Don Francisco Ignacio Madero González

 

Auge y crisis de la Revolución maderista

 

Por Raúl Espinosa Gamboa

 

Como un testimonio histórico, en la ciudad de Parras de la Fuente, Coahuila, en los libros del Registro Civil, correspondiente al año de 1874, se encuentra

registrado el nacimiento de don Francisco Ignacio Madero González, quien fuera el jefe máximo de la Revolución del 20 de noviembre de 1910, que pondrá

fin a la prolongada dictadura del general Porfirio Díaz Mori.

 

Dicha acta de nacimiento asienta lo que sigue:

 

"En Parras de la Fuente, Coahuila, a los 27 días del mes de enero de 1874, a las diez del día (sic), compareció el señor don Francisco Madero, de 24 años

de edad, casado, agricultor, y vecino de la Hacienda del Rosario de ésta jurisdicción, y dijo que: que desde el día 30 de octubre del año procsimno (sic)

pasado de 1873, nació en la casa en que vive, en la misma hacienda, un niño hijo legítimo suyo y de su esposa doña Merced González de 19 años de edad y

al que le han puesto el nombre de Francisco Ygnacio (sic) Madero, siendo sus abuelos paternos el señor don Evaristo Madero y la señora Rafaela Hernández,

ya finada, y maternos, don Francisco González Prieto y doña Pilar Treviño..."

 

Don Francisco I: Madero, fue miembro de una de las familias más ricas del país, cuya fortuna en esa época se calculaba en más de 25 millones de pesos y

obtuvo una educación muy amplia en Francia y los EEUU, donde estudió contabilidad, economía política, comercio y homeopatía.

 

A partir de 1904 comienza a inmiscuirse en asuntos políticos de Coahuila, participando en la fundación del Partido Democrático Independiente, que se opondrá

a la reelección del gobernador porfirista, Miguel Cárdenas. Colaboró en El Demócrata, órgano de ese partido, en el que escribió artículos políticos, difundiendo

sus ideas democráticas sobre el voto y la libertad. Apoyó económicamente al periódico Regeneración, aunque en 1908 reprobó los levantamientos armados promovidos

por el Partido Liberal Mexicano, que encabezaba Ricardo Flores Magón.

 

En 1908 publicó La Sucesión Presidencial de 1910, en el que proponía "la restauración de la democracia al amparo de la Constitución de 1857", en donde,

además, manifestó la necesidad de formar un gran partido "que participe en las elecciones presidenciales de 1910"; definiendo a la Constitución del 1857

como el triunfo de las ideas liberales. El 22 de mayo de 1909 participa en la creación del Centro Antireeleccionista de México, del cual surgirá el Partido

Nacional Antireeleccionista que lo designará candidato a la presidencia de la República, iniciando una intensa campaña política por todo el país para difundir

los principios democráticos que postulaba, hasta que el 6 de junio de 1910 fue encarcelado en Monterrey bajo la acusación de "conato de rebelión y ultraje

a las autoridades", siendo trasladado a San Luis Potosí, donde recibirá la noticia del fraude que favorecerá al general Díaz.

 

El 6 de octubre, Madero huye, refugiándose en San Antonio, Texas. A fines de ese mes, lanzó el Plan de San Luis, en el que declaraba nula dicha reelección.

Madero designó gobernadores provisionales y llamó a la insurrección nacional, que debía iniciarse el 20 de noviembre de 1910 a las seis de la tarde. A

partir de esa fecha los combates se dan en ascenso en el territorio nacional. Madero regresa al territorio nacional, el 13 de febrero de 1911, poniéndose

al frente de la lucha armada.

 

El 6 de marzo es herido en el sitio a Casas Grandes, Chihuahua. A partir de esa fecha se entablan las primeras conversaciones entre los representantes del

gobierno porfirista y maderistas, sin llegar a progresos significativos, pero el 10 de mayo se produce la toma de Ciudad Juárez por las fuerzas de Francisco

Villa y Pascual Orozco, lo que precipitará la caída de la dictadura, al firmar el general Porfirio Díaz Mori, el 25 de mayo de 1911, su renuncia a la presidencia

de la República.

 

El licenciado Francisco León de la Barra, asume interinamente la primera magistratura y convoca a nuevas elecciones de acuerdo a lo estipulado en los Tratados

de Ciudad Juárez. Celebradas éstas, el 2 de noviembre de 1911, el Congreso de la Unión declaró que "los señores Francisco I. Madero y José María Pino Suárez,

son presidente y vicepresidente de la República, respectivamente".

 

Ese día conclúyale proceso democrático que se había iniciado con la jornada electoral del primero de octubre de 1911 y, donde según la documentación histórica

registrada, se señalaba que "de los 21 mil 141 sufragios de los electores, 19 mil 997 fueron para el señor Madero, en tanto que de los 19 mil 406 se emitieron

para elegir vicepresidente, 10 mil 245 favorecieron al licenciado Pino Suárez". De acuerdo con la ley electoral en vigor entonces, la elección fue indirecta,

cada voto representaba a grupos de 500 habitantes o fracción mayor de 251 de los mismos.

