Mi lente

"DOGMA 95": MANIFIESTOS Y TRAGEDIAS DE LA REVOLUCIÓN

El surrealismo os introducirá en la muerte, que es una sociedad secreta.

Andrè Breton

Los artistas suelen agruparse, conciente y/o inconcientemente. Tengo la impresión de que Los impresionistas no se proponían hacer el movimiento pictórico que significó una revolución en el arte sino que fueron coincidiendo a través de los años en ciertas formas de inconformidad en contra del academicismo imperante y en un momento dado se pudieron reunir en aquella celebre y polémica exposición de 1874 en París, en el estudio del fotógrafo Nadar donde se proclamaron como "escuela" o tendencia, más con el ánimo y la necesidad de resistir juntos la crítica y el rechazo, que por haberse puesto de acuerdo.

Conocido como: "Primer manifiesto surrealista" [1924] el texto de Andrè Breton en complicidad con Philippe Soupault tuvo un fuerte impacto sobre el desarrollo estético contemporáneo. Breton no realizó consenso alguno, pero de inmediato se adhirieron escritores y pintores con singular optimismo e irreverente arrojo iconoclasta. Salvador Dalí y Luis Buñuel plasman en el cine su famoso "Perro andaluz" apegándose literalmente al manifiesto… lo demás es historia.

En el año de 1995 un grupo de jóvenes cineastas daneses celebran el centenario del cine con una aguda crítica, herética, reflexiva e "insurrecta". "DOGME" es una operación de rescate para recuperar la pureza del cine. Lanzan su Manifiesto en el clásico estilo de los diletantes e inconformes revolucionarios de inicios del S. XX. Lo radical de su propuesta asusta a muchos y entusiasma a otros tantos.

Aquí, algunas de las proclamaciones extraídas del texto original:

"DOGME 95 es un colectivo de cineastas fundado en Copenhague en la primavera de 1995."

"DOGME 95 tiene como fin formal luchar contra ciertas tendencias del cine actual."

¡DOGME 95 es un acto de sabotaje!

"En 1960, ¡ya era suficiente! El cine estaba muerto y pedía su resurrección. ¡El fin era justo, pero no los medios! La nueva ola (nuvelle vague) no se atrevía a ser más que un pequeño oleaje que iba a morir en el río convirtiéndose en lodo. Los eslóganes de individualismo y libertad hicieron nacer obras durante algún tiempo, pero nada cambió. La ola fue pasto de los más voluntariosos, así como de los directores. Pero nunca fue más fuerte que aquellos que la habían creado. El cine anti-burgués se hizo burgués pues había sido fundado sobre teorías que tenían una percepción burguesa del arte. El concepto del autor, nacido del romanticismo burgués, era entonces... ¡falso! ¡Para el DOGME 95 el cine no es algo individual!"

"…La respuesta es la disciplina... debemos ponerles uniformes de batalla a nuestras películas, porque el cine individualista será por definición decadente."

"…En 1960, el cine había sido cosmetizado hasta su muerte… ¿Es esto lo que nos aportan los 100 Años? ¿Ilusiones para mostrar las emociones?...

"…el drama se ha convertido en el becerro de oro alrededor del cual todos bailamos..."

¡Para DOGME 95 una película no es una ilusión!

¡DOGME 95 se levanta contra el cine de ilusión!

"DOGME 95, para levantarse en contra del cine individualista, presenta una serie de reglas indiscutibles conocidas como EL VOTO DE CASTIDAD".

1.-Los rodajes tienen que llevarse a cabo en locación. No se puede decorar ni crear un "set"…

2.-El sonido no puede ser mezclado separadamente de las imágenes…

3.-La cámara debe ser manipulada con las manos o apoyada en los hombros (El rodaje debe ser realizado donde esté la película).

4.- …Luz especial o artificial no está permitida…

5.-Usar efectos especiales o filtros de cualquier tipo está prohibido.

6.-La película no puede tener una acción o desarrollo superficial (no pueden haber armas ni pueden ocurrir crímenes en la historia).

7.-Las alteraciones de tiempo y/o espacio están prohibidas (esto es para decir que la película toma lugar aquí y ahora).

8.-Películas de "género" (genderfilm) no están aceptadas.

9.-El formato debe ser 35 Mm. normal (academy format)

10.-El director no debe aparecer en los créditos

Desde ahora en adelante prometo como director no ejercer ningún tipo de gusto personal. impo… Mi meta absoluta es forzar la verdad de mis personajes… Prometo hacerlo a toda costa dentro de mis posibilidades y a costa de cualquier buen gusto estético.

