Mis anagramas.

 

Las palabras pueden resultarnos más o menos bellas, consistentes, monótonas, variopintas, sórdidas, brillantes, largas, breves.

Son a veces evocadoras, traen recuerdos a la memoria, influyen en el estado de ánimo, gritan, callan, destrozan, alientan, imprimen…

Pero unas y otras, todas ellas tienen su significado y, sobre todo, su forma, procedente de infinidad de combinaciones de sonidos y letras.

Aunque cada una se forma mediante una raíz que aporta el significado, modificada por prefijos, sufijos y terminaciones, para nuestro empeño de esta ocasión todas y cada una de sus letras, pertenezcan a la raíz o a los modificantes, adquieren igual importancia.

Porque vamos a buscar anagramas de algunas de esas palabras.

Un anagrama es una palabra o frase obtenida mediante la transposición de las letras de otra palabra o frase, por ejemplo un anagrama de la palabra «letras» sería «lastre» y el anagrama de «frase» sería «fresa».

Los anagramas no tienen por qué tener ninguna relación gramática o semántica entre sí, salvando, quizá, alguna coincidencia.

 

Esto de buscar anagramas es un estupendo ejercicio para mantener la mente ágil.

La complejidad de hallar anagramas sobre una palabra es proporcional al número de sus letras.

Y si se nos resiste una palabra con significado propio, podemos extraer una expresión.

Juguemos con la palabra Risa: Como sólo tiene cuatro letras, que además son de las que se combinan con mayor frecuencia, pues anotamos Asir, Sira; Iras, Sari, Rías…

El esfuerzo consiste en descubrir un anagrama lo más distante posible del original.

Tomemos ahora un vocablo algo más extenso, como “Anabolizantes”, cuyo anagrama sería “Antisazonable” si es que existe, o como dicen, no sé si es verdad, pero está bien traído.

Es verdad que se suele ampliar a las formas verbales la localización de anagramas, con lo cual la cosa se nos pone algo más sencillo.

Contamos las letras que lo forman, por un lado las vocales y por otro las consonantes.

Consideremos que hay letras que son ligeramente tramposas, dependiendo de dónde y junto a quién estén colocadas,  y que, por tanto, nos pueden inducir a encontrar un anagrama algo más complejo, más atrevido.

Me refiero a que la L, la R, la Ch, pueden separarse; por ejemplo, de la palabra “Arriba” encontramos “Rabiar”; de la palabra “Llaveros” “Verla sol”; de “Chocolate”, “Hotel Coca”.

También sonidos como los que se producen al contacto de la C y la G según las vocales, permiten reconocer diferencias notables entre unos y otros vocablos.

Ciñéndonos a las vocales, el español se sirve especialmente de la A y mucho menos de la U; por lo que las palabras que tienen o repiten esta última vocal son menos apropiadas para obtener varios anagramas.

Tampoco se prestan excesivamente las voces como “Acaparar”, “Entenebrecerse”, “Pitiminí”, Odontólogo”, que nos van a poner difícil hallar un anagrama de una sóla palabra.Si elegimos una palabra con buen número de consonantes y escaso de vocales en proporción, nos resultará también más difícil la prueba.

Una solución nos la presta añadir el plural a la palabra con escasez de vocales. Sumamos una más y la S resulta sencilla para combinar.

En cuanto a las consonantes, la K, la Ñ, la Q, la X, la Y griega no aparecen habitualmente en el comienzo de las palabras. No digamos ya en el final o siguiendo inmediatamente a la vocal denro de la misma sílaba.

Por el contrario, la L, la N, la R, la S funcionan muy bien a estos efectos, ya que forman parte de combinaciones múltiples.

Si tratamos de ser escrupulosos, muy correctos, o sea, resolviendo el anagrama mediante palabras del diccionario, sin acudir a nombres propios, manteniendo en su lugar el acento ortográfico, conseguiremos anagramas muy precisos, pero en menor número.

Sin embargo, en esto como en todo, cada cual adopta unas reglas  y se conforma con determinadas metas o exigencias.

Hay letras como la M, la D, la C, la L, la X, la V, la I, que se utilizan en la numeración romana. Nos pueden valer para una expresión anagramática compuesta de número y palabras.

