Poemas de Puri Águila.

 

PAZ Y AMOR

 

Paz y amor, ¡oh, bendito reclamo!,

que envuelve este mundo en ilusiones;

alimentando de luz los corazones,

que anhelan paz y amor, como un milagro.

 

Nuestra fe nos apunta un claro día,

en el cual todos seremos hermanos;

gozando de belleza y alegría,

que con su inmenso amor, Dios nos ha dado.

 

El odio y la maldad que nos rodea,

de nuestra alma debemos apartarlos;

cambiando bien por mal y paz por guerra,

 

lograremos que el mundo desviado,

sea un remanso de paz y de armonía,

donde el amor hacia nuestros hermanos,

 

cambie la historia, la muerte por la vida,

como Cristo, nos dijo en su legado…

Con palabras que no se desvanecen,

en el alma de todo buen cristiano.

 

¡Amaos siempre los unos a los otros!,

¡hacedlo así, como yo os he amado!

Él dio su vida por amor al mundo,

muriendo en una cruz, ajusticiado;

 

siendo el más inocente de los hombres,

sufrió por redimirnos del pecado;

soportando las más crueles torturas,

hasta morir en una cruz clavado.

 

El sacrificio de Jesús merece,

que la paz y el amor llenen el mundo,

convirtiendo las penas y dolores

en remanso de amor y paz profundos.

 

Donde se olviden los tristes clamores,

que las guerras provocan en la Tierra.

¡Quién pudiera calmar tantos dolores!,

 

entregar paz y amor a manos llenas;

siendo la luz que con sus resplandores,

¡convierta en paz y amor, el odio y guerra!

 

 

CANTO A  LA ESPERANZA

 

La esperanza es lo último que en  la vida se pierde,

así dice el refrán del pueblo que es tan sabio;

tal como en primavera el jardín está verde,

color de la esperanza que nos llama a alegrarnos

 

En cuanto nace un niño, la esperanza nos trae,

proyectos e ilusiones de vida venturosa;

deseos de un buen futuro que a  veces se convierte,

en dolor, desengaños, espinas, más que rosas.

 

La esperanza nos muestra camino más seguro,

que con su luz nos lleva a tener más presente

 

la senda que se abre, a un nuevo amanecer;

cuando menos se espera, se halla de repente,

 

lo que habíamos perdido, y no podíamos ver;

para seguir andando, por la senda marcada;

pero siempre esperando la dicha deseada,

queda el mejor camino para bien recorrer.

 

Cuando el mar es bravío, entre la tempestad,

las olas vapulean la nave que lo surca;

mas la esperanza llega, antes de zozobrar.

 

Sus tripulantes rezan y confiando en Dios,

se atreven a esperar, que un milagro del cielo

les lleve a donde está la firmeza del suelo;

 

la esperanza los guía, y luego llegarán,

de pronto se termina la negra tempestad

la Tierra los cobija, en buen puerto de mar.

 

Cuando ronda la muerte con cruel enfermedad,

lo último que se pierde, es saber esperar

que la vida regrese; mas si Dios no la da,

la esperanza nos guía hacia la eternidad.

 

Cuando el enamorado fija su corazón,

en la mujer hermosa, que aviva su pasión,

si ella lo desdeña, o se hace de rogar,

no pierde la esperanza, la intenta conquistar.

 

En crueles despedidas de amigos y parientes,

que tanto nos amargan, si los vemos ausentes,

tenemos la esperanza, que tal vez algún día,

ellos regresarán de nuevo a nuestra vida.

 

Mas si Dios se los lleva hacia la eternidad,

tenemos la Esperanza, de Volverlos a hallar,

en una nueva vida, plena de amor y paz.

 

En el cielo infinito, para siempre gozar

de una meta perenne, que no tiene final.

 

Cuando el mal nos envía una prueba cruel,

perdemos la esperanza de luego renacer;

Mas una luz nos guía, hacia un nuevo lugar,

 

Otra vez la esperanza, nos hace despertar;

y ver un nuevo día, repleto de fulgor,

Donde todo amanece bañado por el sol.

 

De pronto nuestra vida, encuentra una razón,

para seguir andando con mayor ilusión,

el resto del camino, que nos lleva hasta Dios.

 

 

EL PAPA FRANCISCO

 

La fumata blanca, nos mandó un mensaje,

¡ya tenemos papa, que Dios nos lo guarde;

Se llama Francisco, es de Buenos Aires,

Va siguiendo a Cristo, allende los mares.

 

La fe y la esperanza, de pronto renacen,

Su humildad, modestia, le dan el coraje,

De cambiar las cosas de este mundo infame,

Dando a  nuestra iglesia, Rumbo más estable.

 

 

Pues perdió su ruta, en pos de los males,

que da la riqueza, el poder infame,

que vuelve a los hombres, falsos, vulnerables,

soberbios, lascivos, pecadores graves.

 

Padre de los pobres, Él quiere ayudarles,

Darles el consuelo de una vida estable.

Apóstol de Cristo, él quiere imitarle;

 

Con vida sencilla, con su trato amable,

A cuantos se acercan para saludarle.

Él sigue el ejemplo de un santo admirable,

Dando cuanto tiene, remediando males.

 

Francisco de Asís, cuyo amor de padre,

derramaba el bien, a cuantos mortales,

Vivieron al lado de santo tan grande.

 

 

lleno de virtudes, de humildad constante,

que el papa Francisco desea imitarle

llevando su nombre, remediando males,

a este mundo ingrato ¡él quiere salvarle!.

 

Autora: Puri Águila González. Barcelona, España.

puriaguila@gmail.com

 

 

 

 

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