PRÓLOGO

 

 

 

   El presente trabajo es efecto  de la inquietud de quien lo elabora. No es producto de la casualidad, ni es escribir por escribir. 

 

   Desde niño, siempre me interesó el por qué de las cosas; el por qué de mis actitudes en relación con el mundo circundante y el por qué de mí mismo.

 

   Me fue bien fácil descubrir que yo era diferente a los niños con los que jugaba: Ellos siempre me lo hacían notar; pero no habría hecho falta, no había necesidad. Cuando nos metíamos en una huerta  y sustraíamos algún fruto, por el placer de sustraer, a veces venía el guarda, y todo el mundo salía corriendo,  huyendo,  para ponerse a buen recaudo. Yo también corría, pero a mí, siempre me pillaban. Naturalmente, yo tomaba otro camino.

 

   Más tarde descubrí, que si me quedaba más cerca de la tapia, o más cerca de la salida, si no había tapia, saldría antes que ellos.

 

   No cabe duda que algo pasaba que me hacía ser un poco diferente a los demás.

 

   Cuando tuve acceso a la educación, a la instrucción, a la formación y a la cultura, la duda quedó absolutamente despejada. Tenía un defecto muy importante que impedía     la comunicación normal,  y no digamos nada,  de los problemas que existían para tener una buena movilidad.   

   Enseguida me di cuenta, que debía tener muy presente  los beneficiosos efectos de la ley de la compensación, que es la que se produce como consecuencia de que los sentidos que no sufren disminución, se agudizan a fin de contrarrestar un déficit.

 

   Los medios que tenía, debían de ser aprovechados al máximo. Leer, escuchar, aprender y ¿Por qué no?, aprender, aprender y aprender. 

 

   Soñaba que iba corriendo, pero que no avanzaba y alguien venía detrás, y cuando iba a darme alcance, me despertaba.

 

   También soñaba, que estaba subido a un árbol, y me iba escurriendo poco a poco, hasta llegar al suelo, pero antes de la caída, me despertaba. ¡Qué mal lo pasaba!

 

   Es claro, que en mis sueños, que no tenían prácticamente ninguna trama argumental, eran muy simples, ya se detectaba una gran inseguridad.

 

   Cuando tenía quince años, leí un fragmento de la “Interpretación de los sueños”, de Freud. Siendo estudiante de magisterio, conocí su obra.

 

   Quiero decir, que soy un estudioso de la fenomenología esotérica. Tiene muy poco que ver con el trabajo que presento; pero entre el mundo onírico y el esotérico, hay algo tangencial; ese algo, es la mente humana.

 

   El esoterismo se basa en fenómenos poco o nada explicados. A mi juicio, son fenómenos de la mente. El ser humano, tiene facultades que no desarrolla o lo hace a un nivel muy inferior. Tenemos energías, cuya fuerza o fuerzas, no controlamos. Ya, ya sé, que muchos miembros de la comunidad científica, si leen lo aquí escrito, rechazarán y repudiarán lo que digo; pero, yo pregunto: ¿Han localizado ustedes ya la conciencia? ¿En qué parte del cerebro se ubica?

 

   En los sueños, hay una actividad cerebral importante. La conciencia profunda o inconsciente, expulsa todo aquello que desea que aflore a la superficie consciente, en forma de mensajes codificados.

 

   Aquí, los símbolos, como veremos a lo largo de este trabajo, juegan un papel de capital importancia.

 

   Antes de pasar a comentar, de manera sintética la estructura de la obra, me gustaría hacer la siguiente consideración:

 

   No me propongo en absoluto presentar un trabajo en el que se exponga o enseñe ninguna actividad terapéutica. Expongo, simplemente, el resultado de mi  investigación y experiencia personal del tema. Experiencia, que por supuesto, he contrastado ampliamente.

 

   Quiero indicar también, que la sociedad en la que vivimos, nos envuelve con su enorme actividad dinámica, su extraordinario cúmulo de información, propaganda y publicidad de todo tipo. No cabe duda, que esto condiciona de manera importante al ser humano, y le introduce en un mundo que tiene mucho de artificial y que no deja de ser un tributo que pagamos al progreso.

   Cada vez, nos acordamos menos de lo que soñamos. Los sueños, nos dan mensajes, avisos y respuestas.   Si pudiéramos o supiéramos descifrar los códigos o claves que son la forma de expresión de nuestros sueños, resolveríamos muchos problemas a través de un mejor conocimiento de nosotros mismos.  

