NIÑA
(elegía)



 

Si dormir te llama la hora suprema,
por causa del dolor que te consume,
!duerme niña! que en este mundo quema
la di lesa del hombre que no asume
su FE en DIOS; mas tú serás siempre gema
en la inmácula quietud del perfume
que exhala la guirnalda exuberante,
del vergel divino mas importante.


II

Debes pensar niña que lloras tanto,
que en este valle no has de florecer
como en el nimbo de donde es tu encanto,
ni habrán ángeles que te debe mecer
en trémulo tintineo sacrosanto,
como en el CIELO de donde has venido,
¡ya calla, me atormenta tu bajido...!,
que en este valle no has de florecer
como en el nimbo de donde es tu encanto,
ni habrán ángeles que te debe mecer
en trémulo tintineo sacrosanto,
como en el CIELO de donde has venido,
¡
ya calla, me atormenta tu bajido...!

 

 

 

¡OH, PADRE!

                                 

    

 

 I

Por haberme traído al mundo,
una vida de gratitud;
va de mi alma el amor fecundo
y lo mejor, de la virtud
que emana de mí juventud,
                                 
               II                       

Para merecer padre mío,
lo mas tierno del sentimiento
que irradia tu ser cual estío,
cuando mi inocencia confío
a tu cuidado muy atento.

               

  III   

               

Quiso DIOS que mujer naciera,
niña incauta soy todavía,
en mi rostro la primavera
no exhibe aún su florecía,
más si embargo me porfía,

 

IV

 

Varones que con su vil acoso,
sin que nadie guarde de mí,
¡Sólo hay pensamiento morboso!
hasta tus manos los sentí,
estrujar mi pétalo hermoso.

 

V

 

Éste es el triste clamor
de tantas niñas inocentes,
que solo encuentra en vez de amor,
brutales ultrajes indecentes,
hasta de su progenitor.

 

Autor: Mauro romero. Lima, Perú.

maximotrujillocor@yahoo.es

 

 

 

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