La orca Kshamenk y su precio.

 

¡Qué grande es… y qué linda!

Así es Kshamenk, la orca, pero no es linda la brutalidad que sufre. Abramos los ojos a lo que está pasando en el mundo y nosotros, el pueblo, “hagamos algo”, sin quedarnos de brazos cruzados esperando a que los gobernantes y dirigentes decidan por nosotros, por un país mejor que no llega. Sin ir más lejos, tenemos una cruel realidad delante de nuestros ojos.

Nos quejamos de la caza ilegal de ballenas en Noruega, cuando en la Argentina ocurre algo similar. Mundo Marino, el oceanario más grande de América del Sur, para muchos es un gran show de entretenimiento para la familia, para otros un negocio millonario y para los habitantes del parque, la muerte a corto plazo. Un único ejemplo vivo de esto es Kshamenk, la orca macho, que sufre las alteraciones del agua y el maltrato de los entrenadores.

¿Sabía usted que una orca en su ambiente natural vive en grupos, alrededor de cincuenta años y consigue su alimento por sus propios medios, sin la necesidad del hombre para mantenerse? Lo que todos saben, en cambio, es que viven pocos años encerradas en un estanque en donde apenas tienen espacio para moverse.

No nos olvidemos de mencionar también que Kshamenk no fue capturado solo, sino con dos orcas más. ¿Qué pasó con ellas? ¿Por qué muy pocos saben lo que realmente ocurrió?

El grupo familiar de Kshamenk se encontraba cazando, cuando fueron arrinconados y llevados a la costa mediante redes. Antes de que Kshamenk quedase "varado" en las costas barrosas de la Bahía de Samborombón, Mundo Marino arrinconó a 4 orcas, de las que sólo una llegó a las instalaciones, un macho joven que murió el mismo día, al chocar su cabeza contra una de las paredes. Se rumorea también que otra murió en el transporte, mientras que el macho de mayor tamaño fue liberado. Dos días después de que trasladaran a la primera y ésta falleciera, Kshamenk llegó al oceanario.

¿Qué es lo que dice Mundo Marino de todo esto?

Según sus captores, Ksamenk, junto con otras orcas, quedó varada en la costa barrosa de la Bahía de Samborombón. Al bajar la marea el grupo no pudo regresar a las aguas profundas y así fueron encontradas por personal de Mundo Marino. En ese momento se organizó un operativo para rescatar a todos los animales, pero algunos estaban demasiado lastimados o exhaustos y no pudieron ser salvados. Kshamenk y otra orca más fueron conducidos hasta las piletas de San Clemente del Tuyú, donde recibieron las primeras curaciones y se pudo evaluar su estado general. De todo el grupo sólo sobrevivió Kshamenk. A partir de este momento la orca quedó en cautiverio, el que durante los primeros años compartió con Belén, una orca hembra que también había sido rescatada de un varamiento unos años antes, en 1988. Ambos llegaron a la edad madura, en que podían reproducirse, y Belén quedó embarazada pero abortó en el año 1998. Finalmente se le detectó una enfermedad renal de la que no pudo recuperarse y murió en el año 2000.

Desde ese momento Kshamenk está solo. Se ha tratado de que comparta su espacio con los delfines, una especie amiga, pero, evidentemente, más allá de los juegos momentáneos, no puede socializar con ellos. Es un macho joven y la falta de compañera sexual ha hecho que su temperamento se vuelva más agresivo.

Frente a esta situación, el oceanario decidió integrarlo en un programa de reproducción asistida, en colaboración con una entidad similar de los Estados Unidos. Kshamenk debería ser trasladado hasta allí, en una costosa operación que ya ha sido diseñada, y debería permanecer allí varios años, en compañía de una orca hembra, que a su vez llegaría de Francia.

Este último proyecto se encuentra frenado por una medida judicial de no innovar, promovida por entidades de defensa de la fauna silvestre.

¿Qué es lo que dicen Fundación Tierra Salvaje (WEF) y la Fundación Free Willy-Keiko (FWKF)?

En el momento de su captura, las orcas se hallaban cazando en las costas de la Provincia de Buenos Aires, mediante una práctica habitual, que consiste en el varamiento intencional. Es posible que en esta actividad las haya sorprendido la bajamar y hayan quedado por unas horas en una situación de riesgo, de la que podrían haber sido rescatadas con sólo ser llevadas a aguas más profundas. A pesar de esta posibilidad, lo que estas organizaciones piensan que ocurrió es que hubo un varamiento intencional por parte de personas del parque temático, que con grandes redes provocaron que las orcas no pudieran volver mar adentro y quedaran atrapadas por la marea. Ellos también argumentan que esta práctica no es algo novedoso, sino que fue utilizada anteriormente para capturar a otros ejemplares: la misma Belén y una orca más grande, Milagro, la primera que tuvo el parque marino.

Cuando Belén murió, aparentemente embarazada de 4 meses, Kshamenk comenzó a volverse cada vez más agresivo y está sufriendo un alto nivel de estrés, además, estas mismas organizaciones sospechan que su salud se está deteriorando.

Sin embargo, el tiempo pasa y Kshamenk, “orca” en la lengua de los aborígenes onas, sigue mostrando su aleta dorsal caída, símbolo de su tristeza, en la mínima pileta que pretende ser mar, en San Clemente del Tuyú, Buenos Aires, muy lejos de su hogar patagónico. ¿Podrá algún día volver allí?

 

Autor: Edgardo González. Buenos Aires, Argentina.

ciegotayc@yahoo.com.ar

 

 

 

Regresar.