“En un estanque lleno de peces y habitantes, vivía un pato que no sabía
volar y por eso estaba muy triste, él intentaba volar y no podía, pues su mamá
tenía su ala lastimada y no podía enseñarle”.
“Cierto día se metió dentro de la
vegetación, estaba feliz comiendo mosquitos y de pronto se cayó en un agujero y
se encontró con una culebra que al verlo le quiso dar un mordisco pues creyó
que quería atacarla, lo persiguió por todo el agujero y no había un lugar donde
esconderse, corrió hacia un rincón y quedó atrapado con las raíces de un árbol
y le dijo ¡No me muerdas por favor!”.
“Y la culebra le dijo perdóname pensé
que eras otro animal y querías hacerme daño, la culebra le ayudó a subirse a
una rama de un árbol para que practicara, así estuvo hasta que pudo volar, le
dijo gracias por enseñarme a volar”.
“Si necesitas mi ayuda búscame pues
fuiste un gran amigo, fue a su casa y le dio la buena noticia a su mamá, lo
felicitó y se alegró de tener un buen amigo”.
Autor: Abraham Misal Hernández Carral. 9
años.
Proyecto “Pequeños Escritores de
Quintana Roo.