Si se pudiera analizar
en qué consiste la nostalgia,
se diría que a veces es buena,
pero en muchas otras mala
porque genera recuerdos,
sensaciones y añoranzas;
cosas dadas por perdidas,
o alegrías lejanas.
Todo lo que atrás quedó;
lo que se borra o se guarda
lo que siempre se soñó
pero que quedó en la nada;
el proyecto que se empieza,
pero que nunca se acaba
la promesa que se hace,
y después es olvidada.
Pero no todo es tristeza
porque también quedan fotos;
los regalos compartidos,
los secretos y tesoros
los momentos en familia
las reuniones de amigos
los viajes que se disfrutan,
y son siempre entretenidos.
Las fechas más memorables,
dan el mejor testimonio;
como un bautismo o un cumpleaños,
un grado o un matrimonio;
y en general estas fechas,
se viven sólo una vez
y aunque quieran repetirse,
se sabe que ya no hay revés.
Por eso la nostalgia enseña,
a recordar con esmero
a crear bases del pasado
en experiencias del momento;
a disfrutar cada minuto,
como si fuera algo eterno
a reconstruir anhelos,
que antes se detuvieron.
Por eso es que la nostalgia
no se aleja de la vida
atrayéndonos con magia,
su tristeza o alegría
y con ella viviremos
entre sueños y recuerdos
que seguirán nuestros pasos,
hasta el final del sendero.
Autora: Andre. Bogotá, Colombia.