Panamá, como en otras latitudes, La
mujer está abandonando el hogar y se ha dedicado a fortalecer una cultura, deja
atrás el dominio masculino, a este proceso le podemos llamar ver al mundo, a
partir de otro enfoque. No obstante, en el plano emocional, desde tiempos
remotos fue víctima de maltratos emocionales, pues se nos enseñó que debíamos
guardar los sentimientos para los momentos íntimos, lo que conlleva a una
insatisfacción no descrita en las nuevas teorías y escritos sobre las mujeres.
El hombre machista está diseñado para reprimirse los sentimientos y emociones,
con lo que podemos colegir que también está sometido a una dura realidad. A la
mayoría de ellos les han enseñado que les está prohibido dejarse sentir
afectados por el amor.
El varón realmente tiene una tremenda
dificultad con las emociones, mostrándose frío, agresivo y violento. Así
identificamos que en el plano perceptivo a la mujer no se le procura la
prestancia, quedando esta reprimida en su actuar, a la luz de una indiferencia
emocional.
Para muchos hombres, consideran a la
mujer la donadora de amor, pues constituyen el apoyo emocional, para ellos son
las mujeres quienes nutren las emociones por lo que muchos quedan sorprendidos
cuando ellas deciden abandonarlos.
En la actualidad los hombres no han
terminado de comprender que el apoyo afectivo, no solo es responsabilidad de la
mujer, es un asunto de dos, garantizándose un intercambio de vida, llenándose
ambos los vacíos sentimentales, estableciéndose una comunicación entre iguales.
Resulta penoso aceptar que en el plano
de la comunicación al hombre le sea difícil conservar la fraternidad y
confraternidad con su igual; es el juego de dominio, pues si hay demasiadas
emociones o diálogo el hombre puede pensar que es un acto de vulnerabilidad,
patentizando que los hombres son atrapados en sus propios silencios, temores y
emociones, debido a la concepción ancestral donde los sentimientos están
prohibidos en ellos, dejando como corolario una dolorosa pérdida, la
oportunidad de conocer la vida interior de la mujer que ama.
Los efectos para la mujer son
desastrosos, se encierra en su propio silencio, puesto que la creencia del
hombre en su superioridad y ante la inferioridad femenina, generan un fardo de
violencia emocional, evidenciando una actitud inexacta de la parcela natural de
su ayuda idónea.
Por lo que es importante aprender a
discutir, adaptando una resolución en la que cada uno de los dos llegue a
comprender el punto de vista del otro, la mejor manera de zanjar un problema es
hablar de ello, clarificar sentimientos, aprender a discutir de la forma más
constructiva. La lucha individual ante la actitud del hombre, no siempre da
resultados, ya que no, comprende lo que ella intenta puntualizar. Tal vez la
mujer demanda cambiar el estatus de sus pares antes de conseguir el respeto y
la dignidad que hagan posible la supervivencia de sus relaciones amorosas.
Autora: Elodia
Magdalena Muñoz Muñoz . Panamá,
Panamá.
Comunicadora Social.