Mi lente
EL ASESINATO DE JESSE JAMES POR EL
COBARDE ROBERT FORD
(The
assassination of Jesse James by the coward Robert Ford)
Andrew Dominik (Wellington, Nueva
Zelanda, 1967) es un director de cine nacido en Nueva Zelanda. A los dos años su
familia se traslada a Australia, donde se graduaría en la Melbourne's Swinburne
Film School en 1988. Su carrera en el cine comienza en el año 2000, cuando
dirigió la película “Chopper”, basada en el famoso criminal australiano Mark
Brandon Read, protagonizada por Eric Bana y Vince Colosimo. Chopper recibió
buenas críticas, y Bana fue premiado por su retrato de Chopper.
Su siguiente film es “El asesinato de
Jesse James por el cobarde Robert Ford”, con las actuaciones de Brad Pitt y
Casey Affleck. A pesar de haber sido terminada en 2006, el estreno de “El
asesinato...” fue retrasado, originalmente previsto para 2006, y finalmente
lanzada en 2007. A Cancún esta por llegar de un momento a otro. Mi lente la
pudo apreciar en un viaje relámpago a la ciudad de México.
Es curioso, más de cien años después de
su muerte, el nombre de Jesse James, un inestable ladrón y desalmado asesino,
sigue evocando el idealizado rigor y romance del viejo oeste norteamericano,
mientras que el nombre del individuo que le mató (aparentemente en aras de la
justicia) es virtualmente desconocido. La película "El asesinato de Jesse
James por el cobarde Robert Ford" trata de explicar ese fenómeno con
bastante éxito... y bastante parsimonia.
Hay una cierta cantidad de películas
dedicadas al famoso bandolero, ha fomentado esta morbosa pasión, de la que me
declaro ferviente y entusiasta seguidor. La primera que recuerdo haber visto es
la versión de 1939 dirigida por Henry King y estelarizada por Tyrone Power,
Henry Fonda y, en el papel de Robert Ford, el magnífico John Carradine. La
cinta, en cierto modo, justifica a los hermanos James que, de pacíficos
granjeros, se ven empujados delinquir después de que su madre es asesinada.
Azares del destino.
Nicholas Ray realiza en 1957 “La verdadera
historia de Jesse James” con Robert Wagner en el estelar, narrando con cierta
benevolencia los últimos dieciocho años del forajido que, según la cinta,
intenta revindicarse hasta que es abatido por el cobarde Robert Ford. La mala
fortuna.
Filmada para la televisión en 1986, “Los
últimos días de Frank y Jesse James” fue protagonizada por Kris Kristofferson y
Johnny Cash, ambos cantantes del género country, naturalmente admiradores del
famoso proscrito. Así como ha sido objeto de culto, también fue reducido a
parodia por el cómico Bob Hope en la comedia de enredos “Alias Jesse James”
(1959), con lo que se demuestra mi obsesiva afición por el tema.
Supongo que el extenso título resume
eficientemente la película entera (por no mencionar que nos revela su histórico
final), pero la trama ofrece mayor profundidad, pues en realidad examina la
voluble relación entre Jesse James (Brad Pitt) y algunos miembros de su banda,
incluyendo a Robert Ford (Casey Affleck), quien creció adorando a James gracias
a los exagerados (y probablemente apócrifos) pasquines publicados a fines del
siglo diecinueve, en los que las supuestas hazañas del popular forajido eran
romantizadas, creando una figura de culto muy distinta al hombre real. Así,
seguimos a James y su banda mientras realizan un par de asaltos a bancos y
presenciamos el inevitable deterioro de su relación, ocasionada por la
inestabilidad emocional de James y por el rencor que se genera cuando la
persona real no está a la altura de su propia leyenda. Dominik ocupa gran parte
de su tiempo construyendo a los personajes centrales a través de escenas que
parecen inconexas o arbitrarias, pero que eventualmente nos recompensan con un
pleno entendimiento de la psicología de cada personaje. En otras palabras, el
lento desarrollo de la película se justifica eventualmente, aunque tengamos que
pasar la primera hora y media tratando de descifrar la enigmática intención del
director.
