Mi lente
“CALLES PELIGROSAS” (MY DEAR WENDY): LA
IMPOSIBILIDAD DEL CAMBIO
Dirigida por Thomas Vinterberg en 2005
Dane Thomas Vinterbeg, junto a Lars von
Trier es co-fundador del movimiento cinematográfico Dogma 95 (Dogme 95). Ambos directores
de procedencia danesa crearon este concepto manifestando la necesidad de
rescatar la pureza del cine, y estableciendo además reglas para simplificar la
producción de películas. Esta propuesta tan radical y agresiva se plasmó en una
docena de películas que asustó y fascinó a partes iguales. Hoy día estos dos
autores han dejado atrás aquellos postulados y han dado, juntos, un paso
adelante. "Me encantó ser parte de Dogma. En aquel momento suponía andar
en la cuerda floja pero ya no lo es. Cuando comenzamos se trataba de
arriesgarse a hacer algo diferente, ahora está totalmente aburguesado", ha
declarado Vinterberg.
“La Celebración'' (''Festen'', 1998),
fue la película que enmarcaría Vinterberg definitivamente en el movimiento
Dogma y le traería la fama. El filme cuenta la reunión de una familia y amigos
para celebrar el 70° aniversario del cabeza de familia, el padre. Pero durante
la comida, un discurso pronunciado por el hijo menor hará saltar en pedazos la
celebración y la alegría de los asistentes, transformándolo todo en un doloroso
ejercicio de recuerdos y secretos del pasado. La película es también una
alegoría de la sociedad moderna y una crítica a la imposibilidad del luchador
social, de reivindicar la justicia y la razón: todo gira en torno a las
mentiras, al abuso del poder, al daño silenciado, a la hipocresía, la
impunidad, las vergonzosas dependencias económicas, cuando los trapos sucios
salen a la luz, para Vinterberg, todo es motivo de sarcasmo acerca de la
sociedad en la que vivimos.
De una manera peculiar se da el
enfrentamiento ante el poder. Al no soportar el dominio vergonzoso y degradante
del padre, el protagonista lo enfrenta. Se alían a él quienes también han
sufrido injusticia, explotación y malos tratos: los empleados y la servidumbre,
del poderoso padre. De una forma alegórica, se da la batalla política dentro
del esquema de “la lucha de clases”. En Europa es común este planteamiento, el
de cuestionar la validez de las tesis socialistas marxistas, aun después de
nueve años de la caída del muro de Berlín (la película es de 1988). Es así que
“el proletariado” se une al joven rebelde porque únicamente él es quien puede
enfrentar al padre (el Estado) por ser parte de la familia (del sistema) porque
ha vivido y conoce a fondo sus crímenes. Es el que más posibilidades tiene.
Finalmente es sometido, sus buenas intenciones y anhelos de justicia
(reminiscencias de “la izquierda”), son aplacadas por la fatalidad, el “poder
real”, inclemente y brutal (vigencia de “la derecha”).
Ahora Thomas Vinterberg, nos regala esta
su íntima y contradictoria visión de las luchas del inconforme y diletante en
contra de una sociedad que lo ignora, lo abandona, no intenta, ni logra
comprenderlo. Con su película “Calles Peligrosas” (inexplicable traducción del
poético -y epistolar- titulo original: “My dear Wendy). El héroe de la historia
y sus seguidores, lo mismo que en “Festen”, enfrentan una batalla perdida de
antemano. Aquí el planteamiento evita las alusiones político-socialistas que
recargan las acciones y el lenguaje de “Festen”, la referencia a la militancia
marxista era –casi- obligada por situar los sucesos en Dinamarca, país próximo
a lo que fue la “órbita socialista”, mas aun tratándose de un país que transita
por la Social-democracia dentro del esquema capitalista.
En “Dear Wendy” las acciones se sitúan
en los United States y el contexto es mucho muy diferente. Pero hay una crítica
al sistema establecido (Establishment), en las dos películas se acepta como un
fatalismo ineluctable y el blanco de los reproches se centra en el análisis de
las conductas del militante de la oposición o disidencia.
En “Festen” el diletante es una víctima
del sistema, en su propio entorno, y abraza la causa del desposeído, que es una
víctima “natural del sistema”. Mientras que en “My dear Wendy” el tema del
pacifismo (como podría haber sido la defensa de los animales o de la ecología)
presenta al convencido de una causa justa, atrapado en una encrucijada.
Reproduce los grandes esfuerzos del pequeño grupo de marginados, que buscan y
encuentran “valores” y posibilidades en una forma libre de vivir. Que son
concientes de su marginalidad y viven en la clandestinidad, pero, según
Vinterberg y su guionista Lars von Trier, no tienen esperanza alguna: “El mundo
es lo que es”. Esta visión pesimista y fatal de la realidad hace que cualquier
esfuerzo desemboque en tragedia. Lars von Trier lo había manifestado así en su
apocalíptico final de “Dogville”. No quita el dedo del renglón con esta
historia que “no va a ninguna parte”. En ambos casos las acciones de militancia
abrevan en ríos paralelos de injusticia incomprensión represión. Transitan por
retorcidos caminos de contradicciones y la confusión hace de ellos su presa.
Enfrentan al “Mundo establecido”, conservador por excelencia, esclerotizado por
el conformismo y escrupuloso ante los cambios y la innovación. La crítica es
puntillosa y exacta en ambos filmes.
Thomas Vinterberg y Lars von Trier, son
ellos mismos un par de inconformes y disidentes del arte. Ellos buscaron y
encontraron caminos diferentes y se propusieron traspasar los límites. Y lo han
conseguido con creces. Su afán renovador e iconoclasta los ha llevado a ser
implacables con cualquier postura que intente respetar lo establecido: los
Dogmas. Su crítica se ejerce por igual hacia el conservador, que al disidente
que acude a caminos retorcidos y medianías indefinidas. Su merito consiste en
crear y recrear la realidad desde la óptica del quehacer humano. Es más
importante la descripción y el desarrollo de sus historias que el trágico final
de ellas. En el desenvolvimiento de la trama hay mil matices y posibilidades.
El espectador pasivo solo encontrará en ellas motivo de angustia. Un espectador
atento y reflexivo se verá obligado a buscar las respuestas. Porque “My dear Wendy”
solo abre interrogantes. Magnífica película. Y en la óptica de Mi lente:
Imprescindible.
Autor: Rafael Fernández Pineda.
Cancún, Quintana Roo. México.
fernandezpr@hotmail.com