EN ABRIL

 

Hace un poco más de un año, intenté escribir acerca del cuarto mes del año. Sinceramente, no pude hacerlo. Me vencía la melancolía, la nostalgia y no sé que entreverado de emociones negativamente apabullantes.

Hoy, creo que es diferente, y, por lo menos, poseo lo necesario para, al menos, tratar.

Porque en abril, han ocurrido muchas cosas importantes. Nos reencontramos una amiga y yo, después de varios años de ausencia total.

En ese mes, nació mi hermano Anselmo; fallecido hace casi dos años. Y, también, en abril, el día veinte, mi mamá dejaba este plano físico, a sus  noventa y cinco años, cumplidos el tres de febrero. Después de padecer una larga y dolorosa enfermedad. Aquél lunes, a 14:40 apaciblemente, dejaba esta vida.

Tuvo diez hijos. Uno de ellos, murió a las pocas horas de haber nacido.

En 1990, había perdido a su hijo mayor, de nombre Salvador; una gran pérdida para ella y toda nuestra familia.

En el 2001, falleció su esposo, mi padre. Ellos duraron 73 años de casados.

Mi madre, no tuvo casi ninguna educación formal. Pero, conocía mucho de la vida y le fascinaba disfrutarla. Sí, a través de la música, la comida, la buena conversación, etc.

Era capaz de expresar su pensamiento en forma clara y contundente en pocas palabras.

Uno de mis hermanos, refería en cierta ocasión, aludiendo a algo que se refería a él mismo.

–Ella decía: --A que muchachos, creen que me hacen tonta, pero los tontos son ustedes.

Cuando yo era estudiante de secundaria, le escribí y le canté algunas canciones. Me dijo que le agradaban, me hacía sentir que mis trabajos musicales tenían un gran valor.

Mamá, donde estés, sigue enviándonos tus bendiciones a mis hermanas, hermanos y a mí. Guíanos por el camino del bien, y haz que la protección divina, nos cubra y nos esconda de todo mal...

Para el recuerdo de mamá, termino estas líneas, con unos cuantos versos de alguno de aquellos cantares dedicados a una maravillosa e inolvidable mujer.

 

Madre,

Yo quiero decirte,

Que tengo gran fortuna,

Porque tú existes...

 

Autor: José Reyes Romero González. Mexicali, Baja California, México.

Brumario09@gmail.com

 

 

 

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