EL TEATRO OFICIAL, AMAFIADO: WILLEBALDO LÓPEZ.

 

Por Héctor Cortés Martínez

 

hecomartin@yahoo.com.mx

 

"No han servido de nada los cambios de gobierno en nuestro país, porque los que estaban arriba, sólo cambian de lugar, acaparan los puestos clave, desde

ahí controlan todo y se protegen", afirmó a Forum Willebaldo López, director teatral y quien denunció que el teatro oficial en nuestro país es víctima

de una mafia que controla los subsidios y apoyos gubernamentales para los realizadores y productores escénicos.

 

"El INBA (Instituto Nacional de Bellas Artes) nunca me ha montado ninguna obra, ni la Universidad Nacional Autónoma de México. El subsidio del teatro oficial

es acaparado por algunos y se produce un mafia", relata nostálgico quien de su larga lista de creaciones y puestas en escena, se puede citar: Lo arrieros

con sus burros por la hermosa capital (1967), Teresa y Leopoldina, Malinche show, Cosas de muchachos, Chimalma o me alegro por las cucarachas, La marta

del zorro y su más reciente reestreno: Vine, vi...y mejor me fui (estrenada en 1976), entre otras.

 

Interrogado sobre lo contradictorio de que en el INBA algunos directores teatrales en activo se desempeñen como funcionarios de alto nivel, Willebaldo López

aceptó que son juez y parte: "Exacto, incluso, a veces, se autopremian, es una camarilla de grupos amafiados que favorecen a ciertos directores llamados

o catalogados como vacas sagradas".

 

Recientemente Felipe Oliva, director de la obra Fuente ovejuna, acusó que la Coordinación Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes, a cargo

del también director teatral Ignacio Escárcega, apoyaba con millones de pesos en sus producciones o montajes a "consentidos" como Luis de Tavira, ¿a eso

se refiere con lo de vacas sagradas?

 

—Sí, es una injusticia darle todo a él (Luis de Tavira), pero él no tiene la culpa, sino quien lo santifica. Porque cuando vamos a tocar puertas, nos dicen

que hay mucha gente en lista que espera apoyo, que regresemos en un año y, efectivamente, hay muchas propuestas, pero siempre son los mismos los beneficiados

y él es uno de esos. Es infranqueable esa barrera. Rebotas ahí.

 

¿Pero por qué no se han unido, si usted dice que son más las propuestas o directores teatrales que no son considerados para recibir apoyo del INBA?

 

—Porque estamos aislados, tenemos que unirnos. A lo mejor tendrá que salir alguien para que nos aglutine y –en tono de burla, exclama–, crear una mafia

contra la mafia.

 

¿Usted cree que el principal problema de la Coordinación Nacional de Teatro sea la falta de recursos económicos y espacios teatrales del INBA, pues su director

general, Saúl Juárez ha dicho (Forum 140, XII-04, pp. 29-30) que un aumento de por lo menos 50 por ciento al presupuesto del instituto, ayudaría?

 

—¿Qué no hay presupuesto? Sí hay, si no se lo acabaran en uno o dos (directores) y si Saúl dice que por lo menos del 50 por ciento, bueno la pregunta es

en qué lo aplicarían, porque si es en más puestas de Tavira, pues así no alcanzaría de todos modos, o si le ponen una escuela en Pátzcuaro, Querétaro o

Cuautla, ¿no sé si para eso haría falta más?

 

Asimismo, señala que para los directores, actores y realizadores independientes es cada vez más difícil hacer teatro, pues además de la falta de apoyo gubernamental:

"Nos es dificultoso hacer teatro y es caro, reiteradamente se trae teatro ya probado en otros lugares del mundo, por lo que el nacional en la mayoría de

las veces, es más reconocido fuera del país y cuando llega a México se encuentra con que los productores piensan que es un riesgo o una pérdida completa

y lo que quieren es ganar a la segura".

 

Ante la falta de un proyecto de cultura en nuestro país y, en consecuencia, la crisis por la que atraviesa el arte escénico oficial, el realizador opina

que cada vez los niños y estudiantes están más alejados del teatro "todavía en los 60 había teatro escolar auspiciado o apoyado por la Secretaría de Educación

Pública y el INBA, pero con Miguel de la Madrid ya no se hizo nada y esas generaciones de jóvenes están pérdidas hasta la fecha".

