Reflexionando
sobre qué se hace en México para apoyar a la población de personas ciegas, nos
encontramos con decepcionantes realidades, como lo he mencionado en diferentes editoriales
a lo largo de los seis años de publicar nuestra Revista. Para empezar no
existen datos estadísticos confiables sobre la cantidad de personas ciegas en
el país, de su distribución geográfica, de como se encuentra de acuerdo a los
grupos etarios; por lo que cualquier institución ya fuera gubernamental o
privada, no tendría una idea exacta de la magnitud del problema a enfrentar, a
dónde dirigir sus esfuerzos, y de cuáles son las mejores técnicas a emplear.
Así las cosas sabemos que son bastante pocas las instituciones de gobierno para
el fin mencionado, que por supuesto no existe una organización federal y que
cada gobierno estatal trabaja de acuerdo a su inspiración; numéricamente
hablando son más las organizaciones privadas que dan atención a las personas
ciegas, indudablemente la intención es buena, pero la falta de recursos
económicos, planeación de estrategias, personal calificado y penosamente
deshonestidad en el manejo de donativos por parte de patronatos, hace que la
buena intención al haberlas formado no rinda los frutos que se esperaban.
Hace falta
información pormenorizada y actualizada sobre las instituciones que prestan
atención a las personas ciegas, su ubicación, su especialidad, los recursos
humanos y materiales con que cuentan, para promover un adecuado desarrollo, una
coordinación y apoyo entre ellas.
Nuestra revista ha publicado en distintos números información de algunas instituciones de y para ciegos con la finalidad de dar a conocer la labor que llevan a cabo.
Hacemos una atenta
invitación a quienes se dediquen a cualquier actividad relacionada con el apoyo
a los ciegos a que nos envíen información de sus actividades que con gusto
publicaremos. Asimismo ofrecemos nuestra mediación para coordinar cualquier
actividad que se requiera.
Cabe hacer
notar que quizá los gobiernos tengan la voluntad de brindarnos apoyo, pero
muchas veces ignoran como hacerlo o cuales son las necesidades de nuestro
colectivo y beneficiaría a todos establecer una comunicación con las
dependencias idóneas para transmitir nuestras demandas y dar seguimiento a las
mismas.
Contribuyamos
todos para que la inclusión sea una realidad y no solo parte de un discurso.
Bulmaro Landa
Quezada.