La influencia de las religiones en la medicina

El budismo

las "cuatro nobles verdades"

Por el Dr. Jorge Chávez

Después de siete años de búsqueda, Buda encontró a través de la iluminación el origen del sufrimiento para trascenderlo. Los siguientes cincuenta años de su vida los dedicó a predicar y transmitir su enseñanza a quien quisiera escucharlo, lo que hizo a través de "las cuatro nobles verdades" que le dan al practicante la capacidad de aliviar el dolor, escapar del sufrimiento y alcanzar el completo bienestar fisico, psiquico y social. En esto se igualan el budismo y la medicina.

1 Buda dijo: "Toda la humanidad está enferma. Vengo a ustedes como un médico que ha diagnosticado esta enfermedad universal y está preparado para ayudar a curarla".

¿A qué enfermedad se refiere Shakyarnuni Buda con

esta afirmación? ¿Cuál es el padecimiento que el "Iluminado" pretende sanar en la humanidad enferma

La respuesta es: El sufrimiento. Cuenta la tradición

que el príncipe Shidartha Gautama heredero del reino de los Shakyas, al norte de la India- vivió su infancia y juventud encerrado prácticamente en el palacio de su padre, rodeado de lujos, riqueza, abundancia y prosperidad. A tal grado, que no conocía ni el dolor ni él sufrimiento que acosan a la mayoría de la gente, hasta que un día, en complicidad con su cochero, salió a hurtadillas del palacio y presenció cuatro escenas perturbadoras que lo conmocionaron profundamente. Éstas son conocidas en la doctrina budista como los "Cuatro signos".

El primero de estos encuentros perturbadores fue con un anciano, por quien el príncipe conoció el sufrimiento que causa la vejez y el deterioro físico; el segundo con un hombre muy enfermo y el tercero con un cortejo fúnebre que lo enfrentó cara a cara

con el dolor que causa la muerte de un ser querido. Profundamente afectado preguntó a su cochero qué era todo aquello que causaba tanto dolor a la gente, a lo que el sirviente contestó: "Señor, no hay salida. La vejez, la enfermedad, la muerte... ese es el destino de los seres humanos".

El príncipe Shidartha estuvo muchos días apesadumbrado al hacer conciencia del sufrimiento del hombre hasta que llegó al cuarto signo:

Cierto día, encontró en las afueras de palacio a un hombre que denotaba una serena tranquilidad y en

su rostro descubrió una actitud de completa calma, decisión y desapego. Preguntó a su lacayo quién era ese hombre, a lo que aquel contestó:"Es un asceta, Señor; un hombre santo que vive solo en el bosque meditando Suda en él siglo 1 según el arte de Gandhare, que lo representa llevando en la mano derecha una rueda. uno de sus signos distintivos.

y haciendo oración. Vive de las limosnas que le dan y no posee absolutamente nada".

El príncipe Shidartha creyó encontrar, en ese momento, la solución al sufrimiento humano y tomó la decisión de abandonar no sólo los lujos y las riquezas, sino también renunciar a su esposa y a su hijo recién nacido para retirarse al bosque a meditar.

Practicó un ascetismo extremo durante más de seis años, hasta casi morir de inanición, pero tampoco ahí encontró la paz que anhelaba su corazón ni la sabiduría que le revelara los secretos de la existencia.

Entonces, repuesto física y mentalmente, se propuso alcanzar, de una vez por todas, la iluminación; es decir, ese estado de conciencia superior que le permitiera descubrir el origen del sufrimiento y trascenderlo.

Finalmente, después de siete años de búsqueda, el ex-

príncipe y exasceta alcanzó la iluminación a través de lo que en el budismo se conoce como la Vía Mediana (entre el apego a los bienes materiales y la renuncia extrema).

Decidido a compartir con todo el mundo su trascendental hallazgo, inició su predicación y trasmitió su enseñanza a quien quisiera escucharle. Esta predicación sé prolongó durante cincuenta años y dio origen a ese movimiento filosófico conocido como "budismo" considerado por la mayoría de la gente como una religión.

En realidad, más que una religión, se trata de una doctrina práctica y metódica, perfectamente racional y descriptiva en la que se enseña al practicante a escapar del dolor y el sufrimiento "samsara", como le llaman los budistas, a fin de alcanzar la paz duradera, él eterno gozo, la completa iluminación, que en términos budistas sería alcanzar el Nirvana.

Ahora bien, ¿cuál es el método infalible para escapar del sufrimiento y alcanzar la iluminación que propone el budismo?

Shakyamuni Buda lo expresó en las siguientes afirmaciones, que se conocen como "Las Cuatro Nobles Vérdades":

1 Nadie puede negar que el sufrimiento es condición

de toda existencia. (El sufrimiento es universal).

