ASTROLOGÍA CORRESPONDENCIA CON EL TAROT

 

Algunas reflexiones tomadas de mi libro “Tarot fuente de inspiración y magia“.

 

ASTROLOGÍA

 

Hasta ahora hemos intentado hacer un trabajo con el mayor rigor científico, dentro de las posibilidades bibliográficas existentes y que consideramos más fidedignas, así como teniendo en cuenta las posibilidades y los recursos que nos ha dado nuestra experiencia profesional, que para nosotros es lo que realmente cuenta.

Tenemos que sentar como premisa, que el esoterismo no es una ciencia académica, no tiene reconocimiento universitario, al menos en España; pero sí hay una evidencia, y es que es el precursor de la ciencia. No cabe duda que la alquimia es la precursora de la química y la "magia" es precursora de muchas ramas de la ciencia: medicina, física, etc.

Los fenómenos cuyos efectos se conocían, cuyas causas han permanecido inexplicables, han ido obteniendo respuestas a través de la ciencia, pero aún permanecen muchos fenómenos sin el conocimiento aparente o incluso real de la causa que los produce.

El esoterismo ha intentado y sigue intentando contemplar, observar y a veces explicar el por qué, de cierta fenomenología inexplicable desde un punto de vista científico; pero el esoterismo es lo arcano, lo antiguo, lo profundo, el inconsciente colectivo y a veces lo rayano en la superstición y la superchería.

Para nosotros, el esoterismo es lo oculto, la realidad no visible del ser vivo; aquellas partes de nuestro ser en las que no entramos, las cuales, no dominamos o dominamos mal; las fuerzas que no conocemos y por tanto no controlamos; pero existen personas que se han especializado en el estudio de esta fenomenología, que no es sólo humana, porque sabemos de muchos animales en los que también se da. Las personas especializadas en el estudio de estos fenómenos, están interesadas, básicamente, en el descubrimiento y aprendizaje del Tarot y otras técnicas de autoconocimiento. La mayor parte de las escuelas esoteristas, piensan que todas las técnicas tienen relación entre sí aunque son interdependientes. Nosotros nos hemos limitado a recoger algunos de los aspectos de estas prácticas que tienen relación con el Tarot —tema central de nuestro trabajo— y pensamos que efectivamente existe un tronco común que es el ser humano como centro y las distintas escuelas o doctrinas que éste ha ido inventando. Pero es difícil aseverar que existe relación matemática entre las distintas mancias o técnicas de autoconocimiento y del conocimiento del entorno, y véase que en ningún momento deseamos hablar de técnicas "adivinatorias".

Reconocemos que existe la intuición, que puede que exista la telepatía, que el poder mental juega un papel importante en nuestras vidas, pero que hay que pisar, no con pies de plomo precisamente, y sí con pies de goma para no hundirse en las aguas de un océano, que pueden ser extraordinariamente cenagosas y que pueden ahogarnos, meternos en un abismo que por ahora tiene pocas posibilidades de retorno. No obstante, sí que existen técnicas de autoconocimiento cuya evidencia a nuestro juicio es bien patente.

 

Las que estamos desglosando, teniendo como centro el Tarot, no son técnicas ilusorias ni mágicas, ni están basadas en el azar y sí en nuestro propio inconsciente y en definitiva, en los arquetipos del inconsciente colectivo; también en la interacción que existe entre todos los elementos del cosmos. Aquí hay un peligro, y es que se abuse de la teoría antropocéntrica, es decir, el ser humano como centro de todo, el ser humano que vive en un rincón del inmenso universo y que no conoce bien ni siquiera su sistema solar y menos —ni que decir tiene— su galaxia (la Vía Láctea). Pero también es verdad que el ser humano a falta de un conocimiento mayor, ha de montar sus teorías sobre la base de lo que conoce, por tanto una cosa es pensar que seamos el centro de la creación y otra cosa es pensar que no nos quedan otros recursos para trabajar e investigar, que aquellos con los que contamos o los que poseemos. Y seguimos pensando, que en base a la supuesta interacción de todos los elementos cósmicos, los cuerpos celestes de la Vía Láctea, —que es nuestra galaxia— o próximos a ella, y obviamente aquellos otros cuerpos que forman parte del sistema solar, juegan un papel importante en la marcha de nuestro planeta, de sus acontecimientos y de los seres animados e inanimados que lo habitan.

