Páginas de Historia
CULTURA, ESTRUCTURA Y SUPERESTRUCTURA
I
* Cada sociedad desarrolla sus
instituciones
Ya en otra oportunidad hemos opinado que
en Quintana Roo están maduras las condiciones para impulsar una nueva política
cultural acorde a su ritmo de crecimiento, y en reconocimiento de su propia
identidad local, regional y nacional.
Existen algunas ideas confusas (y
cerrazón de algunas personas en discutirlas de manera colectiva y/o a través de
distintos medios), en tanto que además, suelen confundir al Estado con el
gobierno (o viceversa) y por consecuencia pierden de vista el papel de las
instituciones, y ante esto lo convierten en un anatema (Dios ‘millo’ -decía don
Chito: ¡cosas del diablo!) que se torna en obstáculo, para avanzar con firmeza.
Como para buena fortuna cada día son más
los interesados en trabajar en objetivos firmes; es importante cerrarle el paso
a las ideas incorrectas, por eso es necesario aclararlas cuando se presenten.
En una nota escrita por Norma Azar,
señala que “El actor Hiram Sánchez quien lleva 16 años como integrante del
grupo de Teatro La Bambalina, dijo sentirse contento con el triunfo del grupo
durante la III Muestra Estatal de Teatro en la que obtuvieron el primer lugar
con la obra ‘Historias del Popol, Vuh, las leyendas mayas’ el pasado domingo,
pero lamentó la nula estructura (sic) y política cultural que mantiene el
estado”.
Más adelante continúa transcribiendo las
opiniones de Hiram Sánchez: “Yo siempre lo he señalado, a nosotros nos hace
falta estructura, fuerza, mayor profesionalismo a los grupos teatrales, pero
también verdaderos cambios por parte del estado, necesitamos una estructura y
de una política cultural que no tenemos…”.
Por otra parte, Gabriel Río de la Loza,
mediante un correo de Internet explicaba que “En diciembre del año pasado tomé
un curso en Bacalar entre gente del teatro y la lectura, cuando nos entregaron
nuestras constancias, el Director de Vinculación del entonces Instituto
Quintanarroense de Cultura, licenciado Roberto Estrada, comentó lo siguiente:
‘El gobierno tiene la intención de colocar un teatro, pero verdadero teatro,
con todo, bien equipado, en cada municipio pero eso no iba (sic) a suceder si
no creábamos públicos y estructura’; palabras más, palabras menos. Terminando
eso comencé a comentar esto mismo con Memo Talavera y otros compañeros y
definitivamente se nos hacia injusto porque si después de 10 años, Cancún no
tiene teatro sería por nuestra culpa” apuntó Gabriel Río de la Loza.
Más adelante continuó señalando que
“Cuando leí el texto que les estoy anexando me di cuenta que tenía toda la
razón, porque la estructura no solo es la institución política, ciudadanos,
grupos de poder sino también los artistas y todos tenemos que trabajar en unión
y no en desunión y para ello requerimos lo siguiente:
1. el gobierno tiene que cubrir las
necesidades culturales de la sociedad a través del artista como medio de
enlace.
2. Si el gobierno no responde, el gremio
artístico no le quedará otra que unir esfuerzos, dejando a un lado
individualismos y egos, para transformarnos de creadores a gestores artísticos
y buscar mediante mecanismos el bien común”.
Hasta aquí, por razones de espacio,
algunas de las opiniones de Gabriel Río de la Loza sobre este tema.
Queremos por otra parte aclarar algunos
conceptos que sobre estos aspectos se han estado manejando:
Por Cultura, en términos generales, se
entiende como “el conjunto de los valores materiales y espirituales creados por
la humanidad en el curso de su historia. La cultura es un fenómeno social que
representa el nivel alcanzado por la sociedad en determinada etapa histórica:
progreso, técnica, experiencia de producción y de trabajo, instrucción, educación,
ciencia, literatura, arte e instituciones que le corresponden”.
