DE LA REPÚBLICA RESTAURADA AL TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN

 

I

 

LA REPÚBLICA RESTAURADA

 

 

Mediante un decreto del 8 de noviembre de 1865, Juárez prorrogó su mandato presidencial en atención a las difíciles circunstancias que se vivían en el país.

En 1867 Maximiliano será derrotado en Querétaro por el ejército de Mariano Escobedo y las fuerzas combinadas de Porfirio Díaz, por lo que fue juzgado y sentenciado a morir fusilado. Juárez regresó a la ciudad de México el 15 de julio de 1867, iniciando el periodo conocido como la República Restaurada.

En octubre de 1867 fue reelecto presidente de la República; se dedicó principalmente a organizar la situación económica del país, redujo el ejército, organizó una reforma educativa, ordenó sofocar los alzamientos militares y enfrentó la división de los liberales. Se mostró respetuoso ante la organización de los obreros y artesanos.

En esta época ya vencidos los grupos conservadores, se había alejado el peligro de una nueva intervención extranjera, el poder de la Iglesia estaba debilitado y el país parecía encaminarse a una época de paz y progreso. Sin embargo, nuevos y muchos problemas faltaban por superar: grupos indígenas afectados por los abusos de los hacendados y gobernantes se levantaron en armas en Nayarit, Chiapas y la península de Yucatán, mientras tribus apaches y comanches asolaban las tierras del norte. Caciques locales y bandidos dominaban el campo.

Juárez como presidente negoció las deudas que México tenía con el extranjero para que pudieran pagarse de la mejor manera posible. Decidió reducir el ejército porque el gobierno gastaba mucho dinero en el sueldo de los soldados. Hizo tratos para que mejorara el comercio y aumentaran las inversiones extranjeras en México. Impulsó la minería, ya que durante años la extracción de metales se había suspendido porque el país estaba en guerra. Dispuso que la educación para los niños fuera gratuita, obligatoria y laica (que en las escuelas no se enseñara religión).

Juárez, apoyado en Gabino Barreda, inaugura la etapa constructiva de nuestra educación. Y lo hace, además, con una serie de criterios generales que conservan, aún hoy, plenamente, su vigencia: el Positivismo. Barreda discípulo de Augusto Comte, desarrolló y sistematizó todo por un cuerpo de teoría educativa, con aplicación directa y práctica en la enseñanza de nuestro país.

En 1867 se fundó la Escuela Nacional Preparatoria. En 1870 Don Gabino Barreda después de haber propuesto el plan de estudios para este nivel, lo modifica y expone la importancia del mismo al Gobernador del Estado de México, quien ordenó por decreto en 1871 la adopción e implementación del plan educativo. Desde sus orígenes y hasta 1956 los cambios en los planes y programas de la Escuela Nacional Preparatoria repercutieron en la formación de los alumnos.

Barreda era plenamente consciente de que la educación debería apoyarse en métodos antes que en contenidos y que, por ello, debería desarrollar en el educando sus capacidades creadoras. No ponía el acento, por lo mismo, en una educación memorística, sino en los procesos lógicos o, mejor dicho, en los procesos que tendían a la construcción de las estructuras cognoscitivas fundamentales.

De esta manera, el plan formulado por Barreda ascendía de lo simple a lo complejo y de lo abstracto a lo concreto; cultivaba a la vez el entendimiento y los sentidos. Así, expresó “primero raciocinio puro, después observación como base del raciocinio, y luego, observación y experimentación reunidas, van formando la escala lógica por la que debe pasar nuestro espíritu al caminar desde las matemáticas hasta la física”. De ese modo se iría construyendo la telaraña ideológica de la dictadura en aras del progreso.

El 5 de abril de 1861, el Presidente Benito Juárez, otorgó a los Escandón una nueva concesión para una línea de Veracruz al Pacífico con un ramal a Puebla. Restablecido el gobierno de la República, se publicó un decreto, el 27 de noviembre de 1867, indultando a Escandón por haber traspasado su privilegio a la compañía llamada “Imperial Mexicana” y se revalidó, reformada la concesión por decreto del Congreso de fecha 10 de noviembre de 1868.