Supongamos la palabra “Amigdalitis”, uno de cuyos anagramas sería “Gasto 1.503 en números romanos. Y la palabra “Civil”, nos daría 157, en la misma numeración. Por cierto que de “Amigdalitis” nos sale “Sitiad@gmail”

Lo mismo podemos hacer con aquellas letras de las que el braille se sirve para los números.

Rizando el rizo, nos introducimos en otro idioma; y, por ejemplo, de la palabra “Tribu” nos sale el anagrama “Bruit”, en francés Ruido. Aquí propongo optar por la expresión o palabra según se escriba, o según se pronuncia.

Acercándonos a lo más actual, si acotamos las extensiones utilizadas al final de las  páginas web tales como .Com, .Net, .Org, .Mail… nos quedan anagramas muy chulos, aunque quizá poco correctos.

Podemos construir, con el vocablo elegido y su anagrama, una frase con significado propio, verbigracia, “Sufráis fisuras”; incluso una supuesta identidad con nombre y apellido; por ejemplo, alguien que se llame Alberto Lebrato.

También tienen las mismas letras Natalio y Atilano.

Con referencia a los vocablos con los cuales nos es posible practicar, es claro que no hay excepciones; pero el juego sería más emocionante si practicamos con países de América Latina, con pescados y mariscos, los meses del año, las frutas, las estaciones de metro de la ciudad, los topónimos de nuestra comunidad autónoma, los ríos de Europa….

Algo atrayente de este ejercicio es, también, tratar de que otra persona nos desvele estos anagramas. La dificultad aumenta cuando sacamos de su lugar a alguna letra que, en la palabra escogida apenas se pronuncia, dotándola en la expresión o palabra anagramada de una función mucho más notoria, por ejemplo, en la sílaba tónica. Es lo que ocurriría con la P de Septiembre, con la B de Subtropical, con la C de Perfecto, y otras muchas.

Los habituales escuchantes del programa “No es un día cualquiera”, que Radio Nacional de España emite los sábados de 8,30 a 13 horas, horario español, seguimos un juego de palabras anagramadas, conducido por un gran especialista como lo es Jordi Fortuny.

Entre algunos anagramistas, es conocido Lope de Vega. Empleó los anagramas para ocultar a sus amadas:

 - «Belisa» era Isabel de Urbina, su primera esposa .

 - A Micaela de Luján, con la que tuvo cinco hijos, la llamó  «Camila Lucinda» o «Celia».

 - Al último gran amor de su vida, Marta de Nevares, la llamaba  «Amarilis» y «Marcia Leonarda»

 

Por último, relaciono algunos anagramas curiosos de mi exhaustiva lista, dejando claro que admite correcciones, ya que se trata de ejercitar la mente, no de buscar por internet:

 

Acordeón, Onda Cero

Algeciras, Glaciares

Andalucía, Una Cálida

Ángeles, Senegal

Azufre, Fuerza

Belgrado, Doblegar

Camarotes, Tareas.com

Cantimplora, Microplanta

Danubio, Abundio

Ebanistas, Sebastián

El Corte Inglés, Logre Clientes

Endecasílabos: ideales Boscán

Esmeralda, Lee Dramas

Iberdrola, Liberador

Ilusionista: 53 (Números romanos) Asuntos

Industriales: Ultras Disney

Ismael, Masiel

Israel, Serial

Loterías, Salterio

Malversación, Cavilar menos

Neurálgico: Ciego lunar

Paracetamol: Calmar a Tope.

Sobreactuar, Bucear ratos

Transiberiano: Taberna Rosini

Vitoria: Viriato

 

 

Anagramas del calendario:

Mes enero: Sermonee.

Februarius: Frau Airbus.

Mes marzo: Remozamos.

Mes abril: Silbarme.

Mes mayo: Ya mesmo.

Mes junio: Je sui monde.

Mes julio: Mesi de lujo.

Mes agosto: Estómagos.

Septiembre: Brete Pimes.

Mes octubre: comes Buter (Mantequilla).

Noviembre: Vio Bremen.

Diciembre: Dime el cíber.

Mes: Sem.

Semana: Amenas.

Año: Oña (Pueblo).

Lunes: Nules.

Martes: Tays Dream (Sueño en inglés).

Miércoles: Crem solei (Crema del sol).

Día jueves: Dije suave.

Día viernes: Envidiares.

Día sábado: Abadía dos.

Día domingo: Mail Don Diego.

 

Autor: Antonio Martín Figueroa. Zaragoza, España.

samarobriva52@gmail.com

 

 

 

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