CONQUISTANDO UN CORAZÓN.

 

Las hondonadas en el aire daban vueltas y vueltas cual si fuera un gigantesco helicóptero que giraba por los cielos.

Resplandecían los cañaverales extendiendo el fino aroma de caña que emanaban por todo el campo y hacía adormecer a la quietud del agua.

A sí, los niños se dirigían a la escuela pues, sus ganas de aprender resultaban ser bastante imperiosas y si tenían buenos maestros que les enseñaran, era mucho mejor aún.

 No todos corrían la misma suerte.  Ahí estaba Juanito, un niño vivaracho, travieso como todo niño mas, su picardía se reflejaba cada vez.

En la escuela solía hacer enuojar a su maestro, un hombre hosco y huraño que a penas si tenía paciencia para soportarlo.

Juanito, trataba de ganárselo de cual quier manera, pensaba que con hacer travesuras daba buenos resultados para que su maestro lo llegue a querer.

 

Todos los días decía a uno de sus compañeros.

Golito tengo una idea,

A lo que el niño contestaba.

Dime qué idea a hora se te ocurre?.

-Lo que pasa es que traje un ratón de juguete, es muy listo y si le ponemos al maestro, seguro que se desmayará del susto.  Entonces, Golo apoyó la idea pues a éste niño no le gustaba la materia que tenía que recibir con el profesor y muchos no estaban deacuerdo con la actitud de su maestro, por lo que pusieron manos a la obra.

La campana empezó a dar su talán, acercándose ya la hora en que el profesor, el fruncido Blacio tenía que llegar.

Al ingresar al aula dejó su portafolio sobre el escritorio diciendo:

Niños, hizo una pausa y prosiguió; los deberes, rápido por favor.

En ése momento, Juanito dio cuerda al ratón y éste caminaba por debajo de los pupitres a lo que muchos de los alumnos levantaron los piés para que pueda pasear libremente; saltaba por encima de la mesa hasta que el pobre Blacio pálido del susto se desmayó.

Algunos niños se asustaron sin embargo, otros se morían de la risa y tuvo que intervenir el supervisor quien de inmediato procedió a dar un baso de agua al profesor y condujo a Juanito a la Dirección a donde se encontraba la señora Directora informándole de todo lo ocurrido.

La directora que nunca abandonaba sus viejos lentes de botella miró a Juanito impávida y su voz acusadora dijo:

Niño ¿Por qué haces esto?, sabes, esto es ir contra las normas educativas y te az visto en serios problemas, puedo expulsarte de éste plantel, dáme una respuesta?.

Juanito agachó la cabeza y prefirió no contestar, el niño jamás había develado su secreto, su gran secreto; ni si quiera a su familia.  Su único objetivo era conquistar el corazón de su maestro sin imaginar si quiera que también debía conquistar el corazón de sus padres.

Por tal razón, la profesora procedió a llamar a sus padres quienes misericordemente pidieron una oportunidad para su hijo, la directora habló con el maestro Blacio a quien era muy difícil convencer y ante la súplica de ella aceptó como la última de las tantas travesuras que Juanito había hecho.

Los amigos del niño sentían mucha pena, aunque se divertían con las diabluras que el niño hacía, no comprendían el por qué de su actitud.

 

Al arribar Juanito a casa fue reprendido por sus padres, quienes tan poco podrían interpretar el por qué de su indisciplina.

Esta vez, no lo pegaron, ni lo golpearon como en otras ocaciones, pero su castigo fue peór, no le hablaban, no le convergían ninguna mirada; el ambiente del niño era la indiferencia se notaba una pesada admósfera en su hogar, su ratón de cuerda estaba roto pues la directora y el inspector se habían encargado de hacerlo y su madre lo exibía en el cuarto del niño.  La tristeza d aquel angelito se veía en ése rostro tan alegre cuyos ojos estaban apagados como si ésa llama tan viváz no quisiera prenderse nunca más.

En las horas de clase, sus compañeros ya no veían ninguna diablura por lo que su amigo Golo le dijo:

Juanito, ¿No se te a ocurrido ninguna idea para hacer otra viveza?.

-Juanito sonriendo melancólicamente repuso.

-No, la verdad, me está matando la congoja de ver a mis padres indiferentes, quiero conquistar el corazón de ellos y no puedo, por lo que su amigo añadió:

Vas a ver cuando nos entreguen las notas como tú estás bien casi en todo, exepto con Blacio materia en la que la mayoría del grado estamos mal no obstante, estoy seguro de que tus padres te perdonarán.

Así, pasaban los días y los padres de Juanito no le prestaban atención, sólo chequeaban que se alimente, que se ponga la ropa limpia, pero nunca hubo un beso, un abrazo, una caricia unas palabras y frases dulces; dones importantes que hacen en un hogar el manantial del amor.

DE ésta manera, se acercaban las típicas guaguas de pan del primero y 2 de noviembre pues ´´este mes, los primeros días todos se vestían de jolgorio por tomar la colada morada y hacer el pan que muchas familias lo toman como una tradición arraigada desde hace muchos años atrás.