Es por ello que hago mi VOTO DE CASTIDAD

Copenhague, Lunes 13 de marzo de 1995

En nombre del DOGME 95

Lars von Trier, Thomas Vinterberg, Soren Krag-Jakobsen y Kristian Levring

Es sorprendente que el público y la crítica, alrededor del mundo, hayan reaccionado con tal entusiasmo frente al atrevimiento y la genialidad de estos directores (de los cuales Lars von Trier figura como cabecera).DOGMA 95 es un experimento único, a pesar de que sus más acérrimos enemigos postulen que "ellos" ya lo habían hecho "mucho antes". Si, es cierto que ya se habían realizado películas (en las décadas ´60 y ´70) sin luz artificial, con cámara en mano, sin maquillar a los actores y sin decorar o crear un set.

Lo novedoso fue el planteamiento: la pureza defendida con la castidad. El cine puro, cámara sin artificios, con la lente como extensión de visión "filmo-lo-que veo" sin cometer el pecado del "efecto" o truco Parecería un ideal inalcanzable, pero la historia y la buena actuación, elementos centrales del cine, son llevados a sus ultimas consecuencias por estos "daneses locos", recuperando con ánimo sincero la "naturalidad" en la expresión escénica y la esencia de la técnica.

Si los hermanos Lumiere lograron hacer realidad el cinematógrafo con sus conocimientos científicos y Georges Mellies, mago y personaje de la farándula, consigue combinar las artes escénicas con "el invento", iniciando así el séptimo arte: ¿Son estas las raíces del cine de arte, que DOGMA intenta recuperar, o a las que pretende "regresar" en nombre de "la pureza"?. Demasiadas objeciones surgen. Y muchas, muchas, contradicciones.

No existe un cine primitivo en el sentido que lo son otras artes como la Danza o la literatura que han evolucionado con el hombre mismo. El cine nace adulto, producto de una tecnología avanzada y conformado por la fusión de dramaturgia, música, fotografía, escenografía, etc. Artes, todas ellas que al momento de nacer el cine, se encuentran en un estado avanzado de evolución.

También es sorprendente ver que, cuando hoy día experimentamos el verdadero "ocaso y decadencia de los ídolos", cuando parece que todas las ideologías, corrientes, géneros e ideas se han agotado -habiendo sido todas sentenciadas al paredón- miles de cinéfilos se aferren a esta nueva esperanza de renacimiento cinematográfico, precisamente con una postura cargada de elementos de carácter dogmático, incluidos un Manifiesto y un Decálogo. Actitudes iconoclastas y artículos de fe mezclados de modo ambiguo. Reconozco que no soy partidario del eclecticismo y la contradicción demasiado compleja, mas por flojera mental que por sostener alguna convicción, idea preconcebida en contrario u ofrecer resistencia al cambio. Pero este Dogma, me parece, con todas sus contradicciones, resulta congruente con la época y los tiempos difíciles que se viven.

Confieso que Mi lente captó, con algo más que beneplácito, momentos virtuosos en la película "La celebración". Disfruté, sin esperarlo, una vivencia estética extraña y vigorosa. Sin ninguna sutileza, Thomas Vinterberg, descarga un torrente de pasiones encontradas y los proyecta en un clima de desmesura emocional que hacía tiempo no experimentaba, que no esperaba.

A once años de iniciado el movimiento Dogma, creativo y sorprendente sigue impactando al público y desatando polémica. La madurez ha hecho perder frescura al planteamiento del auto impuesto Decálogo (Voto de castidad) y las reglas estrictas se han roto dando paso a la nueva tecnología digital (era obligatorio filmar en 35 mm). La castidad no se ha mantenido y la pureza alcanza nuevas y renovadas cimas. De hecho, la pretensión de rompimiento no ha ocurrido. Pero en cambio, la búsqueda continúa con gran aliento y se han conseguido inusitados logros. "Bailando en la oscuridad", "Dogville" y la magnifica "Italiano para principiantes" se autodefinen originales e independientes y abren espacios rompiendo las barreras del convencionalismo, la complacencia, la mediocridad y el conformismo mercantilista. Sin embargo, la controversia no cesa. Mi lente encuentra motivos suficientes para hurgar en el contenido de la propuesta y las expectativas a futuro del cine. Porque, después de Dogma, no ha habido proyectos nuevos y en una época de vertiginoso desarrollo global el arte, como todas las cosas, necesita renovarse para no sucumbir por extenuación.

