El milagro de la vida.

 

En semana santa nos dimos una escapada a la playa, escogimos Ixtapa, en Zihuatanejo, Estado de Guerrero, después de un corto y agradable vuelo llegamos al hotel y Víctor, un   promotor, después de proporcionarnos los boletos para el taxi de regreso del hotel al aeropuerto, nos promocionó un Tour para liberar tortugas, lo que llamó my atención, así que decidimos tomarlo, era para esa misma tarde noche en Playa Troncotes, a 35 kilómetros de Ixtapa, salimos a las 5.30 de la tarde.

Durante el camino Mauricio, el guía nos explicó que ahí llegan a desovar 5 tipos de tortugas, cuyo peso va de 50 a 300 kilos cuando son adultas y que cruzan el océano pacífico y siempre regresan a depositar sus huevos al mismo punto, con sus aletas escarban la arena de la playa para esconderlos, 45diías después de haber sido fecundadas los huevos fecundados hacen implosión y salen las tortuguitas bebés; resulta que el día que llegamos era exactamente el día 45 de ese ciclo. ¡Si lo hubiéramos planeado no habría resultado tan exacto!

Llegamos a la playa, que es una playa virgen, nos pidieron sentarnos y esperar a que los encargados se organizaran y que se metiera el sol, nos explicaron que hay dos tipos de depredadores de las tortugas recién nacidas, los terrestres tales como perros, tlacuaches, zorrillos, mapaches etc una vez en el mar las aves marinas como las gaviotas y los pelícanos y los peces grandes en el mar y el riesgo de que se coman a las tortuguitas es menor por la noche.

Una vez que anocheció, nos formamos y nos asignaron un lugar marcado en la playa, nos proporcionaron un guante de látex y nos pidieron que desenterráramos una tortuguita cada uno, fue indescriptible sentir un ser vivo de no más de 5 centímetros de largo moviéndose en la palma de mi mano, yo había tenido seres humanos recién nacidos en mis manos, pero nunca una tortuguita.

Depositamos a los críos en una palangana para esperar a que se activaran para la gran faena.

Llegó el momento, dejamos a las tortuguitas sobre la arena. ¡Y sucedió el milagro! Las tortuguitas corrieron al mar en gran carrera de pequeños pasos, hubo gritos de alegría y mucha algarabía.

¡Había sucedido el milagro de la vida!

Uno se preguntaba como saben las recién nacidas hacia donde correr. La suerte estaba echada, solo 20 % de ellas llegarán a ser adultas y regresar al punto donde nacieron para desovar.

 

Autor: Bulmaro Landa Quezada. Tlalnepantla, Estado de México, México.

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