Doña Bárbara, la desgracia de ser mujer.
Venezolano, nacido en Caracas en el año de 1884, Rómulo Gallegos fue un
hombre dedicado a las letras. Habiendo quedado huérfano a temprana edad,
abandona sus estudios en el Seminario Metropolitano (1896) para retomarlos en
el Colegio Sucre donde se gradúa de bachiller. Incursionó en la carrera de
Derecho en
A su retorno, con la muerte del dictador y bajo un nuevo régimen,
Gallegos aceptó ocupar diversos cargos políticos y públicos como el ministerio
de Educación –desde donde intentó llevar a cabo una reforma fallida en el
sistema escolar y que lo obligó a renunciar-, una diputación al Congreso del
Distrito Federal y la presidencia del ayuntamiento del Distrito Federal.
En 1945, Gallegos apoyó activamente el golpe militar que condujo a
Rómulo Betancourt al poder como presidente provisional, y tras el cual el propio
Gallegos fue electo presidente de Venezuela. El puesto lo desempeñó entre
febrero y noviembre de 1948, periodo que sólo evidenció su ineficiencia en la
política. Ese año se exilió nuevamente, primero en Cuba y luego en México,
donde vivió 10 largos años, hasta que en 1958 regresó a su país y donde
permaneció hasta su muerte en 1969.
En 1957 se hizo acreedor al Premio Nacional de Literatura, y aún en
vida, como reconocimiento a sus aportaciones a la literatura, se creó el Premio
Internacional de Novela Rómulo Gallegos.
Entre su prolífica obra destacan: Los Aventureros (1913); Reinaldo Solar
(1920); Los Inmigrantes (1922);
De su obra, se ha escrito que tiene fuertes características de la novela
realista con influencia del modernismo, dada la riqueza con que describe los
escenarios naturales y sus personajes que desarrolla en ambientes violentos y
de constante lucha.
Doña Bárbara es un claro ejemplo de este estilo característico de
Gallegos. Situada la historia en medio de ambientes rurales y atmósferas de
profundas creencias sobrenaturales envueltas en la ignorancia que ofrece buen
caldo de cultivo para las supercherías, la vida de los ribereños del Arauca
sintetiza en su rudeza la cruda realidad en la que se desenvuelven quienes
provienen también de la gran urbe.
Acostumbrados a la vida sin leyes que norman las relaciones entre
hacendarios y peones, los ribereños no saben más que de servir al amo. En ese
sentido, la capital se mueve igual, sólo que las leyes están hechas para que,
con marcos legales, la gente se sienta obligada a servir al amo –en este caso,
el dictador. Así quedan asentadas, al mismo nivel de uso para el poder, leyes y
costumbres, políticos y hechiceros. Poco pudiera importar el dinero, si el
poder está en el ejercicio del control, y éste se puede dar a través del
conocimiento por encima de la ignorancia.
Cabe hacer mención de la obra, la riqueza de imágenes y la detallada
descripción de los distintos cuadros y estampas. Gallegos hace uso del léxico
oriundo y, si bien en momentos esto podría ofrecer una dificultad para
comprender la historia, lo cierto es que la acompaña tan precisamente con el
ambiente propio, que no es necesario hacer la consulta al vocabulario anexo. La
recreación a través de los diálogos, permiten al lector/a compenetrarse en los
diversos sentimientos que generan situaciones y palabras, y que pintan con todo
y contradicciones, a cada uno de sus personajes.
Así, ambigua como todo ser humano lo puede ser en su proceso de vida,
doña Bárbara no es más que una mujer que ha necesitado sobrevivir a las peores
vicisitudes que, sólo a una mujer, le pueden suceder. Su coraza la ha forjado
de magia y secretos, y la ha utilizado desplegando un entorno de miedo y poder.
-¿Hasta cuándo irán a estar ustedes
con eso de los poderes de doña Bárbara? Lo que pasa es que esa mujer es de pelo
en pecho, como tienen que serlo todos los que pretenden hacerse respetar en esa
tierra.[1]
Aún cuando los críticos y estudiosos de la obra de Gallegos han depositado
en doña Bárbara a lo más “salvaje, lo primitivo, lo irracional”[2],
como la encajona Ignacio Díaz Ruiz, la personaja no es más que una mujer que
deviene de la desgracia de ser mujer.