"Ante la evidente democratización del medio (cinematográfico), nosotros debemos conformar la vanguardia, debemos vestir nuestras películas con uniformes de guerra, debemos ser los militantes del cine". Con estas palabras definió Lars von Trier las pautas que seguiría la colectividad DOGMA ´95. No es errado el análisis de la situación, ya que ha quedado en evidencia que a partir del vídeo hoy día cualquier persona podría llevar a cabo un filme, por lo cual se hace más necesario aún consolidar la colectividad como la "vanguardia del cine".

Las películas filmadas de acuerdo a este movimiento deben ser filmadas en escenarios naturales evitando las escenografías armadas en los estudios, con cámara en mano o al hombro, grabada con sonido directo y sin musicalización especial. Todas estas especificaciones buscan dar a la historia un tono más realista. Dogma era el intento más audaz y conspicuo de reinventar el cine desde Jean-Luc Godard.

¿Quiénes son estos cineastas que se proclaman como saboteadores del cine "de ilusión" y redentores de la pureza? Veamos:

Lars von Trier (1956). Terminó sus estudios en la Escuela Nacional de Cine en Dinamarca. Cuatro de sus películas han sido seleccionadas a la sección oficial del Festival de Cannes: "El elemento del crimen" (1984), "Europa" (1990), "Rompiendo olas" (1996) y, últimamente, "Bailando en la oscuridad" (2000), habiendo obtenido todas ellas diferentes premios. Desde sus comienzos Trier ha atraído la atención de los críticos, pero fue con las películas El Reino 1 y 2 (1994 y 1997) que se reveló ante el gran público a través de la televisión. "Los Idiotas" su séptimo largometraje y la primera de Dogma, ha tenido éxito tanto a nivel de crítica como de público.

Thomas Vinterberg (1969). Estudió en la Escuela Nacional de Cine de Dinamarca. Ha recibido 18 premios en festivales internacionales por sus cortometrajes "El último asalto" (nominado al Oscar) y "Los chicos que andaban hacia atrás". Su debut como director de largometraje fue con "Héroes", aun no empezaba el movimiento, obtuvo premios en Rouen y Madrid. "Celebración", emblema del DOGMA, ha sido su segundo largometraje.

Søren Kragh-Jacobsen (1947). Director de cine, músico y compositor. Cursó estudios en la escuela de cine de Praga, volviendo a Dinamarca donde ha sido director y coautor de producciones televisivas. Hizo su primera película en 1978 y "Mifune", película Dogma, es su octavo largometraje.

Kristian Levring (1957) El cuarto firmante de Dogma 95. Terminó estudios de dirección en la Escuela de Cine de Dinamarca. Ha producido gran número de documentales y largometrajes además de haber dirigido dos películas. Ha recibido 23 premios tanto daneses como internacionales. "El Rey está vivo" es su tercer largometraje y su aportación a la corriente.

Como vemos, ninguno de ellos es un improvisado, académicos y con gran trayectoria en sus carreras. ¿Qué los impulsa a llevar a cabo, como lo manifiestan, esta insurrección y sabotaje?

Muchos de los movimientos artísticos surgen de manera espontánea en el juego de la experimentación. "El juego", el carácter lúdico del arte, parece ser la premisa esencial. La invención, la parte creativa que pretende recrear la realidad con elementos consustanciales a ella o con símbolos representativos, solo serán, en el arte, un reflejo de la realidad. Antonin Artaud llegó a considerar este manejo como una enfermedad parecida a la peste, que sufre el artista. Dentro de él, la realidad muere y los restos mortales se descomponen y corrompen; el artista los vomita transfigurándolos y creando una "nueva" realidad que en esencia no es nueva. Pero se aferra a ella queriéndola aparecer como "original". Y lo consigue, pero la realidad está en constante evolución y todo el esfuerzo realizado por "representar la realidad" terminan cuando "esa" realidad se transforma. Entonces vendrá otro artista, o él mismo, y se tomará el trabajo de recrear "otra vez" la realidad. Pareciera que da vueltas en círculo pero, como dijimos hay y concurre una evolución constante, que el quehacer humano no se detiene, y aunque parece que regresa al mismo punto lo que realmente sucede es que da vueltas en una vertiginosa "espiral"…

Disculpe el lector, en párrafos anteriores comenté que daba pereza enfrascarse en complejidades demasiado rebuscadas. Y la sarta de perogrulladas que acabo de exponer lo confirma plenamente. Pero podríamos resumir de modo sencillo: Muere lo viejo, nace lo nuevo. Es la tragedia del arte.

