DISCRIMINACIÓN AMARGA

 

Por la retórica de no saber, las razones que impulsan a un individuo a discriminar a sus semejantes por el solo echo de ser invidente. Es acaso la consecuencia, de una sociedad enferma que busca fortalecimiento en las diferencias, aplastando a los más débiles, reflotando conductas enquistadas en las castas primitivas que parecieran evolucionar, en el devenir del tiempo, para dividir las etnias en compartimentos estancos: clasificando a las personas, por su manera de vestir, color de piel o lo que es más grave por su condición física.

En argentina se intenta, neutralizar ésta irascibilidad entre congéneres mediante, el remedio coercitivo, tutelado por el INADIS, Instituto contra la Discriminación, la Fobia el Racismo. Creado para observar y hacer observar el cumplimiento, de la ley número 23592 y sus modificatorias; que tipifica las sanciones para los que infrinjan sus preceptos en cuanto a discriminación en general.

En particular me referiré a la discapacidad que nos incumbe. En el país se constituyó un ordenamiento legal, llamado de protección integral Tutelado por la CONADIS, Comisión Nacional de Discapacitados, organismo de contralor, destinado a garantizar los derechos inherentes a los discapacitados para lograr una efectiva inserción social, enfatizando en el cumplimiento de la ley 25280 que prescribe las sanciones, ejemplares para aquellos que discriminen a personas discapacitadas.

Este instrumento legal de significativa trascendencia, para el ejercicio pleno de nuestros derechos, requiere peticionar exigir su cumplimiento fáctico; en virtud de que la ley está vigente pero si no se aplica es letra muerta.

Esto significa que no ay discriminación, no, por el contrario cada vez más se reportan casos de discriminación a personas ciegas, los más frecuentes se dan en el trabajo, el estudio, en el ejercicio profesional. En cuanto a los usuarios de perros guía se agrava la discriminación por la ignorancia de la población, dado que no es muy común ver no videntes en compañía de perros guías, como sí lo es el uso del bastón blanco.

Por último cave preguntarse: ¿qué sentimiento lo moviliza al que discrimina a un invidente, es acaso de temor al futuro incierto que no le da certeza a que el asar del destino lo ponga en el lugar del que hoy discrimina o de inferioridad por no tener el valor que ve en otro para superar su minusvalía?, doblegando su esfuerzo para acortar las desventajas entre la discapacidad y la normalidad, dignificando su condición de ciego.

 

Autor: Jocé Leal. Córdoba, Argentina.

lealjocémaría@gimail.com

 

 

 

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