Escribía, Ramón J. Sender en su libro "El lugar de un hombre" acerca de la importancia de un vecino del pueblo, al que apenas se había hecho caso...
En este momento que inicio el texto, lo he recordado, porque sois, somos las personas que, solo, nos conocemos a través de la palabra escrita.
Ese vecino al que todos buscaban con afán, el día que desapareció...

Seres invisibles.

¡Ha sido un placer la ducha!
Es temprano, estoy desayunando una tostada crujiente y leo el periódico. Ultimas noticias.
Acaba de dejarme el taxi, después de curarme una quemadura pequeña en el centro de salud, y me saluda el barrendero del barrio:
-¡Buenos días!
-Muy buenos....

Y empiezo a tener consciencia!

Y escribo, reconociendo, nunca mejor dicho, a los invisibles seres, que durante la noche, y mecánicamente, trabajaban en las fabricas de la película" Metrópoli de Fritz Lang.Sin ser vistos.
Mecánicamente, hacían un trabajo serio, perfecto, nocturno, silente.
No son noticia, no somos.
No hacen ruidos. No hacemos ruido.
No ocupan portadas ni son trend topics. Ni nosotros.
Todos los seres invisibles trabajamos ,para unos y otros, unos leen, otros escriben, y a la viceversa, confluyendo desde muchos y lejanos mundos y culturas

El panadero, los taxistas, la enfermera, el gasolinero, los policías ,los médicos barrendero....el kioskero, el vendedor, el transportista...todo a punto, para mi, para ti.
Para nosotros.
Durante muchos años de trabajo, he seguido las rutinas. Y he despertado a este mundo del que hablo: no nos conocemos, pero podríamos movilizarnos y buscarnos, mas fácil, quizá, ahora con estos medios.
Desde mi "tiempo libre" de jubilación, aquí, ahora.
(Pues ya leí, ya aprendí, ya me université, ya, ya...)

Ya, es hora de devolver, tanto recibido en gestos, en palabras, en tiempo, en ánimo, en cartas, en llamadas, en abrazos, en amores y silencios, Palabras y recuerdos.
Por eso, he hecho de mi día, una hoja de servicios, del momento.
Sin previsiones y flexibilizando y relativizando. Mi ahora es muy importante.
Y saliendo de dentro y extendiendo mis manos y expandiendo mi aliento.
Con pasión, con amor
Devuelvo los nombres y repongo y restauro su figura y su identidad a , cada quien, si yo, Paco el taxista, a Raquel que limpia la escalera....Manolo el mecánico, Pepe el médico, Francisco que escribe, lucho que pedalea...Bulmaro que coordina ...
Para mi Alguien, no puede ser una persona.
Juan, Elena, Manuel... Regresáis a mis lugares con vuestras identidades recompuestas en este texto no imaginario.
Lo necesito.
A veces el genérico, quita esa etiqueta.
Mientras dormimos...y es en la noche donde, el escenario diario de cada movimiento se va sucediendo. Cuando esto escribo también los husos horarios.....
Ahora, juntos, en medio de una jubilosa fiesta, y delante de una tarta preciosa, tapizada con nuestros nombres y nuestras fotos, somos abrazados, identificados, besados y soplamos estos diez años donde cada uno puso lo mejor de si.
Complementados, ya.
Me consta....
Esperanza no puede ser un nombre, debe ser nuestra compañera, nuestra cómplice, nuestra meta, nuestra musa, nuestra idea, nuestra amante.
Os felicito, y agradezco estar en este Aniversario, décimo, sintiendo, como tembláis, emocionáis lloráis aplaudís y cualquiera manifestación de fiesta a la que me sumo diciendo esto.
...A voz en grito, y desde esta orilla en España,
FELICIDADES, OS QUIEROOOO

Deseo que mis brazos os envuelvan, como los cachorrillos, cuando son acogidos e identificándose con los su camada.
Y que mis labios besen vuestras mejillas, con toda delicadeza y gratitud.

Yo, soy Enriqueta, desde Almería, España. AHORA:

En mi AHORA.
Y dispuesta a buscaros en el mas recóndito rincón, con la Esperanza, como bandera en la mochila. Como equipaje imperecedero.

Autora: Enriqueta Adriana Martínez Pérez. Almería, España.

ea1921@hotmail.com

 

 

 

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