2 Los seres humanos padecen el sufrimiento y la insatisfacción general porque son posesivos, apasionados y sobre todo, egoístas. (El origen del sufrimiento es él deseo).

3 El egocentrismo, la posesividad y la pasión pueden,

no obstante, ser entendidos, superados y extirpados.

(La cesación del sufrimiento se logra eliminando el deseo).

4 Esta extirpación o conquista puede llevarse a cabo siguiendo el simple y razonable "Noble Octuple Sendero" de conducta. (Podemos eliminar el deseo a través de la práctica del Octuple Sendero).

¿En qué consiste este Octuple Sendero?

Enunciado esquemáticamente sería lo siguiente:

1.- Entendimiento recto

2.- Intención recta

3.-Palabra recta

4.- Acción recta

5.- Vida recta

6.- Esfuerzo recto

7.- Atención (o conciencia) recta

8.- Concentración (meditación) recta

Las costumbres indias ordenaban que, como príncipe, Sidharta recibiera educación física que incluía el tiro

con arco.

AL Sidharta observa a su mujer o hijo antes de abandonar su palacio. En otras palabras:

1.- Ver

2.- Pensar

3.- Hablar

4.- Actuar con verdad (Según el Dharma)

5.- Vivir

6. - Esforzarse

7.- Atender

8.- Meditar

Es decir, siguiendo la metáfora de la curación:

1. En primer lugar, ver con claridad la enfermedad que hay en ti (egoísmo, deseo, apego)

2. Tener la intención de curarte

3. Manifestar este deseo en tus palabras y

4. En tus actos

5. Aplicando esta intención a palabras y actos curativos a tu vida cotidíana

6. Esforzándote por corregir lo que haya qué corregir y ser constante

7. Atendiendo constantemente al patrón correcto (Dharma, verdad o ley)

8. A través de contemplar la verdad sin falsas percepciones (a través de la meditación)

Hay dos conceptos claves en la filosofia budista, entorno a los cuales gira buena parte de la enseñanza: Él Dharma y el Karma. En términos muy generales, y tal vez Pecando, de simplistas, se podría decir que el "Dharma" significa la verdad, la ley de la existencia, el modo de ser real de las cosas ("lo que es"). En términos occidentales equivaldría a "la ley de Dios". Por su parte, el Karma es "la ley de causa y efecto" ("cosechas lo que has sembrado", "con la vara que midas, serás medido", etc.). En términos judeocristianos, sería algo parecido a la "justicia divina".

La medicina, al igual que el budismo, tiene el primordial objetivo de ayudar al ser humano a aliviar el dolor, a escapar del sufrimiento y alcanzar "el completo bienestar fisico, psíquico y social", lo que equivale, en él budismo, a alcanzar el Nirvana.

La mayoría de las religiones pretenden que el hombre se eleve hasta Dios a través de una serie de normas, preceptos o mandamientos, siguiendo determinados ritos o prácticas religiosas, respetando un dogma, un cuerpo de enseñanza revelado por la divinidad que se debe aceptar como un acto de fe.

El budismo es diferente: no reconoce a ninguna deidad absoluta a la que haya que rendirle pleitesía. Shidartha Gautama o Shakyamuni como también se le

conoce fué un hombre que, a través de su esfuerzo

personal alcanzó tal grado de perfección en sí mismo, que le llevó a comprender el origen del sufrimiento humano por compasión- (por "humanidad") lo dio a

conocer a los demás.

A ese estado de sabiduría, los hindúes le han llamado, desde hace muchos siglos, el estado de "iluminación" o de "budeidad", y quien lo alcanza es el iluminado o el Buda.

La meta del budismo es que cada ser humano sé

convierta en un Buda, en un ser iluminado, en un hombre o mujer- perfecto. El camino para alcanzar tal grado de perfección mental está muy bien delineado, puesto que Shakyamuni Buda, el último de los Budas reconocido, según la tradición lo difundió por doquier durante cincuenta años de predicación, y sus seguidores han extendido esta enseñanza desde hace más de 2,500 años.

Evidentemente, no se trata de una

"medicina del cuerpo", sino más bien de una "medicina de la mente". Lo que hay que curar es la mente, señala el budismo, porque el cuerpo está subordinado a ella y sólo manifiesta lo que aquella percibe. "Curar la mente" no significa tratar padecimientos psiquiátricos; ni tampoco modificar trastornos conductuales específicos. Curar la mente, según la óptica budista, es liberarla de la ignorancia. Y volvemos con las aclaraciones. el hombre ignorante --dicen los budistas- no es el analfabeto o el inculto, sino aquel que no ve lo que debería ser evidente para todos: un comportamiento inadecuado (cargado de ira, engaño y mentira, de avaricia, etc.) traerá resultados inadecuados (para uno mismo y para los demás). La salud, fisíca y mental, sólo es el resultado de tus acciones; y tus acciones sólo son el resultado de tus creencias, de tu percepción de la realidad, de tu visión del mundo, Transformar una visión inadecuada de la vida (los budistas llamarían Maya a esta visión ilusoria de la realidad), en una visión real del mundo y de ti mismo (los budistas le llamarían ver con sabiduría, con iluminación). En esto consiste la autocuración, el escape del sufrimiento, el Nirvana.