Desde el inicio de los tiempos, el ser humano ha tenido en consideración los movimientos del Sol, la Luna, las estrellas y los planetas. Esta importancia ha venido reflejada a lo largo de la historia, en el gran número de construcciones megalíticas realizadas, que cumplían con la función de establecer las rotaciones planetarias anuales. La más conocida, la de Stonehenge, en Inglaterra, se inició hacia el 2.500 a.c.y según el profesor Hawking representa un trabajo de 1.497.680 días de trabajo hombre. Hay quien dice, que en investigaciones realizadas sobre inscripciones óseas en la Edad del Hielo, el hombre ya conocía los periodos lunares hace unos 32.000 años. En Egipto, se han encontrado mapas estelares que datan del año 4.200 a.c. Si bien fueron los caldeos, grandes astrónomos y matemáticos, los que reflejaron la constancia de los movimientos de las estrellas y los planetas, de acuerdo a un orden fijo, confeccionando su sistema cosmológico de acuerdo a las doce constelaciones más importantes por las que el Sol pasaba periódicamente.

Ya dijimos en el capítulo anterior, por qué los fenómenos metereológicos, e incluso las tormentas solares, juegan un papel importante en determinados aspectos en la vida de muchos seres. Hasta la fecha nadie ha discutido ni ha superado el principio de que los cuerpos celestes se atraen recíproca, proporcional e inversamente. Por tanto, sentadas todas estas premisas, llegamos a la conclusión de que los astros influyen sobre la tierra y sus habitantes.

La Astrología, que es también la precursora de la Astronomía, —hasta hace unos 300 años la Astrología y la Astronomía eran una misma cosa— y cuyos orígenes se remontan a la noche de los tiempos, dice que el ser humano está marcado, influenciado por los astros, tomando como base la fecha de su nacimiento. No en vano, y dominadas por esta creencia, múltiples culturas, entre ellas la Maya, encargaban a los sacerdotes levantar el horóscopo del recién nacido varón, con el fin de determinar la profesión que debía desarrollar en el futuro. El escenario astrológico que existe en ese momento, va a condicionar su vida. Si bien, el ser humano tiene recursos para poder sortear, esquivar o aguantar los acontecimientos desfavorables y para aprovecharse de aquellas oportunidades que le sean favorables. Todo consiste en conocer las predicciones que a lo largo de su vida se formulan, para poder afrontar los momentos difíciles y aprovechar los fáciles. Cuestión ésta extraordinariamente difícil.

Aquí, evidentemente, rige una teoría antropocéntrica. De ahí, que en el preámbulo que nos introduce en el presente capítulo, hayamos apuntado el antropocentrismo del ser humano, pero también hemos señalado las razones, que a nuestro juicio, hacen que se dé el antropocentrismo. En cualquier caso, la Astrología, tanto la actual como la clásica, es decir, la que inventaron los caldeos antes de conocerse la existencia de Urano, Neptuno y Plutón, —aunque algunos astrólogos preveían sus órbitas y presentían su existencia—, sienta como principio básico, el ser humano como centro de todo y, por tanto, al que van dirigidas todas las predicciones en base al comportamiento de las constelaciones zodiacales que recorre el Sol en su trayectoria anual.

Los chinos también inventan su Astrología, que simbolizan a través de animales. La Astrología que rige en occidente y de la que vamos a hablar, es la caldea, que es más antigua que la Cábala y obviamente mucho más antigua que el Tarot.

