EL AJEDREZ EN LAS PERSONAS CIEGAS

 

Estimados compañeros, me permito escribirles, del ajedrez, que considero un gran deporte para las personas ciegas, por cuanto, es el más accesible, es el que cualquiera de nosotros puede competir en igualdad de condiciones con una persona que no tiene discapacidad visual; es por ende, en mi opinión el deporte más inclusivo; más claro, si hablamos de competiciones de la élite internacional intervienen otros factores como el roce competitivo, entrenadores, facilidades de acceder a materiales actualizados al día, en cuestión de aperturas, medio juego y finales; pero, ese es otro tema, lo que ahora vamos a tratar, es la influencia del ajedrez en nuestro desarrollo cognitivo y en una interpretación de vida.

Empecemos por las cualidades que fortalece el conocer y practicar el ajedrez; lo primero, es la capacidad de concentración, por cuanto, al jugar una partida de ajedrez, debemos prestar toda nuestra atención al desarrollo de la partida, porque, tenemos que abordar un conjunto de análisis de situaciones, en las que se ven entrampadas las piezas de ambos jugadores, y así vamos entrando al segundo aspecto, el análisis, y es que jugar ajedrez, es la permanente evaluación de las posibilidades de cada una de las fichas presentes en el tablero y las coordinaciones con sus compañeras, y las advertencias y consecuencias de sus movimientos, debido a que el contrincante está presto a aprovechar el más mínimo error para derrotarlo; pues, como en toda partida de ajedrez, que cuando es bien jugada, se convierte en un evento de duración extensa, tenemos que tener paciencia, es decir, asumir, la prudencia para tomar las decisiones adecuadas y pensar lo suficiente, valorar reiteradamente la posición, dado que, hecha la jugada muchas veces ya no hay marcha atrás, si fue la correcta iremos avanzando hacia el triunfo o la consecución de nuestros objetivos, y si nos apresuramos, por buscar un resultado fácil, viendo solo superficialmente el esquema de la posición podemos fracasar en nuestros propósitos; pero, como en toda lucha, en toda meta que pretendemos alcanzar hay momentos cruciales en la partida en que por errores no irreparables vamos quedándonos postergados, vamos perdiendo, con una ligera o gran desventaja, fundamentalmente causada por nuestras equivocaciones, apresuramientos o falta de un análisis concienzudo para tomar una justa decisión; pero, aquí no podemos rendirnos a la primera, tenemos que demostrar nuestro espíritu de lucha, nuestra capacidad de recuperación, perseverancia, insistencia, capacidad de tratar de enmendar nuestras fallas, con jugadas inventivas; que en infinidad de oportunidades nos permiten remontar las dificultades producidas por nuestra inicial impericia o falta de involucramiento serio y responsable en nuestra partida de ajedrez; y claro, esto, visto como las cualidades de un buen jugador de ajedrez, lo quiero transponer a una forma de interpretar como afrontar la vida; como nuestras vidas, pueden ser vistas como partidas de ajedrez, donde tenemos la obligación de concentrarnos, planteándonos una estrategia de vida, de qué queremos, cómo lo queremos y determinar los pasos que debemos realizar para alcanzar nuestras metas profesionales, gremiales, laborales, familiares y personales en los diferentes aspectos en los que vivimos y participamos, como puede ser terminar la carrera, alcanzaron puesto relevante en tu organización, tener una familia etc.; y aquí es pues, importante concentrarnos en establecer un plan de vida, el que puede ser, como una partida de ajedrez, siempre evaluado, porque la vida como la partida de ajedrez va evolucionando con circunstancias positivas y negativas, que respetando nuestro objetivo principal tenemos que ir acondicionando; más, hablamos de paciencia, prudencia, y así como, al enfrentarnos aun rival en el juego ciencia, y para mover una pieza, consideramos la posición de las otras, y meditamos por largos espacios de tiempo, reflexionando cuál sería la mejor decisión, debido a que si movemos impulsivamente, y tomamos la pieza rival, podemos caer en una celada y perder nuestras oportunidades de ganar; es así, como para tomar las decisiones en nuestras vidas, debemos tomar un tiempo, debemos analizarlas con tranquilidad, y no decidir con lo que se nos viene en primera instancia a la mente, porque esas primeras ideas, vienen acompañadas por las impresiones que nos dan nuestros sentidos, el primer mensaje de nuestras emociones, pasiones e impulsos; y es nuestra racionalidad, experiencia y análisis de costos y beneficios de nuestras decisiones lo que nos debe llevar a tomar una correcta decisión, pensada, en por qué lo hago, qué puede suceder y entonces cómo debería reaccionar; y si en cambio, sucediera de otra forma, qué actitud tomaría; de esta manera, quedamos preparados ya asumir las consecuencias de nuestros actos luego de un proceso de reflexión; y finalmente, el espíritu de lucha, es clave, no podemos rendirnos ante las primeras dificultades, ni aún cuando creemos que ya lo hemos perdido todo, siempre, existe la esperanza de que si empezamos a actuar bien, podemos rectificar, corregir, modificar la situación de retraso ,inseguridad, pérdida de oportunidades; ¿quién no ha dejado pasar brillantes opciones de desarrollo profesional, laboral, o en el ámbito sentimental, en sus vidas?; eso, nos sucede, pero, allí está la fuerza interior de un ajedrecista, de no rendirse hasta el final.

Es pues, esta filosofía de vida, puesto como una partida de ajedrez que les he querido compartir, pero, la misma, no es producto, de una especulación intelectual o un recojo de información de google, sino que es más real, es una experiencia de vida, les puedo participar que juego ajedrez desde los 7 años, lo aprendí siendo ciego, recuerdo, que mi primer juego, fue uno de plástico al que ataba una cinta a las piezas blancas para diferenciarlas de las negras, en un tablero de madera en alto relieve; luego, ya pude acceder a un ajedrez braille, de los EE.UU. con fichas ajustables al tablero y con la cabeza de uno de los colores aplanadas; y bueno, desde esos años pude jugar con mi padre, mis tíos, mis primos, amigos videntes todos ellos, hasta que llegué a la organización de ciegos de mi país, prontamente, pude estar entre los que mejor jugaba este deporte y representé al país en varias olimpiadas y latinoamericanos, de ajedrez de ciegos, por lo que, cuento con muchos amigos, que practican ajedrez en toda América; y hoy en día, este querido deporte, está volviendo a resurgir entre las personas ciegas de nuestro continente, ha habido en un año, 5 torneos internacionales en Sudamérica Córdova, Quito y Sucre; y en Centroamérica en Nicaragua y Honduras; además de muchos torneos nacionales; lo que me hace abrigar la esperanza de que este hermoso y muy útil deporte para las personas ciegas en el desarrollo de sus habilidades intelectuales, así como, con su valor intrínseco en su filosofía de vida; volverá a situarse como una actividad muy tiflológica como el deporte más inclusivo.

 

Autor: Toño Ticerán. Lima, Perú.

ticeran60@yahoo.es

 

 

 

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