La época en que aparece esta novela no está disociada del contexto
histórico. En el mundo, el movimiento sufragista, el que pone en la demanda
política la exigencia femenina a la ciudadanía y con ello el ejercicio pleno
del derecho al voto, está presente. Las mujeres –y Venezuela, con sus
acontecimientos políticos internos no es ajena a lo que sucede en América
Latina y Europa- están cuestionando su lugar en la vida pública, están
demostrando que no son seres inferiores –como son tratados los esclavos, los
indios conquistados, las niñas y los niños- sino seres pensantes con alta
capacidad de mando, de toma de decisiones, de opinión propia. Mujeres, que por
otra parte, el sistema patriarcal ha de devolver a su lugar natural –el hogar-,
haciendo uso de cualquier medio, incluido la fuerza, más aún en esa “llanura
semibárbara, tierra de los hombres machos”[3],
que es la que precisamente llega a conquistar la mestiza.
Barbarita es producto de una violación:
“Fruto engendrado por la violencia
del blanco aventurero en la sombría sensualidad de la india.”[4]
Abandonada a manos del dueño de una piragua pirata, debido a la muerte
temprana de su madre, la joven no supo de otros tratos que los que de su taita
recibía:
“Eran seis hombres a bordo, y al
capitán lo llamaba taita, pero todos –excepto el viejo piloto Eustaquio- la
brutalizaban con idéntica caricias: rudas manotadas, besos que sabían a
aguardiente y a chimó.”[5]
Y al final de cuentas, debido a su “perturbadora” belleza de
quinceañera, la misma que había violentado la paz de la comunidad, sucumbe en
una rebelión:
“…y el festín de su doncellez para
los vengadores de Asdrúbal”.[6]
Asesinado Asdrúbal, su primer amor –que implicaba para ella el
conocimiento de un trato distinto al que estaba acostumbrada por los piratas,
así como el aprendizaje de la lecto-escritura-, agredida en lo más profundo de
su cuerpo, Bárbara no podía más que tornarse en una mujer a la defensiva,
arisca con los hombres y manipuladora. En medio de unas tierras llenas de magia
y superchería, la mestiza encontró ambiente propicio para remontar su
ignorancia y superar a los propios.
En ese contexto, doña Bárbara no tiene más que encarnar a la “mujer que
ha fustaneado a muchos hombres y al que no trambuca con sus carantoñas, lo
compone con un bebedizo o se lo amarra a las pretinas y hace con él lo que se
le antoja”[7].
Se dio, pues, a adquirir el conocimiento de los embrujos, de las
leyendas, los que promovió y utilizó para su beneficio.
“…habían comenzado a rebullir los
comentarios de siempre y a ser contadas, una vez más, las mil historias de sus
amores y crímenes, muchas de ella pura invención de la fantasía popular, a
través de cuyas ponderaciones la mujerona adquiría caracteres de heroína
sombría, pero al mismo tiempo fascinadora, como si la fiereza bajo la cual se
la representaba, más que odio y repulsa, tradujera una íntima devoción de sus
paisanos.”[8]
La historia de la cacica de Arauca termina con su dulce desaparición;
Gallegos describe su frustración, hartazgo, abatimiento, la renuncia, en pocas
palabras, a su vida de odios y rencores, de mentiras y falsedades, y la retrata
de una pieza:
“Iba absorta, fija hacia delante la
vista, al paso sosegado de su bestia, las bridas flojas entre las manos
abandonadas sobre las piernas”[9].
Tocada por el amor maternal del que se le pensó librada (“ni aún la
maternidad aplacó el rencor de la devoradora de hombres; por el contrario, se
lo exasperó más: un hijo en sus entrañas era para ella una victoria del macho,
una nueva violencia sufrida…”[10]),
y que se les imprime siempre a las mujeres, desatado por el espejo que le
representó Marisela, Bárbara desanda los caminos que la condujeron la violencia
del macho y el malogrado sentimiento noble que le profirió a Asdrúbal.
Bibliografía
Gallegos, Rómulo. Doña Bárbara. México: Edit. Porrúa, 2004
Randall, Margaret. Comp. Las mujeres. México: Edit. Siglo XXI, 1984
Michel, Andree. El feminismo. México: Fondo de Cultura Económica, 1983
Varela, Nuria. Feminismo para principiantes. España: Ediciones B, 2005
Biografía. Rómulo Gallegos <http://www.mipunto.com/venezuelavirtual/temas/3er_trimestre01/romulo.html> 25/agosto/05
Salazar Valencia, Auraelena. Revista Nacional de Cultura. Versión
Digital.
<http://www.celarg.org.ve/2donrg.html> 25/agosto/05
Biografía. Rómulo Gallegos.
<http://www.venezuelatuya.com/biografias/gallegos.htm> 25/agosto/05
Biografía. Rómulo Gallegos.
<http://www.epdlp.com/escritor.php?id=1739> 25/agosto/05
Autora:
Yoloxóchitl Casas Chousal. México, Distrito Federal.