 

Los signos del zodiáco o constelaciones por las que se rige la Astrología occidental y que sirven de base para predecir son:

 

Aries - El Carnero

Tauro - El Toro

Géminis - Los Gemelos

Cáncer - El Cangrejo

Leo- El León

Virgo - La Virgen

Libra- La Balanza

Escorpio- El Escorpión o El Alacrán

Sagitario - El Arquero

Capricornio - Cuerno de Cabra

Acuario- El Aguador

Piscis- Los Peces

 

 

Estos signos o constelaciones, rigen cuatro elementos de la naturaleza que configuran el temperamento, y que son:

Fuego: Aries, Leo, Sagitario

Tierra: Tauro, Virgo, Capricornio

Aire: Géminis, Libra, Acuario

Agua: Cáncer, Escorpio, Piscis

 

FUEGO: Representa la energía primigenia. Es la energía de las energías. El Sol como astro rey de nuestro sistema es incandescente. Sin él la vida en nuestro planeta no sería posible; es elemento de fuego, de luz, elemento primordial, fundamental de vida. Confiere un temperamento fogoso, haciendo énfasis en la identidad y en el ego.

TIERRA: Representa la materialidad, la laboriosidad; es de donde sale el fruto. Da un carácter pragmático y toma al mundo como algo medible y pesable.

AIRE: Simboliza la inteligencia, el pensamiento, las ideas; pero también la volatilidad, la volubilidad o variabilidad, la contradicción, el dualismo. Aporta rasgos comunicativos, teóricos, mentales, de concreción de ideas.

AGUA: Su cualidad básica es la emoción, y representa los sentimientos, tanto para bien como para mal: la tristeza, la alegría, las emociones, el afecto, el cariño, la amistad, el amor; y aquí en el amor, desearíamos hacer un distingo: el erotismo propiamente dicho, el amor-pasión, el sexo, la locura amorosa, tiene que ver más con el fuego que con el agua; el agua rige el amor más pleno, más integral, si bien, en el mundo onírico de Freud, un río puede representar la libido, pero nosotros opinamos modestamente que Freud no tiene razón. El agua como símbolo base de los sentimientos, es indispensable para la vida. Cuando somos embrión o incluso feto, estamos flotando sobre el líquido amniótico, pero entendemos que es necesario hacer ese distingo.

 

La carta astral es una representación del cielo, particularizada para un momento del tiempo. Cuando se toma como referencia la fecha y lugar de nacimiento de una persona, se llama carta natal.

A lo largo del año, el Sol se desplaza en trayectoria aparentemente circular, sobre un fondo de estrellas. Este recorrido, que dura 365,24 días, es lo que se denomina Eclíptica, y esta trayectoria determina el zodiáco. La Eclíptica se divide en 360°, que se agrupan de 30 en 30, donde cada grupo constituye un signo del zodiáco.

 

Eclíptica

ARIES

21 marzo a 20 abril 0° a 30° del zodiáco

TAURO

21 abril a 20 mayo 30° a 60° del zodiáco

GÉMINIS

21 mayo a 21 junio 60° a 90° del zodiáco

CÁNCER

22 junio a 22 julio 90° a 120° del zodiáco

LEO

23 julio a 22 agosto 120° a 150° del zodiáco

VIRGO

23 agosto a 22 septiembre 150° a 180° del zodiáco

LIBRA

23 septiembre a 22 octubre 180° a 210° del zodiáco

 

ESCORPIO

23 octubre a 21 noviembre 210° a 240° del zodiáco

SAGITARIO

22 noviembre a 20 diciembre 240° a 270° del zodiáco

CAPRICORNIO

21 diciembre a 19 enero 270° a 300° del zodiáco

ACUARIO

20 enero a 18 febrero 300° a 330° del zodiáco

PISCIS

19 febrero a 20 marzo 330° a 360° del zodiáco

 

El Diccionario de la Lengua Española define Zodiáco como sigue:

«Zona o faja celeste por el centro del cual pasa la Eclíptica; tiene de 16° a 18° de ancho total; indica el espacio en que se contienen los planetas que solo se apartan de la Eclíptica unos 8° y comprende los 12 signos, casas o constelaciones que recorre el Sol en su curso anual aparente, a saber: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis».Así mismo, la palabra Zodiáco, proviene del latín Zodiacus y éste del griego Zodiakós, animal, figura'. De ahí las figuras y animales que adoptan aparentemente las doce constelaciones. La denominación de los signos es un legado también de los caldeos, los cuales surgieron de sus preocupaciones cotidianas (leones, toros, escorpiones...).

A la hora de establecer un sistema de referencia útil, se elige el punto donde está el Sol al comienzo de la primavera, y que marca el grado 0 de Aries y el principio del zodiáco.

