Creativa
Hasta su Último Suspiro
Elodia Muñoz.
Escritora y
Comunicadora Social.
Nadie está
preparado para las despedidas, sabemos que el momento llegará, sin embargo, nos
educaron para los encuentros, nunca para las separaciones. Nos acostumbraron a
destacar al profesional, intelectual, pero se nos olvida engrandecer al amigo o
familiar que se va, por su humildad, sencillez y naturalidad.
Recibí con
mucha aflicción y me invadió de pesar la triste noticia de la desaparición
física de Hélene Breebaart. Todos la conocían como la gran diseñadora de moda,
sin embargo, relataré la parte humana que hizo de Hélene un Ser Humano
plausible, dejando huellas indelebles a quienes la conocimos y un legado de
virtudes digno de emular por las nuevas generaciones.
HÉLENE PIGEON
DE BREEBAART nació en Bordeaux, Francia, realizó estudios primarios y
secundarios en el Institut de La Tour, París, y cursó estudios universitarios
en el Institut Catholique de París. Estudió historia del Arte en la Ecole du
Louvre. Simultáneamente tomó clases de pintura en la Académie Julian de París.
También cursó estudios en la Escuela de Secretariado Gerencial, Palm Beach,
Florida, EEUU.
Mis
pensamientos rememoran la década de los noventa cuando tuve la oportunidad de
conocerla. Para esa época culminaba una fase de mi vida académica, muy a pesar
de los obstáculos, dificultades y sinsabores por mi condición de no ver,
terminaba una investigación que me permitiría alcanzar el grado de Licenciada
en Relaciones Públicas. No contaba con dinero para financiar los gastos que
conllevaba la graduación.
Por hechos fortuitos del destino en casa y
aficionada a los programas culturales de la radio, escuché de la existencia de
la Fundación Para la Promoción de la Mujer, dirigida asertivamente en ese
momento por Teresita de Arias; de inmediato escribí solicitándoles el apoyo
económico para sufragar los gastos de mi sustentación. Transcurrió una semana y
el milagro se cristalizó, una de las colaboradoras, Mayra Calderón de Báez, me
llamó telefónicamente, anunciándome que dos mujeres de moral intachable,
generosas y de una verticalidad incomparable, me apoyarían con el presupuesto
de la graduación.
Una de ellas
fue la franco panameña Hélene Breebaart; más que un ícono de la moda Hélene fue
una mujer de principios y valores que la consagraron en sus acciones con un
alto grado de sensibilidad, tal como muestra mi caso.
Sin apenas
conocer de la carta formal que envié a la Fundación solicitando apoyo
económico, Hélene me invitó a visitar su taller de costura y conocer su equipo
de trabajo ubicado en esos años en vía Ecuador, distinguiéndome con uno de sus
vestidos, de una originalidad excepcional, diseñado por ella, y el que lucí en
mi presentación de graduanda. Así se forjó una relación especial con Hélene,
mostrándome su admiración por los logros alcanzados en mi condición de
Discapacidad Visual.
Hélene
Breebaart, me honró con su presencia en varios eventos familiares; sin asomo de
ningún acto de discriminación participé como invitada de honor en una de sus
exposiciones de pintura, así como portadora de varios de sus vestidos
trabajados con aplicaciones en mola, diseñadas por ella y ejecutadas por las
mujeres Kuna en sus hogares.
Por ese grado
de cultura y sensibilidad que la distinguió, en 2018 presentó la colección
Nature e impactó con sus diseños, dando ejemplo de Inclusión Social, integrando
en su equipo de modelos a una joven en la pasarela en silla de ruedas.
Hasta Siempre
Hélene, descansa en Paz.
Autora: Elodia Magdalena Muñoz Muñoz. Panamá, Panamá.
Escritora
y comunicadora social.
Comunicadora social.