 

   Es muy importante el conocimiento del sí propio, del sí mismo, porque ello permite actuar con la calma y el dominio suficiente, cuando las circunstancias son adversas o desfavorables. El autodominio tiene tal importancia, que reporta evidentes ventajas e incluso beneficios para la salud, en todos los órdenes; y esto, lo sabemos muy bien todos los enfermos crónicos que de algún modo tenemos una vida interior muy intensa.

 

   Nunca nos conoceremos de una manera plenísima; pero sí podemos y debemos entrar en nuestro interior, y andar por el sótano y los túneles de nuestra conciencia profunda.

 

   Son  muchas las técnicas de autoconocimiento; y el autoanálisis de los sueños, es una más, y tiene la ventaja de que se ejercita y se enriquece la inteligencia.  Ello no quiere decir que tengamos que estrujarnos todos los días los sesos y que tengamos que recordar constantemente lo que hemos soñado; pero sí hay sueños lo suficientemente significativos, que nos llaman la atención, y cuyo significado, nos gustaría conocer.

 

   Pasamos grandes períodos de nuestra vida, sin recordar lo que  soñamos, y es normal.

 

   Soñamos cuando vamos a estar, o estamos enfermos. Cuando tenemos algún proyecto, o lo estamos llevando a cabo.  Cuando nuestra vida cambia o va a cambiar. Cuando sucede un cambio estacional, desde el punto de vista climatológico. Cuando se produce un acontecimiento que nos marca o nos impacta, etc.

 

   Hay que advertir, que nuestro inconsciente siempre va por delante. Un alto, altísimo porcentaje de los actos que condicionan nuestra conducta, son inconscientes.  Y hay que indicar también, y esto ya se pone de relieve en la obra, que el inconsciente, o la conciencia profunda, es intemporal e inespacial.

 

 

 

ESTRUCTURA DE LA OBRA

 

 

   El trabajo comienza con una introducción, en la que se definen conceptos relativos al soñar y al dormir propiamente dicho.

 

   Se concretan en qué condiciones se debe dormir así como la orientación de la cama, la cabecera de la misma etc.

 

   Paso seguidamente a efectuar una breve semblanza histórica de todo lo que se ha dicho y escrito sobre el mundo onírico, que desde mi punto de vista merece mención.

 

   Glosamos sobre aquellas materias que a mi juicio, pueden tener conexión con el tema objeto de lo que aquí se trata: hipnosis, sonambulismo, control mental, teoría de la reencarnación y cuerpo astral.

 

   Es claro que hay cuestiones  o apartados, cuyo contenido puede ser discutible por no tener constatación científica; pero yo los presento, tal como me los han relatado aquellas personas,  que según ellas, han sido objeto de estos estados alterados de conciencia.

 

   Sobre la teoría de la reencarnación, escritos hay por doquier que pueden consultarse. No digo más de este tema, porque esto no es mas que el prólogo del trabajo, por lo que remito al lector, a la lectura de la obra.

 

   Por lo que respecta al  control mental, que es otro de los apartados que figuran y que conectan con el tema central, remito a quien quiera consultarlo a la obra de José Silba.

 

     Siendo el autor ciego, no podía faltar en este trabajo, un capítulo en el que se tratara y naturalmente, se tratará, el sueño de los discapacitados, que sueñan como todo el mundo, pero como quiera que la discapacidad o el defecto que tenemos condiciona nuestras vidas, me ha parecido oportuno tratar el tema con alguna extensión, para disipar dudas, o al menos, para aportar mi experiencia personal.

 

 

 

SIMBOLOGÍA

 

 

 Los símbolos son extremadamente importantes, porque gracias a ellos es posible la interpretación onírica. Pero los símbolos, por regla general, suelen ser polisémicos, es decir, tienen varios significados; por tanto, hay que hilar muy fino para no errar. En este sentido, me he limitado a indicar una relación de símbolos, con expresión de sus significados, ilustrándolo con relatos de sueños en los que intervienen dichos símbolos, y procediendo a su posterior interpretación.

 

   Todos los sueños aquí expuestos e interpretados, no han sido inventados, y sí relatados por soñantes en numerosas consultas celebradas con ellos.

 

   Los relatos han sido tomados literalmente.   Las interpretaciones han sido hechas con el máximo rigor,  considerando que, se ha tenido muy presente la psicología de la persona que nos ha confiado su sueño, así como sus  especiales y peculiares características y circunstancias personales.

 

  Me doy por satisfecho, si la persona que comienza a leer este trabajo, lo termina, sin perjuicio de que le guste, o no.

 

                            Madrid en marzo del 2011

 

Autor: Hilario Alonso Sáez-Bravo.   Madrid, España.

hilario-conchi@hotmail.com

 

 

 

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