El 16 de septiembre de 1869, el Presidente Juárez inauguró el tramo de México a Apizaco, de 139 kilómetros y el ramal de Apizaco a Puebla de 47 kilómetros, quedando unida desde entonces por una línea férrea esta última ciudad a la capital de la República.

 

Procuró que mejoraran la red de telégrafos, las carreteras y los puertos. Decretó en diciembre de 1867 el Estado de Sitio en Yucatán por intentos de restauración imperialista; en abril de 1868 suspendió las garantías constitucionales.

Sin embargo, los esfuerzos realizados por el gobierno no fueron suficientes para resolver los problemas económicos y sociales que durante años habían afectado a los mexicanos.

En 1871 se convocan las elecciones y se presentaron como candidatos Sebastián Lerdo de Tejada, Porfirio Díaz y el mismo Juárez, quien ganó, postulado por el Partido Constitucionalista y gobernó hasta su muerte en 1872.

Porfirio Díaz descontento, comenzó hacer preparativos para organizar una revuelta desde entonces mostrando desconfianza a dichas elecciones. Y en noviembre de 1871 publicó en el Diario Oficial de Oaxaca el Plan, firmado en La Noria, su hacienda del Valle de Oaxaca. Porfirio Díaz enarbolaba la Constitución de 1857 como bandera, criticaba la labor política y administrativa del régimen y la negación de la libertad ciudadana y proponía un nuevo programa donde hubiera 3 representantes por estado, la cual designaría al presidente constitucional.

En la elaboración del plan de La Noria intervinieron Justo Benítez e importantes militares para derrocar a Juárez. Pero esta fue vencida después por el ejército juarista. El gobierno tuvo que sofocar numerosas revueltas que provocaron sus propios generales, descontentos por las reelecciones del presidente Juárez. Se levantaron, Donato Guerra, Jerónimo Treviño y Vicente Riva Palacio entre otros.

El 18 de julio de 1872, muere Benito Juárez víctima de un infarto, ocupando la presidencia, de acuerdo a lo dispuesto la Constitución de 1857, Sebastián Lerdo de Tejada, hasta que se convoca nuevamente a elecciones, donde se declara el 16 de noviembre de ese año ganador contra Díaz y otros candidatos.

Su gobierno consolidó el proyecto de la Reforma, elevando a rango constitucional diversas leyes que le antecedían. Cuando Lerdo intentó reelegirse, los porfiristas se levantaron en armas y lo derrocaron. Para esto el ejecutivo ya había conseguido reestablecer el Senado en diciembre de 1874.

Pero la agitación continuó y para 1875 los opositores porfiristas vigilaban todos los actos de gobierno, particularmente los electorales. Aunque por ley la presidencia debía ser ocupada por José María Iglesias, los porfiristas desconocieron su gobierno y finalmente designaron a Juan N. Méndez, Presidente Interino de México del 11 de Diciembre 1876 (al 17 de Febrero 1877) luego de convocar a nuevas elecciones en las que Porfirio Díaz ocupó la presidencia e iniciando el período que en la historia de México es conocido como El Porfiriato.

 

II

 

PORFIRIO DÍAZ MORI

 

Porfirio Díaz Mori nació el 15 de septiembre de 1830 en la ciudad de Oaxaca, en el seno de una familia modesta, y quedó huérfano a corta edad. En 1846 comienza sus estudios en un seminario como alumno externo, por consejo del liberal Marcos Pérez y poco después estudiaría la carrera de abogado en el Instituto de Ciencias, misma que quedará inconclusa.

En 1855 se une al general José María Herrera para apoyar la revolución de Ayutla; así inició su carrera militar y la consolida luego de ser nombrado Jefe Político del Distrito de Ixtlán en el estado de Oaxaca. Posteriormente participando en eventos armados logra alcanzar el grado de capitán de infantería de la Guardia Nacional, obteniendo rápidos ascensos.

En noviembre de 1859 obtiene el grado de coronel. Aunque no corrió con la misma suerte en su trayectoria como político, ya que tuvo una discretísima actuación como diputado; sus fortalezas se encontraban en el área de la milicia, siendo don Benito Juárez el que le confiera el grado de General.