Las casas surgen de establecer las siguientes divisiones. La primera que se establece es la que parte de dividir el espacio en dos mitades, por la línea del horizonte Este-Oeste, y que separa el cielo de la tierra. La segunda es la división vertical, por el meridiano, dirigido de Norte a Sur.

 

Divisiones cuadrantes y casas

Estas divisiones dan lugar a cuatro sectores denominados cuadrantes que representan distintos aspectos.

Cuadrante 1 - La personalidad.

Cuadrante 2 - Lo que la persona tiene que ofrecer y lo que puede aportar.

Cuadrante 3 - Lo que la persona espera de los demás y su cooperación.

Cuadrante 4 - Lo que desea imponer en el mundo y que el mundo le reconozca.

 

Estos cuadrantes se dividen a su vez en tres partes, que cada una constituye una casa, enumeradas del uno al doce, empezando por el ascendente y en sentido contrario al de las agujas del reloj. En éstas se concretan más específicamente la distribución de los cuadrantes y así tenemos:

1.2 CASA: La personalidad. La auto-imagen que se proyecta al exterior. El temperamento.

2.2 CASA: Los valores personales, las posesiones y las actitudes hacia ellos. Las finanzas y adquisiciones. La fortuna.

3.2 CASA: Las expectativas y los patrones habituales de pensamiento. El intelecto. Las comunicaciones personales. La familia y parientes consanguíneos.

4.2 CASA: Las raíces. El sistema familiar y su influencia. Los padres. Las herencias de propiedades.

5.2 CASA: La creatividad personal. Las diversiones, las fiestas. Las relaciones sentimentales.

6.2 CASA: La salud y la evolución de las enfermedades. Los servidores y los empleados. Las situaciones subalternas.

7.2 CASA: El matrimonio, los contratos, los asociados. Los adversarios y competidores. Las relaciones con la sociedad.

8.2 CASA: Los legados. La muerte, la transformación, la regeneración espiritual. Las acciones para el progreso. La renovación.

9.2 CASA: La mente abstracta. La evolución espiritual, las aspiraciones superiores. Los largos viajes y los viajes al extranjero.

10.2 CASA: La participación social. El poder político. El honor, la reputación, el status socioeconómico.

11.2 CASA: Las esperanzas y los proyectos. Los temores. Las relaciones de amistad, las actividades en grupo.

12.2 CASA: Los problemas y preocupaciones. Las pruebas y los retos. Las cosas ocultas. El desapego, la renuncia, la evolución interior.

 

Los planetas juegan un papel muy importante, ya que corresponden a los poderes y facultades del universo, de que el hombre está hecho a imagen y semejanza. Así las cualidades que aportan los planetas son, a grandes rasgos, las siguientes:

 

SOL: Expresa la vitalidad, los ideales, el amor desinteresado, la nobleza de sentimientos, la creatividad.

LUNA: Representa la vida cotidiana, las emociones, la familia y el hogar. Confiere gran imaginación y espíritu soñador. También es la receptividad y la intuición, la sensibilidad, la vida interior.

MERCURIO: Representa los modos de comunicación, genera una cualidad mental viva, de adaptabilidad y rapidez, con aptitudes para la literatura, el comercio, la diplomacia.

VENUS: Determina la naturaleza amorosa, confiere encanto personal y sociabilidad. Aporta talentos artísticos y un pensamiento refinado. La vida fácil.

MARTE: Dispone hacia la actividad, la acción y la capacidad de emprender cosas. Confiere valor e iniciativa, audacia, lucha.

JÚPITER: Representa la expansión, la mejora, el desarrollo. Aporta cualidades de generosidad, tolerancia e imparcialidad. Es la jovialidad, el optimismo y la grandeza de alma.

SATURNO: Representa la prudencia y la perseverancia. Las responsabilidades, los miedos, la disciplina, el autocontrol. Simboliza la larga duración, los retrasos y los impedimentos.

URANO: Simboliza lo excéntrico, lo excepcional, lo original, lo inesperado. Aporta cualidades de independencia y libertad. Las ideas avanzadas y progresistas.

