Lo accesible de la inclusión.

 

Por Enrique Rodríguez Aldana

 

En México se estima que existen 10 millones de personas con algún tipo de discapacidad, destacan de este grupo las limitaciones motrices, mientras que los problemas relacionados con la visión ocupan el segundo lugar en incidencia.

Integrar a las personas con discapacidad, ya sea al mercado laboral o educativo es una prioridad, que en algunos casos, se está logrando gracias a las diversas soluciones tecnológicas que existen en el mercado.

En el caso específico de las limitaciones visuales se ha conseguido un nivel de accesibilidad bastante funcional, logrando con ello individuos cada vez más independientes.

En la antigüedad Tiflos era una isla griega en donde confinaban a los ciegos. Hoy día la palabra tiflotecnia tiene un sentido totalmente opuesto, ya que implica el desarrollo de aplicaciones y asistencias para personas ciegas.

Entre las aplicaciones más populares se encuentran los lectores de pantalla, software que en términos simples le habla al usuario; convirtiendo la interfase gráfica de ambientes como "Windows" o "Linux" e incluso Mac en una interfaz sonora con total independencia visual, mediante una voz sintetizada.

Sin embargo, no hay que confundir el elemento multimedia o el programa que permite acceder a determinados contenidos en forma auditiva con los lectores.

La principal diferencia es que el lector de pantalla puede asistir al usuario para trabajar con una gran variedad de programas, ya sean procesadores de texto, hojas de cálculo, Internet, reproductores de audio y muchos más.

Así, los lectores se ubican como una solución que cada día se toma más en cuenta, e incluso el sistema operativo Windows incluye un "narrador", en sus últimas versiones, y aunque especifica sus limitaciones es una forma de probar los alcances de estas aplicaciones, que incluso están siendo encaminadas a personas que no presentan ninguna disminución visual, pero que pasan grandes periodos frente a un monitor o para poder realizar tareas simultaneas, como conducir un auto y al mismo tiempo escuchar tus mensajes electrónicos

A fin de cuentas, el lector de pantalla es un puente entre el sistema operativo y el usuario, un asistente que permite escuchar cada tecla que se oprime y las distintas actividades que ejecuta la máquina.

Una de las compañías que ha destacado por la creación de asistentes es Freedom Scientific, quien desarrolló el programa Jaws, quizás el lector de pantalla más utilizado.

Jaws se puede utilizar en computadoras personales con Windows, ya sea desde su versión 95 hasta XP. Los requerimientos mínimos, en relación al hardware son: procesador a 166 MHz, memoria RAM a 64 MB, tarjeta de audio compatible, teclado estándar, bocinas y el disco duro debe de tener como mínimo 75 MB de espacio libre para la instalación, estas características varían en relación al sistema operativo.

Este programa no utiliza el ratón o mouse, porque la aplicación es operada totalmente a través del teclado, principalmente por métodos abreviados; se puede descargar desde Internet una demostración de Jaws, y escuchar como cambia la pronunciación a partir de los ocho idiomas que reconoce.

Pero, hay que aclarar que esta versión demo sólo puede trabajar durante 40 minutos, después de este tiempo es necesario reiniciar la computadora, para volver a usar el software.

Por desgracia la calidad de las voces que ofrece aún es baja y se necesita de cierto tiempo para acostumbrarse a la velocidad de lectura y a su funcionamiento, no obstante, la eficacia de estos programas está más que probada e incluso ha creado fenómenos contrastantes, incidiendo no sólo en el usuario final sino en los creadores de contenidos.

Posibilidades de un Lector

Tiflolibros es una comunidad virtual argentina que permite el acceso a una galería de libros digitales en línea, sin ningún costo, no obstante, el usuario debe mencionar la discapacidad que padece para registrarse.

Este sitio, con un acervo de más de cuatro mil volúmenes, fue la primera biblioteca virtual para ciegos en Hispanoamérica. Así, luego de dos años de vida, los bibliotecarios continúan escaneando los títulos que serán "leídos" por los lectores de pantalla de sus suscriptores.

Editoriales de renombre han cedido los derechos de algunas de sus obras para que esta comunidad de escuchas de libros continúe creciendo, actualmente la conforman alrededor de 400 personas.

Este grupo amplió por sí mismo los contenidos a los que tenía acceso, escaneando hoja por hoja todos los libros, convirtiéndose en un ejemplo claro de cómo el discapacitado al tener herramientas que le brindan mayor autonomía es capaz de crear nuevas situaciones de aprendizaje o información.

Cuando todo el mundo puede encontrar y usar los mismos contenidos de forma fácil, sin importar la discapacidad que se padezca o el equipo que se use (a partir del mínimo indispensable) se puede decir que tiene la propiedad de ser accesible.

En el caso de Internet falta mucho para que se puedan cumplir con estas condiciones. Normas y directrices establecidas por un consorcio mundial, señalan cuándo una aplicación o sitio Web es accesible.

Estos estándares están cambiando la forma de trabajo de quienes están dedicados a la realización de sitios en Internet. Ya que una Web accesible es el resultado de un equipo conciente de cada uno de los niveles de producción.

Gran parte de estas recomendaciones van dirigidas para que los lectores de pantalla puedan funcionar correctamente. Un problema muy común en Internet es que el creador de algún sitio no agregue la descripción de las fotografías que utiliza. El lector de pantalla sin esta información no puede transmitir todos los elementos, porque el lector no es un intérprete de imágenes o animaciones.

Supongamos que la imagen es al mismo tiempo un vínculo de acceso a otra página, el usuario, está impedido para navegar con facilidad por el sitio. Así, la indefinición de elementos crea vacíos, pero no por la falta de herramientas, sino porque el diseño no es accesible.

El nivel de accesibilidad para los lectores de pantalla en Internet es amplio, pero, sí tomamos en cuenta el porcentaje de sitios que existen en todo el mundo, resulta preocupante que sean tan pocas personas las que están aplicando estos estándares.

Existen muchos tipos de discapacidad, las cuales no son enfermedades, y en cada caso la tecnología es aplicada de distintas formas. Para los ciegos, los avances tecnológicos significan una gama extensa de posibilidades y ayudas que hace 20 años eran inconcebibles.

Personas que emplean tiflotecnia pueden realizar hasta el 90 por ciento de su trabajo por sí mismos, pueden vivir solos y hacer tareas tan cotidianas como revisar las cuentas de luz, agua y el resto de los servicios, sin necesidad de que otra persona los lea, simplemente tienen que escanearlo y el lector les dirá el contenido.

El uso de tecnología en la discapacidad reduce la dependencia hacia terceras personas. Aunque por desgracia los precios de las aplicaciones comerciales todavía son altos, incluso para las instituciones especializadas.

En el caso de los ciegos se debe contar con una computadora, un escáner y el lector de pantalla, el cual puede tener un precio similar al hardware antes mencionado, Pero, también hay que considerar la opción del software libre que ha desarrollado opciones en este sector.

Finalmente, los avances informáticos deben tomarse como un complemento más. Ya que no vienen a sustituir al sistema braille o a otros elementos de comunicación y formación, sino a integrar al individuo de una mejor manera en la sociedad.

Vínculos:

http://www.freedomscientific.com; http://www.w3.org; http://www.tiflolibros.com.ar

http://www.antarq.com

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