 

Crisis y caída del maderismo

 

Don Francisco I. Madero había participado en la contienda política que propicia la caída de la dictadura del general Porfirio Díaz, convencido de que el

país necesitaba un cambio democrático y la instauración de un régimen de ese tipo: elecciones limpias, reconocimiento del triunfador, libertad de prensa,

respeto al poder legislativo; en fin, de garantías individuales y libertades democráticas. Consideraba que las reformas sociales podían aplazarse y que

la libertad traería el beneficio popular. Esas ideas, por un lado, estaban muy lejos de la mente de los campesinos surianos que se habían sublevado para

obtener la devolución de tierras de las que habían sido despojado y no cederían hasta obtenerlas.

 

Por otro lado, los hacendados y la burguesía ligada a "los científicos", luego de la caída de don Porfirio, iniciaron su ofensiva contra el presidente Madero,

aprovechando las libertades que el régimen concedía. Desde la prensa y en la tribuna de la Cámara de Diputados, los representantes del porfirismo que seguía

intacto, pese a que el viejo dictador había sido desterrado, hacían escarnio del régimen maderista, lo ridiculizaban, y le restaban prestigio ante el pueblo,

a la vez que conspiraban para alejar el peligro que cernía sobre la estructura económica y social del porfirismo.

 

Don Francisco I. Madero, por su parte había incorporado a su gabinete a destacados porfiristas, mientras que pocos revolucionarios formaban parte de su

equipo de gobierno. Cavilaba que nada tenía que temer, en tanto que no pensaba alterar las líneas de actuación gubernamental en lo económico y lo político.

El distanciamiento de Madero con los revolucionarios, había dado lugar a que los zapatistas promulgaran el 28 de noviembre de 1911 el Plan de Ayala; el

movimiento de trabajadores creara la Casa del Obrero Mundial en septiembre de 1912 y, la falta de una política de Estado clara, facilitó el crecimiento

de la oposición de las fuerzas más conservadoras al régimen de del presidente Madero, quienes, además de buscar su derrocamiento, trataron darle un carácter

legal a ese proceso.

 

A la par con esos hechos, el 16 de diciembre de 1911, el general Bernardo Reyes se levanta en armas al norte del país. Derrotado es trasladado a la prisión

militar de Santiago Tlatelolco, donde sería juzgado. En marzo de 1912, se rebela Pascual Orozco con el Plan de la Empacadora con planteamientos progresistas

y promesas de reformas el cual será combatido por tropas al mando del general Victoriano Huerta. En octubre del mismo año (1912), el general Félix Díaz

se lanza a la lucha contra Madero en Veracruz, pero es derrotado por fuerzas enviadas por el gobierno y trasladado a la capital para ser juzgado.

 

La inquietud de inversionistas nacionales y extranjeros, las conspiraciones de los "científicos", las campañas en la prensa y en la Cámara y las luchas

campesinas se conjugaron para derribar el frágil gobierno de Madero. El 9 de febrero de 1913, alumnos de la Escuela de Aspirantes de Tlalpan, liberan a

los generales Bernardo Reyes y Félix Díaz. El primero muere al intentar atacar Palacio Nacional y el segundo, con un reducido número de soldados se refugia

en la Ciudadela, donde cuenta con suficientes armas y municiones como para resistir 6 meses. A partir de ese momento se llevan a cabo combates que afectaron

al conjunto de la ciudad durante diez días y por eso se le conoce en la historia como La Decena Trágica.

 

Las condiciones políticas desfavorables a don Francisco I. Madero, la intensa propaganda, la designación del general Huerta como Secretario de Guerra y

los esfuerzos del embajador Henry Lane Wilson por derrocar al régimen maderista, culminaron con el Pacto de la Embajada donde acordaban además de deponer

a Madero, colocar al felón Huerta como presidente provisional, para luego convocar a elecciones donde Félix Díaz sería electo presidente. Lo dramático

de todo esto es que se actuaría conforme la dispuesto por la Constitución después de presentadas "las renuncias" de Madero y Pino Suárez, como en realidad

se hizo.

 

Así, presos el presidente y el vicepresidente, los golpistas, entregan a la Cámara de Diputados "la renuncia" de estos, quienes la aceptan por mayoría,

llamando por "ministerio de ley" al Secretario de Relaciones Exteriores, don Pedro Lascuráin, "para que preste la protesta de ley" como Presidente de la

República. Inmediatamente, ante los integrantes de la XXVI Legislatura, el licenciado Lascuráin nombra al general Huerta, Secretario de Gobernación quien

ha otorgado la protesta Constitucional. 45 minutos después, Lascuráin presentaba su renuncia como "Presidente Interino Constitucional" y era nombrado para

tal cargo el propio general Huerta. Así se realizó la farsa "legal" el 19 de febrero de 1913.

 

Al consumarse el cuartelazo, el general Huerta ordena el asesinato de don Francisco I. Madero y de don José María Pino Suárez, el cual se realizaría el

22 de febrero de 1913, que pretenderá encubrir diciendo que "murieron en un intento se liberados por sus partidarios" para envolver el brutal crimen. Concluía

así la primera etapa de la Revolución Mexicana (1910-1917), conocida como la revolución maderista y se iniciaba el período de la revolución constitucionalista

que vino a propiciar un cambio sustancial y a configurar la nueva estrategia social, política y reivindicatoria del movimiento que encabezó el 20 de noviembre

de 1910 don Francisco Ignacio Madero González.

 

En su acta de nacimiento será asentado como Francisco Ygnacio Madero

 

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