NEPTUNO: Representa lo intangible, lo sutil, lo difuso. Confiere inspiración en las artes, espiritualidad, metafísica, genialidad.

PLUTÓN: Simboliza la destrucción, la transformación y la regeneración, la transmutación. Es lo oculto, lo elaborado con anticipación. El misterio del nacimiento y la muerte.

 

 Los planetas forman relaciones entre sí, se denominan aspectos y surgen de la distancia en grados que existe entre dos puntos de la carta próximos a las medidas que se establecen como aspectos. Los tradicionales son:

ASPECTO DISTANCIA Símbolo, representación

Conjunción 0°

Oposición 180°

Cuadratura 90°

Trígono 120°

Textil 60°

Conjunción: Combina energías planetarias.

Oposición: Enfrentamiento entre planetas, dilema entre dos tendencias.

Cuadratura: Confiere acción, tensión, esfuerzo.

Trígono: Facilita la expansión, el crecimiento, el fluir, la creatividad.

Sextil: Proporciona un amplio aspecto mental que se manifiesta con proyectos, oportunidades, contactos, relaciones e intercambios.

Otros aspectos menos usados son:

ASPECTO DISTANCIA

Semisextil 30°

Semicuadratura 45°

Quintil 72°

Sesquicuadratura 135°

Biquintil  144°

Quincuncio 150°

 

En el capítulo correspondiente a los arcanos menores hemos hablado de los elementos, es decir, del elemento que representa o simboliza cada palo. Bastos: fuego; oros: tierra; espadas: aire; copas: agua. Y en el correspondiente a los arcanos mayores, hemos tratado con detalle lo que simboliza cada uno de los veintidós arquetipos, desde El Mago hasta El Mundo o El Loco, según algunos autores. Es evidente que la Astrología es mucho más antigua que el Tarot, pero no parece, al menos no nos consta a nosotros, que el Tarot tenga una correspondencia efectiva o de fondo con la Astrología. Una prueba de lo que decimos, es que ningún autor se pone de acuerdo para establecer esas correspondencias que la mayoría de los tarotistas desean. Sí es claro, que los doce signos del zodiáco a los que antes hemos aludido, y los diez planetas —Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno, Plutón, la Luna y el Sol, que suman veintidós, podrían tener una correspondencia "formal" con los veintidós arcanos mayores. También es claro, que los cuatro elementos regidos por los cuatro grupos de tres signos zodiacales corresponden, también y formalmente, a cada uno de los cuatro palos que conforman los arcanos menores. Pero no vemos una correspondencia efectiva o de fondo entre la Astrología y el Tarot.

A título orientativo pondremos algunos ejemplos:

Algunos autores dicen que El Mago corresponde con Aries, el cual está regido por Marte, porque El Mago es la primera carta del Tarot y Aries es el primer signo zodiacal. Otros autores dicen, por el contrario, que El Mago corresponde a Leo, que está regido por el Sol, porque el Sol era Dios.

Evidentemente todos coinciden con que la carta o lámina que representa al Sol, corresponde con el Sol, y la carta de La Luna, corresponde con dicho satélite, que en Astrología se considera un planeta. Pero excepto estas dos cuestiones, los distintos autores no se ponen de acuerdo, y por tanto nosotros nos cuidaremos mucho, de no establecer correspondencias diferentes de las que ya hemos establecido; correspondencias "formales", entre los veintidós arcanos y los doce signos zodiacales y diez planetas, así como entre los palos que configuran los arcanos menores y los elementos que representan los distintos signos del zodiáco.

Sí debemos decir en honor a la verdad, que la Astrología es una técnica ciertamente compleja, que guarda una estrechísima relación con las matemáticas, de cuya ciencia se vale para establecer sus cálculos, aunque si bien en el momento actual, existen numerosos programas y aplicaciones informáticas que sustituyen a los procedimientos clásicos para levantar una carta u horóscopo.

A pesar del rechazo que muchos astrónomos y astrofísicos tienen hacia la Astrología, hemos de expresar aquí nuestro más profundo respeto por dicha técnica.

 

Autor: Hilario Alonso. Madrid, España.

hilario-conchi@hotmail.com

 

 

 

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