"El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford"
no se apega a la estructura del género “western”, ni emplea sus
convencionalismos para rellenar una simple fórmula de venganza o justicia. Un
antecedente cercano (Dominik es neocelandés radicado en Australia) podría ser
la cinta inglesa de Tony Richardson: “Ned Kelly” (1970), protagonizada por el roquero
Mike Jagger y que narra las vicisitudes del quien fue el más famoso proscrito
de Australia y para muchos, un héroe popular por su desafío de las autoridades
coloniales.
También es inevitable la comparación con
el cine de Terrence Malick (como "La delgada línea roja" y "El
nuevo mundo") por su metódico desarrollo, su tono contemplativo y sus
impresionantes vistas de un agreste paisaje maravillosamente fotografiado. Sin
embargo, a riesgo de sonar como un hereje, creo que el director neozelandés
Andrew Dominik supera a Malick en su propio juego, ya que la usualmente oblicua
narrativa del veterano cineasta norteamericano pocas veces ofrece un resultado
tan satisfactorio y emocionalmente rico como el que logra el joven Dominik en
la presente cinta.
Los actores contribuyen en gran medida a
ese logro, y aunque Brad Pitt tiene ostensiblemente el papel estelar, el
auténtico protagonista es Casey Affleck, quien representa con igual intensidad
e ingenuidad el proceso que fermenta su admiración, transformándola en odio y
miedo hacia su previo ídolo. Aunque había visto a este Affleck (hermano menor
del más famoso Ben) en varias películas (desde "American pie 2" hasta
"Ocean's eleven" y sus secuelas), siempre me pareció un anónimo
intérprete, adecuado para papeles de relleno, pero sin el carisma o presencia
para cargar una película. Afortunadamente,"El asesinato de Jesse James por
el cobarde Robert Ford" cambia totalmente esa percepción, dando a este
joven actor un papel perfecto y memorable. Por su parte, Brad Pitt es siempre
un buen actor, pero el éxito de su interpretación depende mucho del material
con el que trabaje; esta vez tiene suerte, pues con ayuda del libreto escrito
por Andrew Dominik (basado en la novela histórica de Ron Hansen) construye un
personaje fascinante, profundamente dañado, pero hipnótico e interesante.
En el resto del elenco destacan. Sam
Rockwell como el nervioso hermano de Robert Ford, siempre sonriente pero
interiormente angustiado. El único punto débil del reparto es Mary-Louise
Parker, quien es una excelente actriz. Entiendo que su personaje (representando
la vida familiar de James) debe estar al margen de los crímenes y conflictos de
la banda, pero me decepcionó verla en la periferia de muchas escenas, sin
material apropiado para su talento.
Quizá el obstáculo más grande al que se
enfrenta la cinta es su duración. O, mejor dicho, su variable ritmo. La primera
hora y media es ocasionalmente frustrante, no porque se desarrolle con
lentitud, sino porque el guión se abstiene de elucidar las relaciones entre los
personajes, sometiéndonos a escenas inicialmente inexplicables que no parecen
conducir a algún punto definido.
Por lo demás, "El asesinato de
Jesse James por el cobarde Robert Ford" es una fascinante experiencia, cuyos
ocasionales momentos de frustración (y pretensión) se compensan con su
satisfactorio final y sus poderosas actuaciones. No es una película fácil o
amena, pero merece una ferviente recomendación acompañada con la obligatoria
advertencia de que funcionará mejor si se toma como un metódico estudio
psicológico de dos personajes cegados (de manera muy distinta) por la fama, y
no como un western convencional de vaqueros contra indios. En esta cinta lo
importante no son los balazos, sino sus causas y sus consecuencias.
Autor: Rafael Fernández Pineda. Cancún,
Quintana Roo. México.