Así fue que en casa de Juanito hicieron las guaguas, mas el niño en forma silenciosa hizo un hermoso caballito y con júbilo lo puso a hornear.

Al estar listo, su madre enojada repuso.

No te das cuenta, ¿no seas ridículo cómo vas hacer semejante caballo, quiso dañárselo pero el niño con lágrimas en los ojos no se lo permitió gritando.

Déjame, es mi caballito de pan y yo lo guardaré.

Luego feliz, aunque nunca aplaudido por su progenitora mostró su trabajo diciendo: Papá, mira, el caballito de pan tiene sed quieres darle agua?.

-No molestes hijo; estoy ocupado para jugar contigo y tu caballito otro día será.  Juanito sintió una pena que apretaba su corazón, las lágrimas resbalaban por su rrostro mojando su caballito y poniéndolo cuidadosamente para que no se rompiera pues la masa era muy delicada.

Decidió llevárselo al colegio y a la hora de recreo se acercó a su viejo profesor y le dijo:

Señor Blacio, ¿Usted quiere ser amigo del caballito de pan?

-la verdad, no me interesa en lo absoluto ser amigo de un caballo de pan, será mejor que te lo comas.

Los amigos de su clase le dijeron, mejor hagamolo pedazos y combidémoslo con un poquito de colada morada que Golo trajo de su casa te parece?.

No, repuso Juanito, lo hice para mí; aunque la masa se endure voy a jugar con el.  Porque ante el contacto de mis manos, la masa se hará blanda;a sí quisiera que sea el corazón de la gente.

Los niños no alcanzaban a entender aquellas reflexiones tan profundas de su amigo mas, la maldad de los niños debido a su inocencia no tie´ne límite por lo que dos de ellos le quitaron su caballo y lo hicieron mil pedazos regándolos por el patio.  Juanito trató de quitarles con la ayuda de su amigo Golo y nada se pudo hacer.

Se armó un gran revoloteo en la escuela que tuvieron que intervenir los profesores todos, culparon a Juanito y a su caballo.

Esta situación empeoró el problema que aquejaba a Juanito en el seno familiar, así como dentro del ambiente estudiantil por lo que el niño empezó a decaer anímicamente, se estaba debilitando poco, a poco hasta que un buen día cuando el sol no quiso prender sus rayos y una llovizna gríz apareció por todo lo alto Juanito ya no amaneció con vida.

Los doctores habían dicho que el niño murió de tristeza, sus padres no lo podían creer, pensaban que habían sido buenos, intempestivamente la vida les estaba quitando al ser de sus entrañas, a ése niño que nunca le hicieron caso y que a hora les daba una lección de vida en vase a su sacrificio que jamás olvidarían.

En la escuela se guardó el luto respectivo pues todos recordaban a Juanito como el niño cariñoso y juguetón; el profesor Blacio recordó cuando el niño le había pedido un día antes que sea amigo de su caballito de pan mas él, lo había rechazado.

De ésta manera con lágrimas en los ojos comprendió cuanto el niño lo había querido e hizo la promesa de cambiar su rrostro, de amar a los niños porque en su recuerdo siempre brillaría como una estrella su amado Juanito.  La maestra de literatura convocó a los alumnos, exalumnos y padres de familia;

Obviamente, a los padres de Juanito para leer una composición, la más hermosa, la más llena de verdad que se pudo leer alguna vez.

Título de la composición

CONQUISTANDO UN CORAZÓN.

Mis travesuras, jamás me dieron resultado, quizá, no pude dar una caricia porque nunca la recibí, mis padres no estuvieron preparados para recibirme, su tiempo fue limitado para mí.

Siempre decían estamos ocupados, no molestes, vete a jugar en el patio.

Esto no es un reclamo, quizá algún día abré conquistado el corazón de muchos para que tanta gente aprenda a dar más calidad de tiempo a sus hijos, a sus alumnos y como hijos también demos cariño a nuestros padres.

Quise llegar a su corazón querido profesor Blacio pero no lo logré, ni tan poco pudo hacerlo mi caballito de pan.

Recuerden cuando Jerusalén me abra sus puertas esbozaré una sonrisa de alegría y nunca dejen que el caballito de pan muera de sed, ése caballito representa nuestro corazón que aunque sea duro como una roca, alguna vez podrá ser conquistado Porque una caricia, una palabra de aliento, un beso.  Todos éstos son símbolos de cariño y de conquista para que nuestros corazones sean siempre como una masa fina y delicada que se alimenta de ilusión de que al otro día y al otro vendrán muchos besos, mucho amor. 

Los ojos de Juanito nunca volvieron a prenderse como llama de alegría, de ésa alegría traviesa sin igual; su mirada se apagó sin el consuelo de conquistar corazón alguno, hoy que yase en su lecho eterno a cambiado porque conquistó el corazón de muchos..

La composición fue publicada en el periódico mural del colegio y la lección hay que lección! Sólo la vida nos enseña porque el camino lo handamos cada uno.

  

 

 

Autora: María Augusta Granda. Quito, Ecuador.

magusgranda@cablemodem.com.ec

 

 

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