Interviene en muchas acciones de guerra; pero fue el 2 de abril de 1867 cuando obtiene un brillantísimo triunfo al tomar la ciudad de Puebla, dando prácticamente la victoria definitiva a las fuerzas nacionales que combatían a Maximiliano de Habsburgo durante el llamado Segundo Imperio.

Una vez que la República fue Restaurada con la derrota de las fuerzas imperiales, Benito Juárez se reelige nuevamente para la presidencia, Díaz se levantó en armas contra la misma, como también lo hará contra Lerdo de Tejada, pero será en mayo de 1877 cuando comienza una etapa histórica en México donde Porfirio Díaz tomó el poder tras el triunfo de la llamada Revolución de Tuxtepec, que impuso una dictadura que duró 30 años, salvo en un periodo interrumpido de 1880 a 1884 por el gobierno de Manuel González, quien era su amigo y continuador de la obra de Díaz.

Efectivamente, a la muerte de don Benito Juárez el 18 de junio de 1872,en virtud a lo dispuesto por la Constitución de 1857, el Congreso confirmó a Sebastián Lerdo de Tejada como presidente constitucional interino para el período del 1 de diciembre de 1872 al 30 de noviembre de 1876, en tanto que el Ministro de Guerra y Marina, Mariano Escobedo decretó la amnistía para todos los revolucionarios de La Noria, pero con la condición de que se les daría de baja del Ejército Mexicano, regresando Díaz a Oaxaca, donde en 1874 es electo Diputado.

Para finales de 1875 Lerdo anuncia sus intenciones de participar en la contienda electoral del año siguiente, y Porfirio Díaz lo hace por su lado al iniciar su campaña; la represión política genera un mayor descontento contra Lerdo. El 10 de enero de 1876, con el apoyo de varios militares de diversos lugares del país y con el respaldo de la Iglesia Católica, que se había visto afectada por las medidas de Lerdo, Porfirio Díaz lanzó en la población de Tuxtepec, el Plan de Tuxtepec. Así dio comienzo la Revolución de Tuxtepec, que llevaría a Porfirio Díaz Mori al poder.

Al triunfo de este movimiento, en el cual jugó un papel importante el General Manuel González; Díaz llegó a la Ciudad de México el 21 de noviembre, ya erigido en “Presidente Provisional de la República Mexicana”. En tanto que José María Iglesias, Presidente de la SCJ, se declaraba “que de acuerdo a la Constitución de 1857” le correspondía ser él sustituto constitucional de Lerdo, por haber huido éste del país.

Después de derrotar a sus adversarios Díaz dejó en la presidencia a Juan N. Méndez quien convocaría a nuevas elecciones, después de las cuales Porfirio Díaz se convirtió en presidente el 5 de mayo de 1877, día en que protestó su cargo ante el Congreso de la Unión. Se iniciaba una nueva etapa en la vida política de México: El Porfiriato.

Cuando Díaz llega al poder, una de las demandas más importantes de la población era la paz y la estabilidad política. El soporte ideológico del liberalismo había recibido de Gabino Barreda los fundamentos del positivismo contiano, mismos que habían sido puestos en práctica, y que responderán al proyecto visualizado por Díaz. El fundador de la Escuela Nacional Preparatoria, Gabino Barreda, supo adecuar el lema contiano de “Amor, Orden y Progreso”, modificándolo por “Libertad, Orden y Progreso”, que daría justificación y forma al porfiriato.

El gobierno de Porfirio Díaz logrará las condiciones con el desarrollo de vías férreas, “vinculadas a los mercados locales, con las economías regionales separadas por grandes distancias y obstáculos hasta entonces prácticamente insalvables”, para que “un pasado histórico común y un futuro compartido, fueran ingredientes fundamentales para la reafirmación de la conciencia y la consolidación del territorio nacional”.

El porfiriato abarca tres períodos: el primero que servirá para consolidar su régimen hasta la cuarta reelección en 1896; el segundo de esa fecha a 1904 que corresponde a la época en que el llamado grupo “científico” dominó el escenario político y que acarreará la crisis en que entra el régimen; y el tercero, de 1904 a 1910 en que el mandato presidencial se extendió a seis años que culmina con su intento de reelección y la Revolución de 1910-1911.

