que aferrarse.

Dicho de otro modo: han de mantenerse siempre un sostén, un estímulo que los impulse a sentirse seguros en la vida.

Por eso, el amor es en los nativos de Cáncer firme y duradero. Cuando el canceriano ama, lo hace en forma definitiva y durante toda su vida.

Y extiende su amor no sólo a su cónyuge, a sus hijos, a sus familiares -en suma- sino también a su vecindad, a su barrio, a su comunidad, a su patria.

Pero así como los cancerianos quieren estabilidad y se aferran a sus posesiones y a las tradiciones familiares, paralelamente, la Luna -que como ya vimos, se mueve con más rapidez que cualquier planeta- los impulsa al cambio y a la aventura.

Por eso, paradójicamente, en Cáncer conviven dos tendencias. Una, que los impulsa a la quietud y la rutina; otra, que los lleva a viajar y ensayar diversos cambios.

Cambios, sí. Pero cambios que concluyen definitivamente cuando el canceriano ha encontrado lo que quiere.

Cáncer es un signo de naturaleza femenina y por eso mismo los cancerianos sufren de hipersensibilidad. Es decir, su sensibilidad se encuentra afinada hasta tal extremo, que, con frecuencia, suelen sentirse heridos con palabras o hechos que no llevan mala intención, pero que el nativo en Cáncer interpreta a través del engañoso lente de la hipersensibilidad.

Por eso, suelen caer a veces en excesos de llanto o melancolía que no responden a verdaderos motivos serios. O más bien responden a su hipersensibilidad extrema.

El hombre de Cáncer.

Por su naturaleza femenina -lo cual, entiéndase bien, no tiene nada que ver con carácter afeminado-, los varones de Cáncer son amantes de la belleza física y son deslumbrados a menudo por mujeres bellas o que imaginan bellas.

Son maridos excelentes y fieles.

La mujer de Cáncer.

En cuanto a las mujeres de Cáncer, son amables, cariñosas, amantes del hogar, la familia y los hijos.

Excelentes madres de familia, a veces, descuidan sus obligaciones, sin embargo, por su carácter distraído.

El amor para los nacidos en Cáncer.

Los cancerianos sienten el amor de manera muy intensa.

Se entregan de lleno a él, y tratan de apartar de su mente todo lo que tienda a distraerlos del objeto de su adoración.

Los mejores compañeros para los nativos de Cáncer, son los Escorpios.

Leo

Del 22 de julio al 22 de agosto.

La quinta casa del Zodíaco es Leo. Leo está regido por el Sol.

Leo, que representa al León, es un signo de carácter imperioso y dominante. En cierta medida se parece a Aries: en el sentido de que, tanto los nativos de Aries como los de Leo, tienen grandes dotes para el mando, la política, el caudillaje y la diplomacia.

Al hijo de Leo le agrada sobremanera sentirse obedecido. O, más que obedecido, sentir que a su alrededor la gente lo admira e inconscientemente desea obedecerlo.

Sin embargo, los nacidos bajo Leo, deben poner un límite razonable a esa afición al mando. En efecto, es tanto el deseo que tienen de imponerse a los demás, que pueden caer -y con frecuencia caen- en excesos de autoridad, que lastiman los sentimientos ajenos.

Ejemplo típico para ilustrar esta afirmación es el caso de Napoleón Bonaparte y también el de Benito Mussolini: italianos ambos, magníficamente dotados ambos para el mando. Y, sin embargo, su propia incapacidad para reprimir el ansia exagerada de mando los llevó a su propia autodestrucción.

La personalidad de Leo es, pues, sumamente atractiva, casi diríamos magnética. Ejerce inmediatamente un intenso influjo sobre las personas que caen bajo la orbita de su temperamento.

Desde otro punto de vista, el hijo de Leo detesta el sentimentalismo y la sensiblería. Pero esto no quiere decir que sean insensibles: lo que sucede, en cambio, es que sienten una repugnancia instintiva a exteriorizar sus sentimientos.

Esto los lleva al mismo tiempo, a una cierta timidez o retraimiento, que no es otra cosa que el reflejo de ese pudor por demostrar sentimientos blandos.

Otra condición de Leo -que, según como se use, puede ser una virtud o un defecto- es su gran ambición. Como el nativo de Leo se siente llamado hacia tareas superiores, pocas veces logra comprender, pocas veces logra admitir la idea de que el camino hacia las tareas de mando es largo.

