DUREZA FACIAL
Planeando
mi futuro luego de haberme golpeado con varios fracasos ante mi propia inhabilidad,
decidí triunfar dedicándome a la política, convencido de reunir las condiciones
necesarias para ello. Quienes me conocen podrán corroborar mis aptitudes: Poseo
inconstancia y mucho no me gusta trabajar, soy hábil para prometer con
seriedad, puedo mantener discursos ambiguos, sé mentir en forma correcta, tengo
la virtud de ser insensible al dolor ajeno, y puedo poner cara de “Yo no fui”
cuando se pregunte por el responsable. Y cabe acotar que la vergüenza no es mi
fuerte. Además, ya adelanté unos pesitos y pronto, en cuanto terminen de
pintármelo, contaré con el Título de “Doctor en leyes”. Estoy tan seguro de
triunfar como que me llamo Tito Garcucio.
Ahora mi gran duda se presenta al
definir detrás de qué tendencia ideológica me ocultaré. La derecha me gusta
porque ostenta el liberalismo, la organización, el orden, la corrección, la
rigidez y el dominio de la macroeconomía. Pero como buen “facho” tendría que
andar metiendo mano dura o escondiéndome para fusilar o haciendo desaparecer
gente, secuestrar bebés, u otras travesuras de ese tipo. Y supongo que no me
quedaría tiempo ni para torturar siquiera. Entonces creo que desde ya esta
virtud fachista la estoy descartando, mucho laburo para mí.
Ahora, pienso que la izquierda es lo
perfecto. Es comunismo, socialismo, distribución de las riquezas, equidad
social, libertad y respeto a los derechos humanos tal como sucede en Cuba.
Claro que si tuviese que repartir algo de lo mío, desde ya que me opongo. Como
buen “zurdo” tendría que darle con un palo al capitalismo y sobre todo a los
yanquis, además tendría que andar encapuchado destruyendo autos y vidrieras o
andaría ocupado poniendo bombas para sostener la paz. Nooo, mejor a esta onda
la descarto. Tal vez, mi futuro puede ser “humanista”. Tan solo tendría que
discursar sobre Ecología, contaminación, deforestación y esos temas. ¿Pero a
quién carajo le interesa? Sería un asunto “quitavotos”. O sea que no va. ¿Y
nacionalista, quizás? Mejor no. Recuerdo cuando fue el gran lío con la gente
del campo: o estabas con ellos, los que te votan y que son parte de la tierra,
de la patria misma, o estabas con el Poder Ejecutivo que es quien te da de
comer. No hay mucho que elegir entre hombrear bolsas o meter la mano en la caja
y listo. Realmente, esto de tomar decisiones en política, es algo muy
complicado, muy jodido de verdad.
Para iniciarme como Concejal he pensado
en un ambicioso proyecto para favorecer a la gente, a la cual me debo. Hacer
algo por el barrio, por la escuela y sin olvidarme de los jubilados. Sólo necesito
hacérselo creer a la misma gente.
Caminaré las calles y en el jardín de
infantes de esa señora gorda, los alegraré prometiendo en reunión de padres,
que cuando yo sea gobierno conseguiré un flor de subsidio. Veré al presidente
del club para que me consiga unos guardaespaldas de su barra brava,
prometiéndole los micros de la Municipalidad para la hinchada. Me charlaré al
comisario con la promesa de vetar el Código de Convivencia para que pueda
correr a los travestis y pegarle a la gente, luego entusiasmaré a los muchachos
de la Villa para que colaboren en la campaña pintando carteles o haciendo
“bardo” en los actos adversarios, a cambio de mejorar el Código de Convivencia
para que la policía no los pueda molestar. A la Sociedad de Fomento la embalaré
con hacerle construir el salón cerrado, el comedor para la tercera edad, el
Jardín Maternal y esas pavadas que andan pidiendo, total… por otro lado
anunciaré la provisión de capuchas, mochilas con piedras y palos a mis hermanos
piqueteros, como para ir reuniendo apoyo. Justicia Social, Salud, Seguridad y
Educación serán las originales banderas de mis discursos, pero para obtener los
mejores resultados apuntaré al tema “Discapacidad”, prometiendo con cara de
lástima, que los viejos edificios abandonados serán reacondicionados para
fundar centros de rehabilitación integral. Decirles que tendrán pasajes gratis,
construcción de rampas, eliminación de barreras arquitectónicas, y esas cosas
que les gusta escuchar a los sordos.
No soporto a la Iglesia, pero cada tanto
habrá que ir a misa ya que eso te pinta de buena persona.