“En un sentido más restringido, se
comprende bajo el sistema de cultura el conjunto de formas de vida espiritual
de la sociedad que nacen y se desarrollan sobre la base del modo de producción
de bienes materiales históricamente determinados. Así, se entiende por cultura
el nivel de desarrollo alcanzado por la sociedad en la instrucción, la ciencia,
la literatura, el arte, la filosofía, la moral, etcétera y las instituciones
correspondientes”.
“Entre los índices más importantes del
nivel cultural en determinada etapa histórica, hay que hacer notar el grado de
utilización de los perfeccionamientos técnicos y descubrimientos científicos en
la producción social, el nivel cultural y técnico de los productores de bienes
materiales, así como el grado de difusión de la instrucción, de la literatura y
de las artes entre la población”.
Por otra parte en el quehacer cotidiano
de la sociedad en sus distintas épocas, de acuerdo a la forma y modos de producción
se determina su organización y sobre esta se va creando su base en la sociedad,
o sea la base es el conjunto de las relaciones de producción dominantes
vinculadas a un determinado nivel de las fuerzas productivas y pueden ser
antagónicas o no antagónicas.
En su desarrollo cada sociedad va
creando sus necesidades y desarrollando sus instituciones, las cuales son
operadas en corresponsabilidad por individuos, y cuando eso no sucede se
convierten en entelequias. Con el surgimiento y desarrollo de las instituciones
(en cada época) se va creando la estructura que es la conexión y relación
recíproca, permanente que actúa entre las partes y un todo en sus distintas
funciones.
Finalmente, por superestructura se
entienden los conceptos políticos, filosóficos, jurídicos, artísticos,
religiosos, etc. de la sociedad y los institutos que le corresponden.
En cada período de las épocas, las
sociedades crean sus instituciones, (las cuales no son eternas) que surgen de
su praxis, y pasan por un proceso de desenvolvimiento, hasta convertirse en
obsoletas y en ese período es cuando surgen nuevamente las necesidades del
cambio o transformación.
Cómo pensar que “solamente estaremos
reflejando lo que la ciudad es, una ciudad sin cultura, porque si nosotros no
podemos con nosotros mismos, el público seguirá sin asistir por falta de
confianza”. Por otra parte ¿qué estructura es la que falta?, de esto y más, por
razones de espacio, comentaremos en la siguiente oportunidad.
II
* Expresiones de la Vida Espiritual de
la Sociedad
Uno de los aspectos más importantes para
desarrollar una nueva política cultural en Quintana Roo se encuentra en la
comprensión de en qué consiste esto y por ello es que nos preocupa definir de
qué estamos hablando, y si ya hemos anotado la síntesis teórica sobre cultura,
estructura y superestructura, ahora debemos definir el arte y su impacto
social.
Entendemos por Arte como una forma de la
conciencia social y de la actividad humana, consistente en el reflejo de la
realidad a través de imágenes artísticas; constituye uno de los procedimientos
más importantes de la comprensión estética del mundo.
La fuente que dio origen a la actividad
artística así como al proceso precedente gracias al que se formaron los
sentimientos y necesidades estéticas del ser humano fue el trabajo.
En los pueblos primitivos el nexo entre
arte y trabajo es directo, con el paso del tiempo el desarrollo histórico del
arte se encuentra ligado a los cambios de las estructuras económico-sociales de
una determinada forma de sociedad. Las diversas conexiones del arte con la
población en general se han consolidado bajo el aspecto de una de las
particularidades del primero: su carácter nacional.
Como forma que refleja el ser social, el
arte tiene mucho en común con los demás fenómenos de la vida espiritual de la
sociedad: con la ciencia, con la técnica, con la ideología política, con la
moral, etc. Por otra parte el arte posee varias particularidades determinantes
que lo distinguen de todas las otras formas de conciencia social.
El objeto específico del arte está
constituido por las actitudes estéticas del hombre frente a la realidad; su
objetivo estriba en la interpretación artística del mundo. Las imágenes
artísticas se elaboran en el proceso de la actividad creadora del artista sobre
la base del conocimiento de la vida y la maestría consumada.