Al concluir el primer mandato del general Porfirio Díaz Mori, luego de celebrarse las elecciones para el período de 1880 a 1884 de gobierno, el general Manuel González resultó electo Presidente Constitucional y don Porfirio fue designado Secretario de Fomento, impulsando su política ferroviaria, con miras a lograr comunicar la ciudad de México con Estados Unidos; se estableció el primer Banco Nacional que será denominado posteriormente como el Banco Nacional de México. También se impulsó la base para la ampliación y concesión de los Telégrafos.

El proyecto promovido luego de la República Restaurada (basada en el positivismo) se hizo realidad. Las actividades científicas fueron promovidas desde el gobierno, pues se consideraba que un avance científico del país podía conllevar cambios positivos en la estructura económica. El positivismo logró hacer que en México hubiera un renacimiento del estudio de la historia nacional, como un elemento que afianzó a Díaz en el poder y contribuyó a la unidad nacional. En el estudio de esta rama sobresalieron Guillermo Prieto y Vicente Riva Palacio.

Fue entonces cuando se fundaron institutos, bibliotecas, sociedades científicas y asociaciones culturales. De igual manera, el arte popular buscó en la cultura de México un elemento para plasmar sus composiciones y expresarse, y así se lograron muestras del arte mexicano que fueron exhibidas en el mundo entero. Se abría paso libre a la dictadura.

La paz que se impuso durante el gobierno de Porfirio Díaz permitió el desarrollo de la cultura y la ciencia en México, dado que desde fines del siglo XVIII la continua inestabilidad política, social y económica impidió que se diera un clima propicio a la ciencia y a la cultura. Sin embargo, durante el Porfiriato floreció la literatura, la pintura, la música y la escultura.

El presidente Porfirio Díaz contrae matrimonio en 1881 con Carmen Romero Rubio, (hija de don Manuel Romero Rubio, jefe entonces del más poderoso grupo político) proveniente de las familias con mayor abolengo en la alta sociedad mexicana. Hasta ese año, -según los relatos de la época-, Díaz pese a contar con una ideología sólida -el liberalismo- actuaba con todos los rasgos de un militar formado en los campos de batalla y su esposa Carmen se dedicó a formarlo dentro de la sociedad mexicana. Le enseñó el idioma inglés, y nociones de idioma francés, los modales de la alta sociedad, la forma de expresarse, el vocabulario adecuado para cada situación. Su fisonomía, en efecto, había cambiado, y comenzó (junto con el gran poder acumulado) a ser llamado “don Porfirio”. La dictadura quedaba justificada.

En la segunda administración de Porfirio Díaz iniciada en 1884 se originó la Guerra de Yaqui (1885) en la que los habitantes de la región lucharon por mantenerse independientes del gobierno de centro; y, se reformó la constitución para permitir la reelección inmediata (1887). Díaz había impulsado cambiar la Constitución Política, a fin de que fuera aceptada la reelección del Presidente, primero por un periodo, para después permitirla de manera indefinida.

El régimen de don Porfirio Díaz logra importantes avances en comunicaciones, telégrafos, líneas férreas, así como en la nacionalización de ferrocarriles y la banca. Bajo la inspiración positivista hay un importante desarrollo en las letras, artes y cultura. Así, por decreto del presidente Díaz del 26 de mayo de 1910, a iniciativa de don Justo Sierra, se creaba la Universidad Nacional de México (hoy UNAM), la cual no deriva de la Real y Pontificia Universidad de México, pese a que suele considerarse como su antecedente. La UNM inició sus labores el 22 de septiembre de 1910 “despojada de toda reliquia escolástica, de toda filosofía de rutina”.

 

 

Autores: Casa de la cultura de Cancún, con la coordinación de Raúl Espinosa Gamboa y con la colaboración de Edith Marlene Orta Carrizales y la Fundación “José Lima Zuno”. Cancún. Quintana Roo. México.

casadelaculturadecancun@yahoo.com.mx

 

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