No quiero hacer propaganda de lo que hago;
pero para exponer los hechos y la consiguiente reflexión, me veo obligado a
relatar lo siguiente:
Dirijo y presento un programa de radio en la red,
en Internet, que con el título de “LA REALIDAD INVISIBLE”, trata, de referir
aquellos hechos raros que se enmarcan en la fenomenología extraña, en la que
hay muchas personas que dicen no creer, pero que sí creen. El programa es un
soliloquio que comparto con los que me quieren escuchar, que probablemente no
deben ser demasiados. De vez en cuando, llevo a algún invitado para variar.
Hace algunos meses, formé una tertulia con dos personas más, y hablamos del
posible origen del lenguaje humano. ¡Nada más y nada menos! ¡Menudo lío!
Naturalmente, aquí, hay mucho de ficción, porque eso corresponde a la
prehistoria de la prehistoria. Y resulta que entre otras muchas teorías, hay
dos, que se abren paso: En la noche de los tiempos, había una única y sola
lengua, que se fue diversificando y se formaron las incontables lenguas que se
hablan hoy. La otra teoría es, que existieron unas pocas familias de lenguas,
de cuyos troncos, fueron naciendo las demás. A mi juicio, la discusión fue
apasionante. Y nos preguntábamos: ¿Y el español? ¿Qué? La pregunta parece
obvia, pero hay que remontarse a la hipotética historia. El español procede del
latín, el latín del griego, el griego del sánscrito y el sánscrito del
indoeuropeo. ¿Del indo qué? Del indoeuropeo. ¿Y eso qué es? ¿Dónde se hablaba?
¡Y nadie lo sabía! ¡Ni Nadie lo sabe! ¿O lo sabe alguien? ¡Pues no! ¡No lo sabe
nadie! Estoy seguro, y no soy filólogo, que no hay ninguna gramática ni
documento ni vestigio alguno del ¡Gran idioma indoeuropeo! ¿O sí? Nos perdimos
en las nebulosas de las nebulosas que más os podáis imaginar. Y hablando y
hablando, alguien se atrevió a hablar del español o castellano. Y yo, con gran
osadía dije: ¿Cómo has dicho? El castellano es una forma o variedad del
español. Y se armó, porque mi contertulio me dijo que me estaba metiendo en un
charco, en un lío, ya que el verdadero español es el castellano. Y yo lo hice
allí, y aprovecho estas páginas para decirlo aquí, que bajo mi punto de vista,
hay tantas formas o modos de español, como países e incluso como zonas o
regiones donde se hable esta lengua. Y pienso que esta afirmación, es cada vez
menos discutida. En España sin ir más lejos, hay muchísimas formas o modos de
acento español, y no digamos en Latinoamérica. Y lo que sucede con la lengua
inglesa, es todavía más espectacular. Londres, es una ciudad mucho más grande,
más multicultural y más multi racial que Madrid. En Londres se da la
circunstancia, de que hay barrios cuya fonética y pronunciación, son
prácticamente inentenigibles. En Guinea Ecuatorial, también se habla el
español. Los españoles que vivimos en España tenemos que saber y admitir, que
los distintos modos de español que se hablan en el mundo, son tan español como
el nuestro y que el castellano, y aquí se equivoca la constitución español,
como en otras cosas, es el español que se habla en Castilla, y me refiero a
castilla genéricamente, y por eso lo pongo sin mayúscula. Cuanto más claros
tengamos estos conceptos, los españoles de cualquier zona de nuestro país nos
vamos a entender mucho mejor. La constitución de la segunda república de 1931,
declaraba expresamente: “El idioma oficial de España, es el español”; no el
castellano, y esta parte del párrafo es mío. Y concluyo: Es para mí un
auténtico placer cuando salgo al extranjero, oír hablar mi lengua, con
cualquier acento que no sea necesariamente castellano.
Madrid agosto del 2015
Autor: Hilario
Alonso Sáez-Bravo. Madrid, España.