ROMANCE.

 

Don Quijote y su escudero
salieron buscando hazañas.
Don Quijote piensa y dice
unas cosas muy extrañas.

 

Él le ofrece a Dulcinea
con el candor de su alma,
los mil reveses que sufre
entre valles y montañas.

 

Se enzarza en feroz combate
en su afán de hacer hazañas
con molinos y gigantes
que tienen por brazos aspas.

 

Se van encontrando gente,
en sus errantes caminos
que trastornan al hidalgo
y le hacen perder el tino.

 

A lo lejos ven venir,
caballero en un jumento
a un barbero coronado,
con lo que parece un yelmo.

 

Don Quijote se ha creído

Que el brujo viene hacia él

Y aquello que brilla es
el gran yelmo de Mambrino.

 

Contra el barbero arremete
en lucha desaforada,

para arrebatarle el yelmo,

que sólo es bacía dorada.

Le propina Don Quijote

de palos una somanta

y escapa sin el jumento

lo que alegra a Sancho Panza.

 

A Sancho envía al Toboso,

portador es de una carta

en la que cuenta a su dama

los trances en que se halla.

 

Los cuales quiere ofrecer

a su Dulcinea del alma.

como caballero andante

que aumentar quiere su fama.

 

Y mientras tanto en su aldea,

el barbero que es su amigo,

el cura y el boticario,

conversación han tenido.

 

Presto parten al camino,

encontrándose al hidalgo

en su mayor desatino:

desnudo y en abstinencia,

sin dar a su amor olvido.

 

Es tanto su desvarío,
y su locura es tan alta,
que lo tienen que volver

a su casa en una jaula

 

Allí el ama y la sobrina
con gran dolor en el alma
prenden un temible fuego,
libros devoran las llamas.

A su muerte don Quijote
nos deja sentencias sabias,
máximas maravillosas
para una conducta sana.

 

Autora: Brígida Rivas Ordóñez. Alicante, España

davasor@gmail.com

 

 

 

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