EN NOMBRE DE MIGUEL Y LA ESPERANZA
Querían oscurecerte Miguel
con el lenguaje desnudo de la tierra
sin ver tu corazón (prado de seda verde)
donde bebían
leche
las ovejas.
En tu Orihuela pobre
dejabas la niñez entre hierbas y barro
mirabas cada tarde
el crepúsculo morir en los olivos
y eras el dios
de un rebaño de nubes.
Un día España despertó
bajo una tempestad endemoniada
y de tus soledades
te hiciste muchedumbre contra el odio
y amanecías en el gris donde se muere
hasta que cercaron tu corazón de pueblo
quienes venían asesinando la mañana.
Querían que se apagara su verdor
y tu verdor
escapó en un vuelo de cigüeñas
hacia esos campos que florecen
en nombre de Miguel y la esperanza.
Autor: Agustín
Labrada Aguilera. Chetumal, Quintana Roo, México.