Como consecuencia se fastidia al tener que realizar aquellas tareas subordinadas o inferiores que son los primeros pasos hacia puestos de mayor responsabilidad.

El hombre de Leo

El hombre de Leo suele ser un excelente padre de familia. ¿Por qué?. Muy sencillo: considera a su familia como su reino y, como él es el jefe de la familia, él mismo se considera el rey.

Naturalmente, necesita obediencia. Aunque no demasiada: por eso, las enérgicas mujeres de Aries o las muy sinceras de Sagitario pueden convertir a en un muy bueno y amoroso marido.

La mujer de Leo.

La mujer de Leo es muy noble y muy leal. Ama apasionadamente pero exige, en realidad, más amor del que ella es capaz de dar.

Son, sin embargo, exageradamente susceptibles y pueden sentirse ofendidas y humilladas sin que haya motivo valedero.

El amor para los nativos en Leo.

Por su temperamento dominante necesitan dos clases de compañeros: o bien un compañero sumiso, del tipo de Cáncer, que les consienta sus veleidades, arbitrariedades y caprichos, o bien un compañero enérgico, del tipo de Aries o Sagitario, que se los reprima con energía.

Virgo

Del 23 de agosto al 23 de septiembre

La sexta casa del Zodíaco es Virgo. Virgo está regido por Mercurio.

Ahora bien, Mercurio no sólo rige a Virgo sino también a Géminis. Pero su influencia es distinta en una y otra casa del Zodíaco.

En Virgo, Mercurio directa e intensamente sobre el intelecto. Por eso los nativos de Virgo suelen ser de alto coeficiente intelectual.

Los nativos de Virgo son personas muy realistas. Siempre saben donde se hallan ubicados: en una palabra, están "con los pies sobre la tierra". Nada más alejado del temperamento virguiano que "hacerse castillos en el aire".

En Virgo el intelecto prevalece sobre los sentimientos. Por lo tanto el nacido bajo Virgo tiende a racionalizar todo, lo que lo lleva adquirir un razonamiento lógico de extraña perfección.

En efecto, la lógica rige a Virgo. Y no sólo la lógica: también una increíble capacidad de análisis, una endemoniada habilidad para contemplar los hechos más triviales desde puntos de vista totalmente inesperados.

El virguiano no conoce tamiz atemperador de los sentimientos: él ve las cosas tales como son y emite su crítica con fría y segura inteligencia. Por eso, muchas veces sus juicios adquieren la forma crítica despiadada que puede herir a terceros.

No exageramos si decimos que el nativo de Virgo no tiene estados de ánimo. O, mejor dicho, sí los tiene, por supuesto. Lo que sucede es que el nativo de Virgo no permite que jamás sus estados de ánimo puedan influir en la formulación de sus juicios.

Con tranquilidad, frialdad y lógica analiza el mundo y emite sus opiniones, por lo general acertadas. Sin embargo, como no tienen en cuenta los estados de ánimo de los demás, suelen decir cosas inoportunas o que denotan falta de tacto.

Al mismo tiempo, los virguianos suelen ser las personas más desinteresadas del mundo. Son amigos de hacer favores, sin pensar jamás en si le serán retribuidos. Acometen a menudo largos y fatigosos trabajos de los que saben que no pueden esperar ninguna recompensa material: pero sí, en cambio, lo hacen con fervor, pues esperan otro tipo de recompensa; la recompensa del placer intelectual, tan caro para los nativos de Virgo.

El hombre de Virgo.

El hombre de Virgo es poco emotivo y demostrativo; en realidad, sobre él prevalece el intelecto y no el corazón. Es conservador y casero; le agradan las veladas tranquilas y la reflexión. Es muy difícil que un virguiano se declare a una mujer: espera tranquilamente a que sea ella quien le declare su amor. Y si ello no sucede, le da absolutamente lo mismo.

La mujer de Virgo.

En ellas prevalece, en cierta forma, el egoísmo y el egocentrismo. Hablan demasiado de sí mismas. Son rencorosas y no perdonan fácilmente. Además, tienen una tendencia continua a criticar y a encontrar defecto en los demás. Es una mujer muy difícil de contentar.

El amor para los nativos en Virgo.

En una palabra, para un virguiano no hay nada mejor que otro virguiano.

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