Después del 1 de marzo, Día nacional del no vidente.
Realidad de las personas Ciegas en El Salvador.
“Los paisajes más bellos están en las mentes de los ciegos”.
Alejandro Sanz
Como cada año, el 1 de marzo se conmemora en El Salvador el Día nacional
del no vidente como tributo al día de fundación de la Primera Escuela de Ciegos
(1 de marzo de 1943).
78 años después la Histórica Escuela Eugenia de Dueñas sigue
estando secuestrada por sucesivos Gobiernos del Estado Salvadoreño que la ha
convertido en el “Centro de Rehabilitación de Ciegos”. Los maestros fueron
reemplazados por terapistas y parte de la niñez salvadoreña ciega recibe
terapias en lugar de clases en un Centro de Rehabilitación y no en un Centro
Educativo o Escuela. Es decir, en un lugar que no depende del Ministerio de
EDUCACIÓN (MINED) SINO del Instituto de Rehabilitación Integral.
¿Cómo llamar a las clases impartidas por terapistas que no son
reconocidos como maestros por el MINED?
La discriminación de las personas con discapacidad visual y con
sordoceguera inicia en el vientre materno con el aborto eugenésico dirigido a
niños y niñas con discapacidad por nacer, continuando en la primera infancia y
durante las diferentes etapas de la vida.
Como pequeña muestra, se mencionan algunos ejemplos de la
discriminación hacia las personas con discapacidad visual en El Salvador,
¡supuestamente incluidas!:
Dificultad para acceder al Derecho a la Educación en Escuelas
Inclusivas que consideren las necesidades educativas especiales (NEE) de estudiantes
ciegos y sordociegos; poco fomento del Sistema de Lectoescritura Braille;
dificultades de acceso a las TIC en una etapa temprana y a precios asequibles;
ausencia de ajustes razonables; problemas en el acceso al derecho a la salud;
sin medidas de accesibilidad y mensajes en braille en edificios e instalaciones
públicas y privadas que orienten a personas con discapacidad visual;
dificultades para tener un trabajo o empleo formal, especialmente en el Sector
Público; ausencia de Cargos de Dirección en el Órgano Ejecutivo ocupados por
ciegos, iniciando en la Oficina de la Presidencia de la República (Secretarías,
Consejos e Instituciones dependientes); casi inexistente participación en el
Ministerio de Relaciones Exteriores (casi nula existencia de Diplomáticos de
Carrera, en el Servicio Exterior -Embajadas y Consulados- y en el área
administrativa; nula o casi nula participación en Cargos de Dirección de áreas
administrativas en el Órgano Legislativo; nula o casi nula participación en el
Órgano Judicial en la Judicatura y en áreas administrativas; nula o casi
inexistente participación en el Ministerio Público: ¡iniciando en la
“Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos”! con nula participación
como Procuradores, Procuradores Adjuntos Específicos, Delegados
Departamentales, Jefaturas –¡encabezadas por el Departamento de Discapacidad y
Derechos Humanos! dirigidos por personas “sin” discapacidad- y casi nula
participación en áreas administrativas; nula o casi inexistente participación
en la Fiscalía General y Procuraduría General; nula o casi inexistente
participación en Consejos Municipales; nula participación como Candidatos y
Candidatas en elecciones legislativas y municipales y otros Cargos de elección
por la Asamblea Legislativa; dificultades de acceso a la cultura y violación a
sus derechos culturales; sin “Bibliotecas” para Ciegos; poco acceso a la
seguridad social;… en otras palabras ¡sin participación!.
Después del Día Nacional del no Vidente y del porqué de la fecha,
reafirmo que desde la primera infancia todas las niñas, niños, adolescentes,
jóvenes y adultos ciegos deberían ejercer su Derecho a la Educación en Centros
Educativos públicos dependientes del MINED o en privados que tengan su
acreditación y con docentes capacitados y autorizados por el Ministerio.
Empero, toda la obra del Profesor Fausto Aguilar Peñate (precursor de la educación para
ciegos en El Salvador), destinada
al fomento del Braille, la educación y capacitación de las personas con discapacidad visual)
fue reorientada por Gobiernos y Funcionarios insensibles con la discapacidad en
general y con la discapacidad visual en particular.
Lamentablemente los Gobiernos no encontraron obstáculos para
arrebatar el Memorial de múltiples Generaciones y Único Patrimonio Educativo y
cultural que tenía la Comunidad Salvadoreña Ciega; en gran medida, a la
desunión del Sector organizado de personas con discapacidad visual para
defender intereses comunes.
Falta de denuncia y protesta reiterada de todas las Organizaciones
y Fundaciones de y para personas con discapacidad visual como un solo Sector
ante Instituciones públicas y privadas nacionales y en Foros internacionales,
Comités de Expertos, Organismos y ONGs Internacionales de Ciegos y defensoras
de derechos humanos por la violación reiterada a derechos y libertades
fundamentales de las personas ciegas.
La negación de los derechos de las personas con discapacidad,
iniciando por la igualdad, y la determinación de nuestras necesidades
específicas las siguen haciendo personas sin discapacidad, pese a que la
Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad (CDPD) establece
nuestra participación:
Preámbulo:
“o. Considerando que las personas con discapacidad deben tener la
oportunidad de participar activamente en los procesos de adopción de decisiones
sobre políticas y programas, incluidos los que les afectan directamente.”
La Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad
elimina el enfoque médico biológico, adoptando el de derechos humanos.
Así, sin la obligatoria equiparación de toda la legislación y
otros instrumentos nacionales con la CDPD, el Estado y Gobierno Salvadoreño con
la mayoría de sus Instituciones confirman que, iniciando por el Ministerio de
Educación, se niegan a dejar el anterior, adoptar el enfoque de derechos
fundamentales y la Teoría Social de la Discapacidad; violar la Convención,
Convenios de la OIT, rechazar las Observaciones del Comité de Expertos de la
CDPD, las Normas Uniformes de la ONU, el Estudio del Alto Comisionado para los
derechos humanos sobre el Derecho a la Educación de las Personas con
Discapacidad, etc.
Estas carencias, sólo en parte del acceso al derecho a la
educación, sirve para deducir cuál es la Realidad en la que viven las personas
ciegas; situación que no quiere ser visibilizada por el Estado, Gobiernos y
Sociedad, los primeros actuando por negligencia, la última por insensibilidad y
desconocimiento.
Hace 2 años éramos 118.525 personas con algún tipo de discapacidad
visual según el Registro Nacional de las Personas Naturales (diciembre de
2018); cerca del 2 % de la población Total. Cifras sólo de ciegos y ciegas
mayores de 18 años de edad, ¿cuántos seremos al incluir a los ciegos menores de
edad y a las personas con discapacidad visual sin Documento único de Identidad?
Basta investigar para descubrir que no existen Medidas, Planes,
Programas y Políticas de inclusión de las personas con discapacidad visual;
exclusión reflejada en la casi nula participación de las personas Ciegas en el
Gobierno y en diferentes aspectos de la Sociedad.
¡El 1 de marzo pasado se celebró el Día de la Persona Ciega con un
pasado y una Realidad presente con datos inexactos en una Sociedad
caracterizada por la discriminación reiterada a las personas con discapacidad
visual.!
En conclusión, la Realidad discriminadora del Estado y Sociedad
Salvadoreña es un hecho fácilmente demostrable en la vida cotidiana por ¡la
falta de acceso a nuestros derechos y libertades fundamentales!
“Nada de nosotros sin
nosotros”.
Autor: Alexander Kellman Rodríguez. San Salvador, El Salvador.
Activista con discapacidad visual de derechos humanos.