Las migraciones masivas, problema universal del siglo XXI.

 

El hombre desde que existe en la faz de la tierra ha cambiado de lugar geográfico en busca de mejores condiciones para sobrevivir, establecerse y tener una mejor calidad de vida, esto es un instinto; en la actualidad el ser humano se ha constituido en países, ciudades y poblaciones y ha elegido gobiernos, desafortunadamente la maldad ha crecido a la par, alcanzando límites asombrosos y la lucha por poder y supremacía, lo ha hecho explotar, agredir, humillar, herir o matar a sus congéneres.

Así las cosas las personas comenzaron a huir de lugares y situaciones que les son cada vez más hostiles, amenazando el bienestar y la vida de personas o grupo de personas. Los países que han recibido a los migrantes lo han hecho generosamente, pero el número de personas que huyen ha aumentado exponencialmente causándoles problemas económicos por supuesto, sociales, religiosos, y hasta políticos, éstos últimos de tal magnitud que hay que recordar que fue una de las causas de la separación de Inglaterra a la Unión Europea.

En noviembre de 2018 grupos de población procedentes de Honduras (la mayoría), El Salvador y Guatemala anunciaron que caminarían desde sus países a México, así lo hicieron, en grupos cada vez más grandes, la entrada a México y su desplazamiento se llevó a cabo de forma ilegal con la complacencia del Departamento de Migración, por lo que el número de personas que entraron se desconoce, se habla de 7,500 a 10,000, eso si acompañados de representantes de autoridades nacionales e internacionales de derechos humanos.

Los grupos caminaron desde sus lugares de origen, están conformados por adultos de ambos sexos, algunos niños y mujeres embarazadas con no más de una muda de ropa, con vestimenta inadecuada para el clima del centro y norte del país, en estado de desnutrición, deshidratación y malas condiciones de higiene.

El motivo de la migración era llegar a la frontera Sur de Estados Unidos, en busca de trabajo y una mejor calidad de vida.

El pueblo de México, sobre todo las clases sociales más humildes mostraron su benevolencia y solidaridad proporcionándoles comida y agua.

Como la distancia del sureste hasta el norte de México es muy larga el gobierno y las organizaciones de derechos humanos les proporcionaron transporte. Algunos grupos llegaron a la frontera con Estados unidos y violentamente trataron de ingresar allá, pero El gobierno de Donald Tromp ya había desplegado un gran dispositivo de seguridad y fueron recibidos con balas de hule y gases lacrimógenos, regresando a nuestro territorio en malas condiciones y necesitando ayuda médica.

Los estados fronterizos ven invadido su territorio y tanto ellos como el gobierno Federal consideran oneroso proporcionarles alimentación, lugares para dormir, algunos consistentes en solo carpas y el invierno se aproxima y los frentes fríos comienzan con nevadas y temperaturas muy bajas.

El gobierno de México ha tratado de prestar ayuda humanitaria, pero se ha echado un problema a cuestas.

Los estados fronterizos se han visto afectados, los gobiernos municipales no tienen presupuesto para dar de comer a tantas personas por tiempo indefinido, muchas personas viajan diariamente a Estados Unidos a trabajar o llevar a cabo actividades comerciales, a estudiar, etc. y el cierre parcial o total de la frontera constituye un trastorno muy grande que afecta sus vidas y trabajos produciendo hostilidad para con los invasores.

Surgen muchas preguntas:

¿Porqué México permitió la entrada ilegal de tantas personas?

¿Es acaso una revancha política en contra del presidente de Estados Unidos que nos ha hecho tantas agresiones?

¿Somos acaso candil de la calle y oscuridad de su casa?

 ¿Ignoramos las grandes carencias de tanta gente humilde aquí?

La historia todavía no termina.

 

Autor: Dr. Bulmaro Landa Quezada. Tlalnepantla, Estado de México, México.

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