COMO SE COSIFICA LA DISCAPACIDAD
La exclusión es un proceso de
desagregación de sectores de la ciudadanía y no sólo el resultado de
diferencias dentro de una sociedad o la consecuencia coyuntural de una determinada
crisis. La exclusión es manifestación de la descomposición social y
consecuencia de una trayectoria que la fue constituyendo y conformando en el
marco del sistema. No se trata entonces de adjudicar responsabilidades
individuales (aunque éstas también existen), sino de desentrañar en los
procesos económicos, sociales y culturales, aquellos factores que generan tal
condición de exclusión para avanzar en el análisis de las causas profundas y
dar los pasos consecuentes.
La Cooperación institucional,
Integración educativa, Enseñanza superior, Actividades de sensibilización,
Cursos de formación, Cursos de extensión universitaria son algunos cansinos
resultados que escuchamos en multiplicidad de eventos de funcionarios públicos
y privados que viajan, representando a los discapacitados, ocupando los cargos
de relevancia en el sector gubernamental e internacional y decidiendo en la
buena o no tanta, los destinos de los desfavorecidos, sobre temas que solo
única y exclusivamente le corresponde liderizar a los afectados por condición
propia y de justicia, además, trabajan y manifiestan amar la causa, bajo la
sombra de la solidaridad y empatía, son estos argumentos que nos llevan a
reflexionar sobre los resultados de un beneficio que garantice cambiar la realidad
de las personas con discapacidad.
Por lo que consideramos, que en todo proceso de cambio se hace
necesario tener presente que esta producción de conocimiento se constituye en
un proceso inútil, estéril e improductivo, y esto sin olvidar que todo gobierno,
toda sociedad, toda autoridad que se precia de servir a la verdadera inclusión
social no tiene la aquiescencia para instrumentalizar las acciones de quienes
en su situación de discapacidad sí pueden luchar, representarse y trabajar
directamente sin intermediarios ejecutando las políticas públicas de su propia
condición, no obstante, esta cultura de la cosificación, (consideración de una
persona como una cosa), objetiviza como instrumento al otro, decide, toma
banderas de causa, seudas identificaciones para fines individualistas y
lucrativas.
No podemos olvidar que en el bien
llamado siglo del conocimiento, una verdadera sociedad desegoísta, de cambio y
transformaciones destierra los acendrados prejuicios que desestimaban a las
personas con discapacidad evaluándolos como seres inferiores, disminuidos,
incapaces de asumir los retos que le impone un universo para todos.
En nuestros días entre los
discapacitados los hay profesionales, calificados, competitivos y sobre todo
dignos ejemplos para ocupar los espacios políticos cosustanciales a la
discapacidad en cargos y funciones en el sinnúmero de estructuras organizativas
que han diseñado los cosificadores bajo el supuesto objetivo de luchar por los
derechos del discapacitado que a la larga se traduce en posiciones de
subsistencia de los que practican a soslayo la cultura de cosificación,
posturas egoístas e injustas dejando a las claras una actitud de
instrumentalización hacia un sector que en el trasfondo subvaloran,
menosprecian y desestiman. Todo esto está vinculado con el exiguo valor que se
le atribuye a las personas con discapacidad, se puede hablar entonces de una
cultura de cosificación que justifica la ambición, codicia y avidez en
detrimento de la participación del discapacitado, por lo que una política
pública en materia de discapacidad comienza por dejar de lado todo tipo de
estereotipos y de discriminación para delimitarse en el marco de los derechos
ciudadanos , garantizando a partir de la participación de los involucrados la
vigencia de los derechos económicos, culturales y sociales de los
discapacitados.
Es una responsabilidad primera del
Estado, es también una responsabilidad pública y de una multiplicidad de
actores sociales; los discapacitados no es un problema que debe resolver solo
la sociedad, más bien todos los sectores que la componen pero incorporando a
los propios interesados en ese actuar directo, permitiéndoles implementar,
planes, programas y toda aquellas acciones equivocadas o no pero con la gran
diferencia que le faculta el equívoco que hoy se disputan los padres, mentores,
amigos, compadres y conocidos de esta población, mal nombrada vulnerable,
connotación que les permite a estos cosificadores designarse delegados,
defensores aliados, ejecutores y representantes a ultranza de la discapacidad.
Autora: Elodia Magdalena Muñoz
Muñoz. Panamá, Panamá.
La escritora es invidente con trabajo
permanente.