Este enfoque curativo global del ser humano, va más allá del enfoque reduccionista de la medicina que sólo toma en cuenta al cuerpo, dentro del esquema materialista de la lesión puramente biológica y funcional.

Afortunadamente cada vez hay una mayor apertura entre los médicos y las instituciones para trascender ese patrón médico limitante y asomarse a un renovado concepto de "Medicina del hombre en su totalidad como le ha llamado el doctor Fernando Martínez Cortés.

Ron Leifer, eminente psiquiatra norteamericano, escribió un magnífico ensayo denominado "El proyecto de la felicidad", en el que hace una detallada reflexión

acerca de esta visión budista para alcanzar la salud total (fisica-mental, emocional, espiritual). Dice Leifer: "Los intentos de satisfacer nuestros deseos, evitar el dolor y crearnos una identidad, son legítimos y naturales; pero a la vez ocasionan sufrimiento, tanto a nosotros mismos como a los demás. El budismo Dama a esos intentos "Los tres venenos" y enseña que el camino para transformarlos empieza con las "Cuatro Nobles Verdades".

Según la visión budista, toda enfermedad nace de

éstos tres venenos., El apego, la aversión y la ignorancia.

El apego representa el lado "oscuro" del deseo. Es casi imposible no desear; deseamos alimento cuando padecemos hambre, abrigo cuando arrecía el frío; compañía cuando nos sentimos solos...

El apego sería hipotecar la felicidad, nuestra felicidad, y condicionarla exclusivamente a la satisfacción de

esos deseos. Postergar al infinito el bienestar, supeditándolo al disfrute de cientos, miles de deseos que nuestra visión ilusoria de la vida nos proyecta en una película, sin fin, de insatisfacción.

El budismo propone vivir plenamente el momento presente, sin atormentarnos por las visiones ilusorias del pasado o del futuro, sin apegarnos para nada a las cosas Suda tuvo que sufrir muchas veces las tentaciones del demonio Mara, que montaba un elefante blanco. Y, Buda, ya iluminado, en una reunión con el rey de Magadha, según un fresco de¡ monasterio de Mulagandhakuti.

o a las personas porque todo en esta vida es transitorio. En términos budistas sería hacer consciencia de la realidad de la impermanencia.

El segundo veneno, del que derivan las enfermedades, es la aversión. Ésta consiste en esa actitud mental

que me separa del mundo, o de una parte del mundo: la separación entre blancos y negros, ricos y pobres, cultos e incultos, cristianos y musulmanes, oriente y occidente, etc. Esa actitud de separatividad da origen al miedo, al odio, a la violencia y al sufrimiento.

Para contrarrestar este segundo veneno, el budismo propone la compasión: esa noble actitud de calzarme los zapatos del otro y ver, por un momento, con la percepción del otro, a fin de comprenderlo, tolerarlo y -l vez- amarlo. En la práctica budista se trabaja este aspecto meditando en la verdad de la interdependencia: todos estamos unidos y formamos una misma red de relaciones. Lo que le afecta al otro, me afecta a mí, porque no estamos separados, sino irremediablemente unidos con todo lo que es.

El tercer veneno según la enseñanza budista- es la ignorancia. La ignorancia acerca de la realidad verdadera de las cosas me hace creer que tengo una existencia separada e independiente de los demás y me construye un Yo, un "ego" que me hace

sufrir: la mitad de la vida construyéndome un ego, un prestigio, una personalidad, una noción de mí mismo; y la otra mitad de la vida, defendiendo ese ego, ese prestigio, esa personalidad, esa noción inventada e irreal con respecto de mí mismo. Cuando me doy cuenta de que no soy ese quien creo ser; cuando voy trascendiendo esa visión limitada de mi mismo y me doy cuenta, al mismo tiempo, que los demás no son la imagen que tengo de ellos, entonces dejo de construir barreras en mis relaciones, sano mis relaciones y renuncio a la agonizante tarea de defender, veinticuatro horas al día, mi reducto de personalidad y me dedico a vivir, a disfrutar de la existencia como algo real, presente y satisfactorio. Entonces, alcanzo el bienestar físico, psíquico y social del que habla la medicina occidental, porque dejo de sufrir la extenuante tarea de inventarme a mí mismo a cada instante y simplemente soy y Vivo en el presente, siendo el que soy no el que creo ser o el que quiero que los demás crean que soy. A eso, el budismo lo llama alcanzar la sabiduría, convertirse en un ser iluminado, en un Buda.

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