EL PEQUEÑO ESQUIMAL
La Biblioteca pública de la Casa de la
Cultura de Cancún este sábado 23 de agosto, en el espacio “Círculo de Lectura para
Niños” (del Programa de Fomento a la Lectura) invitó a todos los peques de 6 a
12 años a compartir la lectura del cuento “El pequeño esquimal” de la autoría
de Kathryn Jackson e ilustraciones de Leonard Weisgard, publicado por Editorial
Trillas en 1987, mismo que forma parte de los libros para niños en la
biblioteca de esa institución.
Como es costumbre la bibliotecaria,
señora Isabel Flota Medrano, acompañada por Gerónima López Gómez nos comentó
que:
“Había una vez un pequeño esquimal que
vivía muy lejos, cerca del Polo Norte”.
“En el verano ocupaba, con sus papás,
una tienda de campaña junto a un arroyuelo”.
“Su papá se dedicaba a la pesca del
salmón. Además, navegaba en el mar con otros esquimales, cazando focas y vacas
marinas”.
“Su mamá secaba parte de la pesca y de
la caza, a fin de conservarlas para el invierno, y cocinaba sólo lo
indispensable para el consumo inmediato”.
“Más tarde comenzó a hacer un nuevo y
bello traje de invierno para su pequeño esquimal. Y acababa de dar la última
puntada en el segundo guante, cuando el verano dio fin también”.
“El niño esquimal ayudó a mamá a empacar
todas sus cosas y las colocó en la barca que tenían”.
“Otros esquimales también colocaron sus
cosas en sus respectivas canoas. Los pequeños se sentaron mientras las madres
remaban rumbo a otros parajes”.
“Y los padres, los tíos y los abuelos de
los niños esquimales bogaron cerca de éstos, en pequeñas y veloces
embarcaciones, para mostrarles el camino”.
“Poco después todas las naves llegaban a
la playa. La madre esquimal sonrió y dijo:
-¡Allí está nuestra choza invernal!”
“La choza, como las que la rodeaban, era
de piedra, y todas tenían en la parte superior un agujero para que entraran el
Sol y el aire”.
“El padre y la madre, ayudados por el
pequeño esquimal, se pusieron a reparar y preparar la choza para el invierno.
Cuando todos habían terminado sus faenas...”.
“¡Uuuuuuuuuuuu! ¡Uuuuuuuuuuuu!”, comenzó
a rugir el viento. ”¡Sh-sh-sh!”, hacía la nieve al caer. Ya era pleno invierno
en la pequeña aldea de esquimales”.
“El padre colocó toda la carne seca y
todo el pescado en el gran hoyo dispuesto para el caso, y dijo:
-¡Solamente está a medio llenar!
-¡Qué lástima! –Respondió el pequeño
esquimal-¡Debería estar completamente lleno!
“Así es que el padre del niño esquimal se
fue de caza con sus trampas, su rifle, su lanza, su trineo y su pareja de
perros”.
“Viajó todo el día, y al llegar la
noche...sus perros comenzaron a ladrar como si olfatearan un oso”.
-¡Un oso! – Murmuró el hombre- ¡Ah! Si
tuviera la suerte de atrapar un oso, no nos faltaría carne este invierno...”
Si te gustó la introducción a este
cuento, solicítales a tus padres o maestros lo localicen por internet para que
terminen de contártelo.
Secretaría de Cultura Casa de la Cultura
de Cancún