El campo en que se expresan las ideas se
constituye precisamente sobre la base en que se encuentra establecida una
sociedad y si la base está determinada por el modo y las formas de relaciones
de producción, entonces corresponde a las ideologías que no deja de ser una
forma de actividad espiritual de la sociedad en cualquiera de sus contenidos o
expresiones.
El Estado es la forma de organizarse de
una determinada sociedad establecida en un territorio o punto del mapa
geográfico. Por ello se afirma que (permítaseme decirlo de manera sucinta por
razones de espacio) el Estado está compuesto por tres elementos: población,
territorio y gobierno; funciona, en efecto, previsto de un poder público que se
caracteriza por ser soberano, cuenta con fuerza coercitiva, y se justifica por
los fines sociales que tiene a su cargo.
El error permanente es confundir al
Estado con el gobierno y viceversa, porque no permite ubicar las tareas que por
su naturaleza les corresponde. Al Estado le concierne mantener un orden
establecido la base en que está determinada. Sin embargo, a cada forma de
Estado corresponde una forma de sociedad y el Estado político no es más que
expresión oficial de la propia sociedad civil.
Si tomamos por cierta (lo digo así
porque no estuve presente, pero varios me la confirmaron) la afirmación de que
en una reunión el licenciado Roberto Estrada, comentó lo siguiente: “El
gobierno tiene la intención de colocar un teatro, pero verdadero teatro, con
todo, bien equipado, en cada municipio pero eso no iba (sic) a suceder si no
creábamos públicos y estructura”, entonces debemos decir que es incorrecta y
que él debe explicarse pues no ha entendido cual es el papel del Estado (Estado
con mayúscula) y cual el del gobierno en el asunto del quehacer cultural… y
mucho menos a que nos estamos refiriendo cuando hablamos de desarrollar una
nueva política cultural en Quintana Roo.
Pero también tendríamos que decir que a
Gabriel Río de la Loza no le asiste la razón de sentirse “culpable”, pero
tampoco cuando por lo mismo afirma que “si el gobierno no responde, al gremio
artístico no le quedará otra que unir esfuerzos, dejando a un lado
individualismos y egos, para transformarnos de creadores a gestores artísticos
y buscar mediante mecanismos el bien común”.
En esas condiciones se hace también
indispensable asumir el papel que nos corresponde (cada quien en el campo que
le es propio) y reconocerlo; esto es, debemos asumir (cada quien según su
conciencia) que somos trabajadores de la cultura y laborar unidos.
No nos equivoquemos: una cosa es ser
trabajador de la cultura y otra es ser un asalariado de las instituciones que
le son propias.
El trabajador de la cultura es un
constructor, que comparte responsabilidades y compromisos en el quehacer
cultural, pero también un creador y los resultados de sus actividades sin duda
serán un reflejo de su conciencia y de su ideología. El que se asuma como tal
no debe “dejarse marear” por falsas etiquetas como esa “intelectuales” u otras
que lo exhiben o lo hacen sentirse “como parte de las élites”.
En su quehacer cotidiano la sociedad va
creando sus espacios, sus necesidades para desarrollarlos, y cuando las
condiciones maduran, producto de su praxis, entonces, la acción la misma da
paso a las instituciones que demanda la sociedad civil, pero no llega “sólo
porque sí”.
No podemos estar de acuerdo con la
opinión de que en las condiciones actuales los trabajadores de la cultura
“solamente estaremos reflejando lo que la ciudad es, una ciudad sin cultura,
porque si nosotros no podemos con nosotros mismos, el público seguirá sin
asistir por falta de confianza”, porque ésta refleja sentirse en estadio
superior a la sociedad y menosprecio por el público.
Es falso que Cancún sea una ciudad sin
cultura, pues la actividad diaria de su población genera cultura; que no sea la
que le corresponde para el nivel alcanzado es otra cosa… pero de eso y el
asunto de las estructuras y las superestructuras (por razones de espacio)
estaremos hablando en la siguiente oportunidad. (Continuará).
Autor: Raúl Espinosa Gamboa. Cancún,
Quintana Roo, México.