Arte y sociedad

Como dijera el filósofo Adolfo Sánchez: "…las relaciones entre arte y sociedad no están dadas de una vez para siempre; son relaciones históricas y, por tanto, problemáticas… Arte y sociedad se implican. Ningún arte ha sido impermeable a la influencia social ni ha dejado, a su vez, de influir en la propia sociedad"

"El arte ha podido sobrevivir y perdurar, en la medida que ha partido de un ahora y aquí concretos; así ha logrado elevarse a la verdadera universalidad. Lo particular y lo universal se unen en el arte tan armónicamente que basta acentuar excesivamente un término u otro para que esta dialéctica se quiebre con graves consecuencias…a veces, la sociedad empuja al arte hacia un camino falso por el ansia de imponer su particularidad (sus valores, sus intereses, sus ideas). A veces es el artista quien rompe esa unidad por horror (o rechazo) a lo particular (a su tiempo, a su clase, a su sociedad)".

El primer caso marca la decadencia de la misma sociedad y arrastra consigo al arte, a vivir su propia decadencia, su estancamiento o su repetición vacía; en el segundo caso la obra artística adquiere la doble condición de ser fin y medio a la vez como unidad insoslayable de valores intrínsecos y extrínsecos.

No hay puerto seguro

Es así que, el artista, inicia una revolución de las formas que es también una revolución de fondo y contenido. Cuando no es conciente de manera explícita, lo asiste su intuición y su sensibilidad; renuncia a las convenciones y se auto-impone una disciplina por lo distinto; en rebeldía, elige el cambio de rumbo, aun sin certeza alguna, es mas, sin saber a dónde llegará, porque si deja de hacer lo mismo de siempre, obligadamente obtendrá resultados diferentes, incluido el fracaso.

En el caso de Dogma 95, este colectivo rechaza también esa inconsistencia y plantea de manera explícita exigencias y disciplinas. Para ello toma el único ejemplo válido o, por lo menos, universalmente aceptable: Un Manifiesto y lo mezcla con una posición que es más de carácter ético que artístico. Acude a una lógica congruente, hace un llamado a la unidad y se somete a evaluación, lo que le da consistencia moral. Porque el enojo, la ira que los espolea, es la pérdida de la honestidad y los valores intrínsecos de su oficio. Para recuperar la validez y el contenido, que tendrán repercusión social, no renuncian a la técnica, sino que la afirman, no en un esquema rígido, porque no pueden detener el avance tecnológico, de ahí que se rompa la regla de la cámara de 35 mm. (que en sí misma es irrelevante) sin ninguna consecuencia, porque hay una exigencia mayor: la calidad histriónica. No se oponen a la "puesta en escena" sino a la vulgarización de la expresión dramática por parte de advenedizos (ya pudimos constatar de la formación académica y la experiencia artística de los cineastas daneses).

La exigencia formal va todavía más allá. Las películas Dogma, se caracterizan por ostentar un certificado que otorga la autenticidad del proyecto y de un número de matrícula. Este certificado lo expide un comité de jueces que valoran la película y se cercioran que cumple con el voto de castidad. Películas como "El proyecto de la bruja de Blair" de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, fueron rechazadas por no cumplir el voto número 8, ya que en este caso se trataba de una película de terror.

Experimentos no relacionados a la colectividad DOGMA, han sido llevados a cabo con grandes éxitos económicos (como es el caso del mencionado filme "The Blair Witch Project", en EEUU). Las mentes de algunos productores, propensas a buscar el lucro, podrían llevar por mal camino a los seguidores de la colectividad. DOGMA ha sido, mal que bien, una gran fuente de ingresos para los inversionistas relacionados al proyecto, ya que son producciones de bajo costo, pero que –hasta el momento- han producido grandes ganancias para sus productores y distribuidores. Por eso el colectivo ha considerado más que importante cuidar el desarrollo de DOGMA y de sus futuras producciones. De esta manera tampoco descuidan el aspecto "económico" de su quehacer.

¿Que el Dogma 95 es difícil de entender? De alguna manera el arte, e incluso la diversión, son asuntos muy particulares del sujeto que vive la experiencia estética o de solaz y esparcimiento. Cada cual requiere de diferentes niveles de disposición, concentración mental y de un bagaje o sustrato cultural determinado, adecuado y, lo más importante, la necesidad concreta y específica de reconocer en la obra de arte nuestras fuerzas esenciales como reflejo y explicación de nuestro "ser" y de la realidad.

En fin, esta es solo una opinión personal, el lector siempre elabora la propia de acuerdo a Su Lente personal. Por lo mismo agradeceré cualquier comentario, crítica o corrección a la dirección electrónica señalada.

Autor: Rafael Fernández Pineda.

Cancún, Quintana Roo, México.

fernandezpr@hotmail.com

 

 

 

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