BASURA DE ILUSIÓN

Eran casi las nueve de la noche cuando recordé que debía sacar la basura. Al salir descubrí una noche plena de estrellas que adornaban el barrio Los Alerces. En momentos que depositaba la bolsa se acercó una joven con la misma intención, y al dejar la suya perdió el equilibrio cayendo al suelo, entonces la ayudé a reincorporarse. Me sorprendió la llamativa bolsa que había dejado, era del "New Baires Shopping", y como distracción le hice un comentario: "¡Qué lindo es tener plata y tirar basura de lujo!" algo que no le causó gracia por sentirse mal. Iniciamos una conversación espontánea y al verla inestable la invité a mi casa a tomar algo caliente, estimando que le haría bien. Una vez en el interior se recostó en un sillón negándose a toda asistencia médica. Angustiada me contó funestas vivencias y llegó a confundirme por su comportamiento ciclotímico, entre llantos y sonrisas. Se fue durmiendo a medida que se apagaba Su voz, la cubrí con una manta y permanecí observándola con entusiasmo. En cambio yo no podía dormir apabullado ante el desconcierto y su debilidad, sólo tenía en claro algo evidente, que era hermosa… Comencé a ilusionarme con una de sus expresiones: "Me gustaría vivir lejos de la ciudad, casarme y tener varios hijos", porque coincidía con mis deseos. El tiempo avanzaba buscando el sol del amanecer y yo persistía analizando la realidad, ya que apenas la conocía e ignoraba la verdad de su pasado. Pensé en esperar y si todo salía bien… entonces comprendí que me estaba enamorando.

Apareció el nuevo día y se despertó sobresaltada, preguntó la hora y comenzó a decir: "Me tengo que ir, me tengo que ir". Mientras yo insistía en acompañarla, ella se negaba una y otra vez. Cuando se detuvo un instante nos miramos a los ojos, y leyendo mi alma comprendió que no quería dejarla, que estaba fascinado. Si bien nuestro futuro era incierto, por qué no maravilloso. Con el semblante inexpresivo se deslizó cerrando la puerta a pesar de mi angustioso estado. Pocos minutos después regresó para decirme que por la tarde vendría a conversar y eso hizo estallar mi espíritu enamorado. El sueño me vencía pero ya no tenía tiempo para descansar y preparando el desayuno antes de salir hacia el trabajo, encendí la radio y entre las noticias escuché una que me paralizó. Decía más o menos así:

"¡Milagro de Dios! anoche, un recolector de residuos al manipular una bolsa se encontró con una nena de pocas horas de vida. El hecho sucedió en el barrio Los Alerces y la pequeña se encontraba dentro de una lujosa bolsa del New Baires Shopping".

Jamás la olvidaré, pensando que… ¡Que la conocí en la basura!

Edgardo González.

Buenos Aires, Argentina.

ciegotayc@hotmail.com

 

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