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DEPORTE SOCIAL Y DESARROLLO DEMOCRÁTICO

* Relacionado con el desarrollo cultural

 

La necesidad de desarrollar una nueva política de deporte social con el nuevo proyecto cultural en Quintana Roo se encuentra íntimamente relacionadas y, para entender esto, debemos insistir (como ya lo hemos señalado en otra oportunidad) que por Cultura, en términos generales, se entiende como el conjunto de los valores materiales y espirituales creados por la humanidad en el curso de su historia.

La cultura es un fenómeno social que representa el nivel alcanzado por la sociedad en determinada etapa histórica: progreso, técnica, experiencia de producción y de trabajo, instrucción, educación, ciencia, literatura, arte e instituciones que le corresponden.

Entre los índices más importantes del nivel cultural en determinada etapa histórica, hay que hacer notar el grado de utilización de los perfeccionamientos técnicos y descubrimientos científicos en la producción social, el nivel cultural y técnico de los productores de bienes materiales, así como el grado de difusión de la instrucción, de la literatura y de las artes entre la población.

El deporte forma parte del desarrollo cultural de la humanidad como una manifestación relacionada con la praxis de los pueblos, que refleja el nivel alcanzado, ligado al trabajo y actividades de subsistencia; así como por ejemplo la caza y sus útiles, se desarrollan en sus actividades cotidianas, serán un reflejo de las necesidades de supervivencia, en la que el hombre realizará esa actividad como un entrenamiento.

El deporte es una de las experiencias que unen a los pueblos, y la actividad deportiva es una manifestación de cultura popular que, utilizado como herramienta de formación, se convierte en un encargado de transformación y desarrollo democrático.

El deporte social debe contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas que integran una comunidad, que visto de manera integral, en su práctica, incluya desde la primera escolaridad, hasta el adulto mayor, así como a las personas con capacidades diferentes, convirtiéndose en herramienta educativa y de salud que permite su acceso a todos.

El deporte social debe ser una política de Estado que satisfaga esa necesidad para nuestra población, y por lo tanto se debe tomar como un derecho y a la vez un instrumento que contribuye a la adquisición de habilidades sociales en los individuos.

Una política del Estado que impulse, promueva y desarrolle la cultura, el arte y el deporte de la entidad como parte de la preservación integral del patrimonio, la formación artística, cultural y deportiva, así como su incorporación al sistema educativo formal, será sin duda un instrumento eficaz para cumplir tareas del turismo cultural, pues no se debe perder de vista que este (el turismo cultural) significa el encuentro entre los pueblos (visitante y visitado), que puede contribuir a garantizar la paz, amistad y convivencia entre los mismos.

El deporte social es un agente que promueve un nuevo concepto del conjunto de actividades físicas, deportivas y recreativas que incluyen a toda la comunidad, sin discriminación de edad, sexo, condición física, social, cultural, étnica o racial; es por lo tanto, una escuela propicia para la promoción de valores y hábitos, como herramienta de convocatoria e integración para acompañar a un crecimiento saludable y apoyar al desarrollo de un proyecto comunitario basado en la amplia participación y la tolerancia.

El deporte social debe ser una política de Estado que articule la educación y salud, tanto física como mental, con una política deportiva consecuente y coherente; se debe gestar desde el principio ineludible que todos los niños, jóvenes y adultos, tengan la posibilidad de acceder a la actividad física como factor primordial dentro del proceso educativo integral del individuo.

Debe ser una política de Estado que asegure la atención de la necesidad propia del hombre adulto y todos los habitantes, en donde se debe garantizar la posibilidad de disponer espacios dignos para el libre esparcimiento.

En el deporte social se debe garantizar la inclusión de todos los sectores de la población al deporte, garantizando su acceso, y su continuidad en la práctica de la actividad física y competitiva. El deporte por ser una necesidad para nuestra población se debe tomar como un derecho y su financiamiento considerado como una inversión que abrirá un futuro mejor a los habitantes de Quintana Roo.

El deporte como función educativa implicará, además de la enseñanza de técnicas y el desarrollo de las cualidades físicas de los participantes, la transmisión de hábitos, valores y actitudes, que orienten a la formación de una comunidad participativa y democrática.

El deporte contribuye a la adquisición de habilidades sociales en los individuos, y es por tanto, la mejor forma de asegurar la participación de los jugadores; al implementarse estrategias pedagógicas más útiles, que aseguren la cooperación de todos, cada uno desde sus posibilidades y potencialidades.

El deporte social será un correcto medio de socialización y convivencia cuando pueda ser practicado por todos los niños y niñas que así lo deseen y no ser excluidos por razones de aptitud física ni motriz.

El éxito de la labor deportiva realizada con estos sectores depende de la posibilidad de brindar la adecuada respuesta a sus necesidades, de la elección correcta de las estrategias para implementar proyectos y del conocimiento de su particular realidad social.

Evitar confusiones y propiciar condiciones para su florecimiento, diseñando los instrumentos jurídicos y políticos debe ser una tarea de amplia participación que garantice no sólo el deporte social sino también el desarrollo democrático.

 

Autor: Raúl Espinosa Gamboa. Cancún, Quintana Roo. México.

raesgam@yahoo.com.mx

 

 

 

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