La realidad de nuestros pueblos
es tan asfixiante que si no fuera por algún desfogue, ya hace buen rato que
habría explotado como una gran olla de presión. Así, todas las semanas la gente
se reúne en menor o mayor cantidad para presenciar algún partido de futbol. Por
haber pagado su boleto, muchos fanáticos se consideran con derecho a la
agresión verbal de los árbitros (ya sea con palabras altisonantes o
recordándoles insistentemente a su progenitora); mostrar repulsa o no
aceptación al candidato o aún al mal gobernante venal, abusivo y desleal.
Tal vez por haberse involucrado
altos directivos del futbol internacional en innumerables actos de corrupción,
últimamente están promoviendo "El juego limpio".
Quisiera abundar en el origen,
pero, siendo totalmente honesto, debo confesar mi ignorancia al respecto de lo
que indico a continuación.
En México, hace algunos años,
al realizar el despeje del balón, el portero del equipo visitante, los aficionados
de la localidad, gritan "¡Puto!" Desde luego, innumerables analistas
insisten en que tal grito no es con el propósito de insultar y / o ofender.
Pues lo cierto es, que tampoco es el de agradar. Podrían gritar, por ejemplo,
"¡Guapo, etc.!"
En el Estadio de Morelia, se
está iniciando una campaña para erradicar dicha práctica negativa, me refiero a
la del grito discriminatorio. Se trata de sustituir esa expresión por:
"¡Eh Morelia!" Cuando
así lo haga la gente, la directiva del equipo de Monarcas de Morelia donará
cierta cantidad de dinero a una institución de atención a pacientes con cáncer.
La idea es buena, y deseamos sea recibida con entusiasmo y llegue a buen
puerto.
Propiciemos El juego limpio en
todos los órdenes de la vida incluyendo el deportivo...
Autor:
José R. Romero González. Mexicali, Baja California, México.