¿POR QUÉ LA CRISIS?

EL INICIO DE LA REHABILITACIÓN EN EL MUNDO PARA LAS PERSONAS CIEGAS.

 

La historia nos permitió conocer que en 1955 se registró e identificó oficialmente en los EEUU la apertura del primer Centro de Rehabilitación para Ciegos jóvenes y adultos, QUE PERDIERON SU VISIÓN.

Se reconoce que las primeras acciones nacieron y se identificaron con la finalización de la segunda guerra mundial por 1945/1946 en los hospitales militares para veteranos, allí, más allá de la gestación de técnicas para ayudar a superar tan difícil situación, nació lo que sería la piedra angular de la futura rehabilitación, el concepto y principio de devolver al afectado, SU DIGNIDAD.

Para conseguir ese objetivo todo el enfoque debió apoyarse en desterrar la lástima que el afectado podía vivir ante la nueva situación e ir elaborando la idea de que, podría salir adelante sólo a través de su propio esfuerzo y aprendiendo a convivir con la limitación, dejando atrás las acciones tuteladas y protectoras, existentes en aquel momento.

Irrumpía el concepto de visualizar a la persona ciega como un ser biopsicosocial, y así todas las baterías de técnicas, herramientas y recursos se fueron elaborando en post de brindar una independencia con dignidad y alcanzada con el esfuerzo del interesado, contando con el apoyo de los rehabilitadores, que debieron estar capacitados para ser los facilitadores del cambio, y nunca los dueños de las decisiones de los rehabilitandos.

Se iniciaba así una nueva etapa que venía a romper con los moldes existentes, aquellos surgidos de la caridad, la protección, la lástima y el asistencialismo.

En aquellos hospitales de veteranos se tomaron para partir las acciones, dos identificadores de la ceguera existentes en aquel entonces, el bastón blanco cortito, nacido en 1930 y el sistema Braille que ya tenía, en ese entonces, 120 años al servicio de quienes no veían.

El bastón corto fue transformado en el bastón largo y el Braille como la herramienta para la comunicación, pero debieron crearse e incorporarse otros procedimientos y programas que ayudaran a alcanzar aquella independencia con dignidad.

Es así que cuando se habla de Rehabilitación, están implícitos e indisolubles 4 pilares fundamentales; su filosofía, sus programas, su planificación y sus protocolos, aplicables a cualquiera sea el Modelo de atención que se quiera adoptar.

La nueva corriente comenzó a ser conocida por el mundo, en ese proceso no faltó el interés en América Latina, así, en 1958 Guatemala introduce y hace conocer en español los programas, posteriormente, en 1962 se abrirán los primeros Centros específicos en Uruguay y Colombia, para expandirse por toda la región con suerte variada en el cumplimiento de sus 4 pilares básicos.

A la región le costó mucho entender y aceptar que la rehabilitación debía ser entregada por profesionales, técnicos y docentes preparados, formados como rehabilitadores, y no por docentes solo formados en educación común o especial habiendo una importante distancia en los conceptos formativos, esos que promovieron y aún promueven notorias dificultades en el adecuado manejo de los conceptos, alcances, protocolos y filosofía que debe ser aplicada. No se desconoce que hubo excepciones en la Región, pero una, dos o tres golondrinas no hacen la primavera.

El Manual Técnico de Rehabilitación edición 2010 de la Unión Latinoamericana de Ciegos, en dos de sus capítulos señala con claridad, cuales son esos conceptos y características y, cual debe ser el perfil del rehabilitador.

Entendiendo estas dificultades formativas en muchos que han trabajado y trabajan en rehabilitación, se podrá tener claro por qué en toda la región la entrega de los contenidos de la rehabilitación ha sido tan dispar, sin dejar de tener en cuenta que muchos quisieron ser los padres en sus países, en vez de haber sido buenos hijos aplicados.

Los organismos internacionales, ni las economías de los países nunca han querido ver este tema de la rehabilitación como una inversión, y pensando en que es un gasto, tiene notorias limitaciones la habilitación de recursos para nuevos Centros y el campo de la formación, de la capacitación de rehabilitadores, promoviéndose por la necesidad cursillos entregados, por lo general, contra reloj. Si ayudar a resolver un problema tan difícil como es perder la visión de joven o adulto, fuera tan sencillo, no estaríamos hoy en la región latinoamericana en una verdadera crisis, sin entrar a hablar de aquellos iluminados que quieren juntar las discapacidades, quien sabe para cumplir con que mandatos…

Para aquellos que estiman que con el uso del bastón largo blanco y una computadora el tema está resuelto, ignoran los apoyos imprescindibles que la persona con ceguera adquirida necesita para aprender a vivir con su limitación, aspecto que debe ser manejado por personal idóneo con claro conocimiento de la filosofía de rehabilitación, la libertad de poder hacer, tiene que estar acompañada de la libertad en su cabecita.

Da pavor, en muchos casos, oír con la liviandad, la ligereza con que hablan y tratan este tema llamados “rehabilitadores”, varios que jamás salieron de detrás de un escritorio.

Bienvenidos todos los avances, la tecnología, lo que no debe ser motivo para ignorar y dejar de aplicar la matriz que dio origen hace 67 años a la filosofía y técnicas de la rehabilitación.

Sabemos que la Unión Latinoamericana de Ciegos (ULAC), prepara una nueva edición del Manual Técnico de Rehabilitación, saludamos la iniciativa, abrigando la esperanza de que mantenga la defensa férrea de su piedra angular.

 

Autor: Prof. Ángel Aguirre Patrone. Montevideo, Uruguay.

angelaguirre.50@gmail.com

 

 

 

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