A Miguel Hernández, en el centenario de su nacimiento.

 

 Creciste con las riendas en la mano,

.libre;

pisando el surco del arado, la madre tierra acariciaba tus pasos,

 la naturaleza enseñó su realidad;

aprendiste su lenguaje,

 lo hablaste como pocos;

con amor a lo visto:

 sol, luna, árboles, ríos, viento,

ilustraron tus letras, forjando,

espíritu indómito y libre.

 

Fuiste rebelde defendiendo,

te alzaste brioso,

ante la injusticia del tirano;

el cruel, el malnacido,

que pisó sobre España,

sometiéndola, sangrándola

hasta su muerte;

luchaste fusil en mano,

mente brillante,

queriendo romper cadenas;

toro español, sojuzgado.

 

Capturado, encerrado,

la cárcel fue tu final,

dejaste, como enseñanza,

toda la rebeldía,

la honestidad,

el estandarte de la lucha

el fusil, la adarga y la espada,

a defender la libertad,

ese grito sagrado,

esa poesía que nos llega,

y nos enseña la dignidad de vivir.

 

 

Autor: WILLIAM BACCINO. Funes, Argentina.

librerialacultura@gmail.com

 

 

 

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