Intentaré ejecutar un proyecto genial
que me da vueltas en la cabeza: solicitar una linda partida de dinero para un
programa cultural con el fin de capacitar a bibliotecarios para la atención a
discapacitados visuales. Propondré a gente del primer nivel político que seguro
se anotarán, porque un tema así, sumará puntos al partido. No podrán quedar
afuera delicadas señoras que atiendan a Entidades Sociales de influencias en el
rango de Presidencia de la Nación, Secretaría de Cultura de la Nación,
Ministerio de Educación, la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas
Populares, familiares del Presidente de turno y cualquier otra entidad
intermedia y si es posible poner a cargo a un discapacitado atorrante como
gancho de sus semejantes para que se la crean y así podría vender humo en
cantidad. Con estos carteles seguramente obtendré el patrocinio o el apoyo de
Instituciones Internacionales de Europa, América o cualquiera que pueda
colaborar con equipos de tecnología avanzada en informática, los que luego
veríamos como los negociamos. Además que esto me aporte algunos dólares, en
carácter de subsidio, para que luego no se le ocurra pedir facturas o rendición
de cuentas. Lo primero será una buena campaña publicitaria para que aflojen el
presupuesto, después muchos planes, discursos, coordinaciones, versos,
folletos, promesas y más promesas que nunca deben faltar. También será
importante vincular a alguien que se mueva como la cara visible y sepa arreglárselas
sin pedir soluciones y mucho menos dinero, porque desde ya le estoy avisando
que no tengo fondos.
La idea es convocar en Buenos Aires a
las Jornadas de Capacitación Integral a bibliotecarios de todo el país, para
ejecutar el plan que hoy se me ocurre: Traslados: Gestionar pasajes de
cortesía, sin cargo, a las distintas empresas. Alojamiento: Tratar con el
Centro de Hoteleros que lo hagan gratuitamente a cambio de la supresión de un
impuesto. Lugar: Alguna entidad pública, en forma solidaria y honoraria.
Movilidad Urbana: Buscar un micro escolar clandestino de poca reputación,
recompensando al chofer con unos vinos, aportados por comerciantes de la zona.
Racionamiento: Arreglar con una confitería la provisión sin cargo y a cambio se
obviará la falta de habilitación e higiene. Medidas Especiales: si los
participantes se quedaran con apetito podrían comprarse lo que deseen, con su
propio dinero, claro. Siempre habrá algún inocente que los atienda y ponga la
cara. Ante reclamo alguno ya veríamos a quien se culpa. Lo importante es estar
en el momento de la apertura frente a los medios de prensa, muchas fotos y a
los demás que Dios los ayude.
Este plan me debería reportar un buen
rédito político dolarizado, pero si falla terminaré yendo a trabajar, algo
denigrante. Si todo sale bien me postularé a Diputado y así podría pasar al
frente: un despacho, celulares, secretarias, asesores, auto, café, diarios,
pasajes, sueldo, dietas, retornos, recompensas, diezmos, etcétera, y sobre todo
impunidad absoluta gracias a la Constitución Nacional, porque la escribió un
viejo infeliz y, por suerte, la modificó gente como uno. Eso es sacrificarse
por el pueblo, ya que a veces hay que ir hasta dos veces en el mes al congreso,
además hay que andar siempre apurado y hablar por teléfono, inflar globos y
armar proyectos de fantasías, entusiasmar a la gente para que te sigan,
repartir tarjetas que digan “Asesor Internacional”, disponer de secretarias que
informen que “El señor está en reunión”, hablar con propiedad diciendo “Estoy
en eso”, “Lo estamos tratando”, “En esta semana tendremos novedades”, “Yo hablo
y te lo consigo”, “Es íntimo amigo mío”, “Cualquier cosita te llamo”. Mantener
el nivel de contactos sin bajar de Doctor, Licenciado, Presidente, Coronel,
General y toda persona ilustre, de lujo. Total… ¿La gente que sabe? Tendré en
cuenta la ubicación que me otorgue el Partido, pero si no me gusta me pasaré de
bando o crearé un partido nuevo o bien entraré a reunirme a escondidas con
compañeros correligionarios y camaradas para tranzar una alianza en contra de
cualquiera.
Creo que mi futuro éxito está
relacionado con la integración de las personas con capacidades diferentes, por
lo tanto incluiré, en la lista sábana, a varias mujeres, algún jubilado, un
discapacitado auditivo, uno visual y otro motriz. Seguramente ganaré
significativa cantidad de votos, total después que asuma, a las chicas les
invento la Secretaría para los Derechos Femeninos y me las saco de encima, al
jubilado lo nombro interventor adjunto en el PAMI (Prestaciones Asistenciales
Médicas Integrales) y en cuanto le empiecen a reclamar medicamentos, terminará
infartado. Al sordo lo ubico en mi secretaría para recibir quejas, al ciego que
no podrá ver ningún negociado siempre quedará afuera de la repartija y si el paralítico
se aviva… ¡que me corra!
Autor: © Edgardo González. Buenos Aires,
Argentina