 

Además, en su faceta de escritor, lamenta que generaciones recientes de jóvenes aborten su carrera como actores, realizadores y directores, pues ante la

falta de oportunidades, en muchas ocasiones abandonan su vocación escénica, "no me gusta escribir telenovelas, pero es una chamba para poder hacer teatro.

Es como el profesionista que además es taxista o vendedor ambulante".

 

Sobre la forma actual de hacer teatro y con la calidad moral de 40 años de experiencia teatral, critica que los jóvenes directores apuestan más por una

mayor violencia verbal en las puestas escénicas "casi escatológicas para contar su cosas, no sé si lo hagan por vender más la obra, pero yo no comulgo

con ello y no han funcionado porque tienen un límite el número de sus funciones".

 

Hijo de una maestra rural y un padre campesino, Willebaldo López confiesa que arropó desde su juventud un rencor social y aunque acepta su simpatía política

por la izquierda, niega estar afiliado a algún partido político, pero asegura que su estilo teatral se mantiene vigente porque en sus propuestas llevadas

a escena, se realiza una crítica a los problemas sociales como la injusticia, la pobreza, la ignorancia y la corrupción, mismos que no se han resuelto

aun con los cambios de gobierno en nuestro país.

 

Finalmente, señaló que tanto Sara Bermúdez, directora general del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) como el propio presidente Vicente

Fox, deben romper con esa mafia que impera en el teatro oficial para que todo el presupuesto que se destina al INBA se distribuya en más grupos de realizadores

que actualmente se han aglutinado en pequeñas compañías teatrales que buscan por todos los medios llevar a escena sus propuestas.

 

Vine, vi... y mejor me fui

 

A 30 años de su estreno en el teatro El Granero, en Vine, vi... y mejor me fui, su autor, Willebaldo López, mantiene su maestría para dibujar a la sociedad

mexicana, que desafortunadamente no ha cambiado del todo, pues la co-rrupción, marginación, ignorancia y abandono de las clases más desprotegidas, son

el eje central de la obra y los elementos que la mantienen vigente.

 

Con un trazo escénico basado en la interacción con el público y el juego del tiempo y el espacio, Willebaldo López ofrece una comedia perfectamente concebida

y desarrollada donde matiza los colores sicológicos de los estratos más bajos de nuestra sociedad y que reflejan las estupendas dotes de observación y

sentido teatral del escritor.

 

La trama se inicia en el velorio de un niño, en una familia muy humilde que no tuvo los recursos para poder salvarle la vida. Ella lava ajeno, él nunca

encuentra trabajo y se refugia en el alcohol. Los únicos compañeros en el velorio son un escritor, que horas antes se convirtió en su compadre, y una vecina,

madrina de otro de los tantos hijos. Todo esto va seguido del característico humor ácido del dramaturgo.

 

Hace tres décadas, la crítica teatral, además de otorgarle el premio Juan Ruiz de Alarcón después de triunfar en Manizales, Colombia, catalogó a Vine, vi...

y mejor me fui, como una obra valiente, que denuncia y grita a todo volumen las injusticias que hemos inventado todos nosotros a modo de un anecdotario

de los miserables y cuyo objetivo es hablarle al espectador, sin pestañar ni darle vuelta a los asuntos (El Día, 12-VI-76, Eduardo Rodríguez Solís).

 

Para conmemorar tres décadas de puestas en escena, Vine, vi...y mejor me fui, el mes pasado, en función especial y con la presencia del delegado político

de Coyoacán, Miguel Bortollini y la actriz y productora teatral, Carmen Salinas, apadrinaron la develación de la placa conmemorativa.

 

Escrita, dirigida y actuada por Willebaldo López en Vine, vi... y mejor me fui intervienen también Joana Brito, Dolores Solana, Blas García y Belinda Miranda

(como comadre alternante). Con la escenografía de Félida Medina, la propuesta teatral se presenta todos los jueves a las 20 horas en el teatro Rafael Solana

del Centro Cultural Veracruzano.

 

 

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